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El miedo a los terremotos es necesario para que sirva de impulso a prepararse, según los científicos

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Los terremotos ocurren en todo el mundo, principalmente alrededor de los bordes de las placas y en las fallas. Aquí hay tres cosas que debe tener en cuenta para garantizar la seguridad en un sismo.

El miedo a los temblores es parte de la vida en California.

Pero la gente experimenta esta ansiedad de diferentes maneras. Para algunos, el miedo les impulsa a tomar medidas para protegerse: asegurar muebles pesados, anclar los gabinetes de la cocina y reacondicionar casas y apartamentos.

Para otros, el miedo provoca la negación - una ignorancia deliberada de los peligros hasta que el suelo empieza a temblar.

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La sismóloga Lucy Jones ha pasado su carrera tratando de entender las actitudes de las personas hacia los terremotos, con un enfoque en movilizar a la gente más allá de la parálisis y la negación.

Jones dijo que la forma en que los expertos como ella solían hablar de los terremotos no era muy efectiva. Tienden a centrarse en la probabilidad de que se produzca un sismo importante en los próximos 30 años: la duración típica de una hipoteca de vivienda. También se esforzaron por decir lo que no sabían, razón que ella cree fue lo que permitió que la gente se desentendiera.

Ahora ella habla desde un punto dramáticamente diferente, enfatizando que un terremoto devastador definitivamente va a ocurrir, y que hay mucho que el público puede hacer para protegerse a sí mismo.

La negación puede ser un poco más difícil en estos días. En los últimos años, algunas ciudades de California han tomado medidas dramáticas para exigir la rehabilitación de miles de edificios vulnerables. Y el próximo año, se espera que los científicos y el Servicio Geológico de Estados Unidos revelen la primera fase pública limitada de un sistema de alerta temprana de terremotos que eventualmente ofrecería segundos y quizá más de un minuto de alerta a través de teléfonos inteligentes y computadoras. El programa ha sido planificado durante años, pero podría verse interrumpido por los recortes presupuestarios ordenados por el presidente Trump.

Tres factores que hacen que el sismo sea especialmente aterrador

Hay varias causas que hacen que un peligro sea especialmente alarmante, dijo Jones en una reunión conjunta de la Unión de Geociencias de Japón y la Unión Geofísica Americana. Ella nombró tres de los factores más grandes, citando el trabajo del psicólogo de la Universidad de Oregon, Paul Slovic:

*Algo que no se puede ver.

*Algo que es incierto.

*Algo que parece comprender.

“Todo esto desencadena nuestros temores primarios sobre el depredador invisible que se esconde en la selva”, dijo Jones.

Los humanos odian el azar

“Hemos evolucionado literalmente para temer al azar”, dijo Jones en una conferencia reciente en Japón.

“Así que respondemos tratando de encontrar el patrón. Evolucionamos para ubicar esas pautas e inferir que el movimiento en la hierba significa un depredador escondido. Descubrimos patrones incluso cuando no son reales”, dijo. “Vemos constelaciones en las estrellas. Cuando no hay una guía, a pesar de eso tratamos de hacer una”.

Pero hay un problema

En lugar de aceptar la aleatoriedad, el público ha recurrido a los científicos para eliminar la incertidumbre de futuros terremotos, y los investigadores han dedicado mucho esfuerzo a encontrar una respuesta.

Hubo cierto optimismo en la predicción exitosa del terremoto de magnitud 7.3 en Haicheng, China, en 1975, en el que se evacuó a la gente antes de que el sismo golpeara, salvando vidas, dijo Jones.

¿Una gran parte de la respuesta? Hubo más de 500 “pronósticos” de un gran temblor, la mayoría de ellos en las 24 horas previas al terremoto mayor.

“La predicción no ocurrió porque los chinos supieran más que nosotros acerca de los temblores”, dijo Jones. “Utilizaron el principio básico... cuantificado hace más de un siglo: Un terremoto hace que otro sismo sea más probable, y acertaron al decir que tener un enjambre de más de 500 eventos hace que un movimiento telúrico grande sea aún más probable”.

Los funcionarios de esa región de China tenían más que ganar ordenando evacuaciones debido a la debilidad de los edificios contra los terremotos. Y tenían menos que perder por una falsa alarma, dado el sistema político y económico de China en ese momento, dijo.

No era repetible

Pero la gran suposición de 1975 no se repitió cuando los científicos de California trataron de hacer lo mismo en la parte central del estado.

