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Dos estudiantes hispanos, las víctimas mortales del tiroteo de Nuevo México

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Dos estudiantes de origen hispano fueron las víctimas mortales del tiroteo que un exalumno de un centro educativo cometió este jueves en una escuela del estado de Nuevo México, según informaron hoy las autoridades locales.

Los adolescentes que perdieron su vida, la animadora Casey Marquez, de 17 años, y el jugador de fútbol americano, Francisco Fernández, de la misma edad, no eran los objetivos del tirador, indicó Pete Kassetas, jefe de la Policía Estatal de Nuevo México (NMSP, en sus siglas en inglés).

“Tuvieron la mala suerte de encontrarse en el lugar y momento inoportunos al encontrarse con el atacante”, añadió el jefe policial en una conferencia de prensa.

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El tirador, identificado como William Atchinson por las autoridades, era un joven de 21 años, exalumno de la escuela secundaria de Aztec y actual trabajador de una gasolinera de esa localidad, población de poco más de 6.000 habitantes situada en el norte del estado de Nuevo México, a tres horas de Albuquerque.

“Era un tirador solitario y cobarde”, dijo el sheriff del condado de San Juan, Ken Christensen, que desveló que los investigadores encontraron detalles de la planificación del ataque en un lápiz USB.

En este dispositivo de memoria portátil, Atchinson dejó escrito los detalles de lo que pudo ser un tiroteo masivo.

“Si las cosas van de acuerdo con el plan, hoy será el día en el que yo voy a morir”, inicia el escrito del atacante.

Atchinson relató que esperaría hasta que los autobuses escolares llegaran a la escuela para infiltrarse entre los estudiantes y poder así entrar en el centro educativo haciéndose pasar por uno de ellos.

Más tarde, detalló que se iría a algún lugar para “prepararse” para retener a los alumnos de una clase entera como rehenes, para luego “volverse loco” y “reventarse el cerebro”, seguidamente.

“El trabajo apesta, la escuela apesta, la vida apesta; sólo quiero salir de esta mierda”, continuó Atchinson en el documento.

Según relataron las autoridades, una de las víctimas, Francisco, se topó con el pistolero en el lavabo cuando éste se estaba preparando para el asalto y le hizo frente antes de recibir varios disparos, que alertaron a profesores y alumnos.

“Su heroica acción salvó muchas vidas”, indicó el sheriff Christensen.

El autor del tiroteo compró el arma del crimen -una pistola Glock de nueve milímetros- de manera legal hace un mes.

Las autoridades también indicaron que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) recibió un aviso sobre Atchinson en 2016 en relación a un mensaje “inquietante” que hizo en un sitio web de juegos en línea sobre un tiroteo masivo.

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