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San Diego: Diócesis católica agrega a 8 sacerdotes a lista de depredadores sexuales

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SAN DIEGO UNION-TRIBUNE

El escándalo de abusos sexuales cometidos por clérigos sacude y golpea nuevamente a la Iglesia Católica Romana, debido a que la diócesis de San Diego agregó ocho sacerdotes a la lista de los presuntos abusadores sexuales de niños.

“Esta es una respuesta al terrible momento en el que estamos”, dijo el obispo Robert McElroy, citando un reciente informe del gran jurado de Pensilvania que encontró que mil niños habían sido abusados por los sacerdotes en el área de Pittsburgh, y la renuncia de Theodore McCarrick, acusado de abuso sexual de monaguillos, seminaristas y sacerdotes.

“La cascada de emociones que esto causa a los sobrevivientes del abuso, así como a otras personas en las iglesias, ha causado un tumulto de ira, pena, malestar, incomprensión, desilusión”, expresó McElroy.

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Los reverendos José Chavarín, Raymond Etienne, J. Patrick Foley, Michael French, Richard Houck, George Lally y Paolino Montagna, además de monseñor Mark Medaer, fueron los nombres revelados de manera fragmentada y faltando detalles importantes.

Esta adición amplía la lista de sacerdotes depredadores establecida por un caso legal histórico que concluyó hace 11 años.

El 7 de septiembre de 2007, la diócesis resolvió 144 reclamos de abuso sexual infantil por parte de 48 sacerdotes y un empleado laico.

Los pagos totalizaron 198,1 millones de dólares, el segundo acuerdo más grande de una diócesis católica en Estados Unidos.

El anuncio de hace días fue motivado por el informe del gran jurado de Pensilvania, el caso McCarrick y otras revelaciones recientes que han cuestionado la autoridad moral de la iglesia y su voluntad de abordar honestamente este escándalo.

“Existe un amplio llamado a la transparencia”, dijo McElroy. “Cuando lo vimos, quisimos resolverlo lo mejor posible”.

Los nuevos sacerdotes incluidos en la lista fueron acusados de abuso desde el acuerdo de 2007, o denunciados a la diócesis anteriormente en archivos que habían sido escondidos o extraviados. Fueron pasados por alto hasta una revisión reciente de los registros, señaló el obispo.

“Nunca se mantuvieron buenos registros sobre este tema hasta hace poco”, indicó McElroy. “Mantenían registros, pero no de manera muy sistemática”.

Los defensores de las víctimas dijeron que revelar las identidades de los depredadores acusados es un paso valioso.

“Los hace más responsables”, expuso la doctora Marianne Benkert, una psiquiatra de La Jolla que, junto con su esposo, el difunto Richard Sipe, estudió el abuso sexual clerical. “Y todavía hay algunas víctimas de estos sacerdotes aquí en San Diego. Le dará a esas víctimas algo de consuelo el ver a sus abusadores expuestos”.

“Algunas diócesis están tratando de hacer revelaciones proactivas, lo cual es grandioso: las revelaciones son superimportantes”, declaró Tim Lennon, presidente de Survivors Network of Abused by Priests (SNAP). “Pero no es por la bondad de sus corazones. Quieren protegerse lo más que puedan”.

Esta crisis es mundial, es un hecho destacado recientemente. Hace días, el Papa Francisco y varios de los principales obispos estadounidenses se reunieron para hablar sobre el caso McCarrick. El día anterior, el Vaticano había anunciado que el pontífice convocará a los obispos del mundo para una reunión en febrero de 2019 para tratar la protección de los menores.

En San Diego, McElroy se embarcará en una “gira para escuchar” a las diócesis, deteniéndose en ocho parroquias entre el 1 de octubre y el 5 de noviembre.

“Me he encontrado con varias víctimas”, dijo McElroy. “Están buscando, realmente están buscando a los perpetradores para decírselo a ellos, pero a menudo el perpetrador está muerto, por lo que buscan que la iglesia diga que verdaderamente lo lamenta”.

La diócesis y otras fuentes publicaron algunos detalles sobre los ocho clérigos agregados a esa lista:

El reverendo José Chavarín. Nacido en México, sirvió en Mary Star of the Sea en La Jolla de 1986 a 1991, mientras también trabajaba como pastor asociado en Our Lady of Guadelupe en Calexico (1989-1990) y pastor asociado en St. John of the Cross en Lemon Grove (1990-1991).

El 20 y 23 de junio de 2008, la diócesis recibió informes de que Chavarín, que entonces trabajaba en San Francisco, había abusado sexualmente de tres niños mientras estaba en San Diego. Los incidentes involucraban a dos hermanos en 1986 o 1987, y un niño no relacionado que fue abusado entre 1985 y 1988.

Confrontado con estas acusaciones, Chavarín negó haber actuado mal y luego huyó a México. El paradero actual de Chavarín es desconocido.

El reverendo Raymond Etienne. Sacerdote de la Society of the Divine Word, Etienne fue párroco asociado en el templo St. Anthony de San Bernardino de 1980 a 1988. También trabajó en el seminario de la Society of the Divine Word en Riverside en la década de los sesenta, donde supuestamente agredió sexualmente a seminaristas.

Etienne está muerto, informa la diócesis, aunque los funcionarios allí no pudieron confirmar cuándo o dónde murió.

El reverendo J. Patrick Foley. Aunque estuvo adscrito a la diócesis de San Diego, Foley ha vivido en el norte de California desde 1991. En 2010, fue suspendido del ministerio a la espera de un juicio en la iglesia, acusado de haber abusado de dos muchachos del área de Sacramento, cuyos padres habían sido amigos del sacerdote.

