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En inglés y español, los niños de preescolar aprenden en los programas de inmersión dual del LAUSD

La maestra Hillary Erlich canta “Buenos días”, con sus estudiantes de prekínder en Grand View Boulevard Elementary School. Erlich da clases de inmersión al español en el programa de Kínder de Transición Ampliado (Expanded Transitional Kindergarten), de la escuela.

La maestra Hillary Erlich canta “Buenos días”, con sus estudiantes de prekínder en Grand View Boulevard Elementary School. Erlich da clases de inmersión al español en el programa de Kínder de Transición Ampliado (Expanded Transitional Kindergarten), de la escuela.

(Genaro Molina / Los Angeles Times)
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La mayoría de los niños en la clase de prekínder de Hillary Erlich se dirigen a ella en español.

“Ya termine”, dijo un niño con sudadera blanca, mientras retiraba sus manos del proyecto de pintura con esponja en el que estaba trabajando.

Cuando ella le contesto en español, él siguió sus instrucciones.

“OK, ve a lavarte las manos”, dijo Erlich. Él corrió hasta el lavamanos.

Los niños en la clase de Kínder de Transición Ampliado (TKA, por sus siglas en inglés), de Erlich en Grand View Elementary School en Mar Vista, tienen casi 4 años de edad y son los más jóvenes del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), en estar inscritos en un programa de inmersión dual.

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The children in the transitional kindergarten class at Grand View Boulevard Elementary School in Mar Vista are almost all 4 years old. They are the youngest in the Los Angeles Unified School District to be enrolled in a dual-language program.

El distrito planea abrir de seis a siete programas más de inmersión dual para sus estudiantes más jóvenes el próximo otoño, dijo Hilda Maldonado, directora ejecutiva del departamento de educación multilingüe y multicultural del LAUSD. Se les dará clases la mitad en español y la mitad en inglés.

Actualmente el distrito cuenta con 87 programas bilingües desde kínder hasta el doceavo grado (K-12), y están trabajando en por lo menos otros 16. Las nuevas clases de preescolar se abrirán en escuelas que ya tienen programas desde kínder hasta el quinto grado (K-5).

Investigaciones han mostrado que el bilingüismo tiene amplios beneficios para los niños, ayudándoles en sus habilidades de comunicación, otorgándoles ventajas sobre sus compañeros en su capacidad de concentración y del proceso de la información. Estos beneficios pueden comenzar tan pronto como en el primer año del bebé, y es probable que entre más pequeños comiencen a aprenderlo mejor será su manejo del idioma.

“Los niños más jóvenes…, tienen una habilidad de aprender idiomas más rápida y pueden retener mucha información”, dijo Maldonado.

Los estudiantes aprendices de inglés en programas de inmersión dual también tienen más éxito, alcanzando el dominio en el idioma inglés al finalizar la preparatoria, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Stanford y de la Universidad de Oregon.

“Nosotros sabemos cuántos de nuestros niños ya vienen a nosotros con otro idioma”, dijo Maldonado. La ayuda, dijo ella, es “para asegurar que no estamos eliminando ese otro lenguaje, que estamos aportando y lo utilizamos mientras que ellos aprenden inglés”.

Joshua Castillo, consultora de educación temprana vive cerca de USC, maneja cerca de una hora para que su hija vaya a la clase de inmersión dual en español en la escuela Grand View. Castillo habla inglés y español fluidamente, pero crio a sus hijas, de 2 y 5, únicamente en español. Ella les lee en español. En casa, ellas ven caricaturas en español.

Castillo dejo a la escuela la tarea de enseñarle inglés a su hija”, dijo y su plan ha funcionado.

“Aprendió inglés en mes y medio”, dijo Castillo, quien prefirió no compartir el nombre de su hija para mantener su privacidad.

Lo ideal es que las clases de inmersión dual se dividan en 50-50, con la mitad de los niños teniendo el inglés como primer idioma y la otra mitad el español. En la clase de Erlich, el 60% comenzó con inglés, entonces ellos tenían la tendencia de hablar inglés entre ellos, dijo Erlich. Eso puede ayudar en el desarrollo del inglés de los niños que hablan español.

Hablando de Erlich, ella pasa el 90% de su día escolar hablando a sus estudiantes en español e integrando el idioma a cada actividad que realizan en clase.

Un día, después del receso los niños se sentaron con las piernas cruzadas y cantaron su canción diaria, mientras que tres estudiantes aprendían a tocar la guitarra hawaiana. Erlich les dijo en español como sostener el instrumento, mientras hacia una serie de expresivos ademanes con sus manos. Después dijo en inglés. “Uno, dos, listos. Toquen”.

“Uno, dos, listos. Canten”, le dijo a su clase”.

“Buenos días, buenos días”, ¿cantaron? ¿“Cómo estas, cómo estas”?

Conforme los estudiantes de Grand View vayan creciendo, la cantidad de inglés en sus clases irá en aumento. Para el quinto grado, ellos aprenderán en español la mitad del día y en inglés la otra mitad.

Con frecuencia Erlich sugiere a los niños hablar en español, o acompañar sus palabras en español con acciones. Cuando un estudiante le pregunta por pintura, ella dice, “¿Cuál?, Cuando el niño apunta la pintura negra, ella le pregunta: ¿De qué color es?”.

El salón tiene carteles y asignaciones en dos idiomas. Letras llenas de color, sobre una pared hay una cartulina anaranjada que lee, “Hablar Leer Cantar” y después, “Talk Read Sing”. En otro pizarrón, los estudiantes han recortado papel constructivo en forma de galletas. Al lado de un pequeño círculo negro y de uno de color blanco están las palabras, “Es una Oreo cookie” pero también “Es una galleta de Oreo.”

Ser bilingüe ayudará a su hija a ser flexible y saber que “hay más de una manera de resolver un problema”, dijo Castillo. “Si puedes pensarlo en dos idiomas diferentes, en última instancia, así es como quería que pensara en todo, que pueda llegar a una solución de más de una manera”.

También quiere que cuando su hija crezca sea competitiva. Cuando Castillo creció en South L.A., con el español como primer idioma, “hablar dos idiomas era mal visto”, dijo.

Pero ya de adulto, se dio cuenta de que su fluidez en los dos idiomas le dio poder adquisitivo adicional y acceso a mejores puestos de trabajo.

“Es un regalo que puedo darle a mi hija”, dijo Castillo.

De qué forma la niña lo utilice será cuestión de ella.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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