Los científicos en California estaban tan convencidos de un patrón aparentemente lógico de terremotos en la ciudad de Parkfield, en el condado de Monterey, que proyectaron una probabilidad del 95% de que ocurriera otro sismo de magnitud 6 entre 1988 y 1993.

Los científicos se equivocaron. Sería hasta el año 2004 que el terremoto se produjera. Resultó que el modelo no siempre estuvo bien.

Decir la probabilidad futura de un terremoto no nos hará más seguros

Y ahí está el gran problema de estar tan obsesionado con cuándo llegará el próximo gran sismo. Saberlo no nos convertirá en inmunes.

Dar a conocer las posibilidades de un temblor devastador en los próximos 30 años simplemente no se tradujo en bienestar para el público.

Ciudades de todo California estaban haciendo poco, o nada, para ordenar que los edificios vulnerables fueran reforzados o demolidos antes de que se derrumbaran en un futuro terremoto.

“Los psicólogos nos dicen que las cosas inciertas son más aterradoras. Algo que es estremecedor e incierto es algo que preferimos ignorar”, dijo Jones.

Entonces, ¿qué se puede hacer

Cambiar la pregunta

En lugar de preguntarse: “¿Qué quiere la sociedad que hagamos?”, debemos preguntarnos ¿Qué necesita la sociedad que hagamos?”

Así que, en el caso de los terremotos, Jones cambió la respuesta.

Hablar de lo que los científicos saben, en lugar de lo que no saben

Jones dijo que aprendió a enfocar su conversación en lo que sí sabía, en lugar de en lo que no sabía.

Para empezar, ella y un equipo de investigadores publicaron un escenario científicamente plausible de un terremoto de magnitud 7.8 en la falla de San Andrés que podría causar muchas muertes y el colapso de numerosos edificios.

Además, Jones dijo que aprendió a decirles a los propietarios que de cualquier manera tendrían que pagar ante la posibilidad de un terremoto, ya sea reacondicionando la estructura o recogiendo los escombros después de que esta se derrumbara.

“Al hacer hincapié en los aspectos financieros, alejé a la gente del miedo que puede paralizar la toma de decisiones”, dijo Jones. “Les mostré que iban a tener que pagar a causa del terremoto, de una manera u otra. Ya sea ahora o después de que suceda. Es sólo cuestión de tiempo”.

Además, hay una responsabilidad comunitaria - el derrumbe de un edificio afectaría a su vecino de al lado, así como a toda la comunidad. “La decisión de alguien a no estar preparado aumenta las probabilidades de que otros sufran”, dijo Jones.

Después de décadas de hacer poco o nada, los líderes políticos y los propietarios acordaron que había que hacer algo. En 2015, Los Ángeles aprobó la ley de readaptación sísmica más amplia del país, que requerirá el fortalecimiento de hasta 15.000 edificios en riesgo de sufrir daños en caso de terremoto.

Una responsabilidad moral

La tragedia puede ocurrir cuando las personas no entienden el riesgo como lo hacen los científicos.

Jones recordó un viaje anterior a una zona devastada de Japón arrasada por un tsunami después del terremoto de magnitud 9 en la costa este de la nación en 2011. Las comunidades de allí sufrieron un número de muertes de hasta el 10% de la población, dijo.

Recordó que la habían llevado a Otsuchi, donde el ayuntamiento estaba ubicado detrás de un dique de 20 pies. Los expertos habían pronosticado un tsunami de 6 pies de altura a causa del terremoto.

“Los líderes de la ciudad ignoraron el protocolo que decía que se movieran a un terreno más alto y llevaron a cabo su reunión de emergencia en el ayuntamiento. Cuando el tsunami se desbordó sobre el muro del mar, perdieron más de 1.000 personas, incluyendo a la mayor parte del gobierno de su ciudad”, dijo Jones.

“La mujer que me dio el tour me pidió que comenzara por entrar a este santuario construido frente al ayuntamiento y que rezara por las víctimas, porque, como ella dijo, necesitamos recordar por qué estamos haciendo esto”, dijo Jones.

“Quiero que pensemos en esas víctimas. Recuerden que la sociedad quiere nuestra ayuda -necesita de ella- para salvar la vida de las personas y sus medios de subsistencia”, dijo a sus colegas científicos. “Estoy diciendo que, como comunidad científica, creo que deberíamos -como deber moral- fomentar la creación de información que pueda ser utilizada para lograr una sociedad más segura”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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