El juicio canónico terminó en enero de 2011 sin un veredicto claro. “No era culpable”, dijo Rodrigo Valdivia, vicemoderador de la curia en la diócesis de San Diego, “pero eso no quiere decir que fuera inocente”. Sus facultades sacerdotales se restablecieron hasta que McElroy las removió en agosto de 2015.

Eso no ha impedido que Foley se publicite en su sitio web como un “predicador itinerante papista”, ofreciendo retiros y consejos espirituales. Su publicación más reciente, con fecha del 18 de mayo de 2017, es una reflexión personal bajo el título “Ama, y luego haz lo que quieras”.

Este julio, dirigió una “misión de grupo” en St. Joseph the Worker en Dubuque, Iowa.

Foley no devolvió la llamada de un periodista para esta nota.

El reverendo Michael French. En 2003, la diócesis fue alertada de que French había abusado de un niño en 1980. French, que murió en 1995, llegó a San Diego en 1973 para realizar estudios de doctorado en la Escuela de Psicología Profesional de California.

En 1975, fue capellán en el Benedictine Convent for Perpetual Adoration en San Diego.

Director de Catholic Community Services y director diocesano de Worldwide Marriage Encourage, French conoció a su víctima en una ocasión social en la casa de sus padres. Hubo varias ocasiones de abuso. La diócesis pagó un acuerdo a la víctima, que no presentó cargos en la corte.

El reverendo Richard Houck. En su larga carrera, Houck sirvió como sacerdote asistente, pastor asociado, pastor y sacerdote residente en una serie de parroquias locales: St. Vincent de Paul, St. Charles Borromeo, Our Lady of Angels, St. Charles, St. Didacus e Immaculate Conception, todas en San Diego; Most Precious Blood en Chula Vista; y Our Lady of Light en el Descanso.

En 1968, asistió a St. Vincent de Paul, sirviendo junto a otro sacerdote que la diócesis catalogaría como depredador sexual en 2008, el reverendo Hugh John Sutton.

Mientras estuvo en Most Precious Blood en 1977, abusó sexualmente de un monaguillo de 10 años, de acuerdo con la diócesis. Cuando la víctima denunció este abuso en 2004, la diócesis pagó un acuerdo y la víctima no presentó el asunto en la corte.

Houck murió en febrero de 2002.

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El reverendo George Lally. Como pastor asociado en St. Mary en El Centro entre septiembre de 1970 y febrero de 1972, Lally presuntamente abusó de un niño. Un informe diocesano de 2002 refiere un acuerdo de 1971 para pagar los costos universitarios de la víctima.

“Como compensación por haber sido víctima”, dijo Valdivia.

The San Diego Union-Tribune informó que un hombre identificado como “Ralph S.” demandó a la diócesis, alegando que Lally había abusado de él cuando era monaguillo en St. Mary. “Ralph S.” les dijo a los reporteros que había informado el delito al pastor de St. Mary y entonces Lally fue transferido.

Lally, quien dejó el sacerdocio en 1979, está casado y vive en San Clemente.

Su esposa, una exmonja y administradora y educadora católica desde hace mucho tiempo, fue contratada en 1983 como directora de Holy Family School. En el lapso de un mes fue despedida. Ella demandó a la diócesis.

Ese caso fue desestimado en 1990.

Monseñor Mark Medaer. Mientras era párroco de Our Lady of Guadelupe en Caléxico, Medaer supuestamente abusó de un niño en 1982. Aproximadamente 20 años después, la víctima denunció este abuso a la diócesis, que aceptó pagar por su terapia.

Los registros diocesanos muestran que la terapia comenzó en marzo de 2002 y continuó al menos hasta noviembre de 2002.

Medaer murió en junio de 1993.

El reverendo Paolino Montagna. Vinculado a la diócesis por menos de tres años, Montagna fue el pastor asociado en Our Lady of Guadalupe de El Centro (agosto de 1972-octubre 1973) y luego ocupó el mismo cargo en una parroquia del mismo nombre en Caléxico, Our Lady of Guadalupe (octubre de 1973-enero de 1975).

Fue acusado de abusar de dos niñas. La diócesis no pudo decir cuándo ni dónde.

Montagna, que dejó la diócesis en enero de 1975, presumiblemente está muerto.

Las nuevas revelaciones fueron descartadas por la coordinadora del SNAP en el sur de California, Esther Miller, como “juego de humo y espejismos”. Benkert, la psiquiatra de La Jolla y exmonja, dijo que el escándalo “parece ser interminable”.

“La gente puede entender hasta qué punto la iglesia ha tenido que ir para tratar de protegerse a sí misma como institución”, señaló.

McElroy, sin embargo, argumentó que las nuevas medidas tomadas por la diócesis -incluida una Junta Civil de Revisión para quejas de abuso sexual y un programa de prevención en el plan de estudios de la escuela católica- han sido efectivas, hasta cierto punto.

“He estado aquí como obispo durante tres años y medio y en ese tiempo no hemos tenido un caso real de algún sacerdote que haya abusado de menores”, explicó.

“Pero al mismo tiempo, hemos tenido cuatro casos que involucran a personas laicas”.

Sin embargo, otros están seguros que se presentarán más informes de abuso clerical.

“¿Me están diciendo que ahora hay 56 sacerdotes acusados convincentemente de abusos sexuales en San Diego?”, preguntó Patrick Wall, un ex sacerdote que ahora investiga la conducta sexual inapropiada para una firma de abogados en Minnesota, Jeff Anderson and Associates. “Creo que ese número es extremadamente bajo”.

Rowe y Davis escriben para el U-T. Pauline Repard y Merrie Monteagudo contribuyeron con este informe.

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