Anuncio

Estudiantes de Corinthian podrían obtener el perdón de sus préstamos

Share

El juicio por $ 1,100 millones que ganó la fiscal general Kamala D. Harris quizás no resulte en una compensación concreta por parte de la ahora extinta empresa Corinthian Colleges. Pero el engaño que la compañía efectuó a los estudiantes podría reforzar el caso federal de los alumnos para ‘el perdón’ de su deuda.

El juez de un Tribunal Superior de San Francisco Curtis Karnow halló que el operador de esta universidad con fines de lucro, que se declaró en quiebra en mayo, proporcionó declaraciones falsas o engañosas acerca de las tasas de inserción laboral de los graduados, engañando a los estudiantes y también a los inversores.

Hasta el momento, el Departamento de Educación ha ofrecido perdonar préstamos para los estudiantes que asistieron a una escuela Corinthian que cerró en abril, y si el operador del centro educativo defraudó al estudiante o participó en acciones que violaron la ley estatal. Los alumnos deben solicitar este perdón de préstamos.

Anuncio

La sentencia del miércoles afirma que la compañía violó la ley del estado de California y da a los estudiantes un argumento más fuerte en su derecho a la condonación de deuda, señaló Robyn Smith, abogada de alto nivel de Legal Aid Foundation, de Los Ángeles. “Este juicio debería constituir una base para el alivio de préstamos para los estudiantes”, resaltó Smith, quien trabaja con exalumnos de Corinthian para solicitar el perdón de las deudas. “Yo diría que todos los estudiantes cubiertos por esta sentencia deberían obtener el perdón automático” sin la necesidad de solicitarlo.

Aún no está claro si el Departamento de Educación coincide con este punto de vista. Smith señaló que el gobierno federal no ha dicho si “reconocería este tipo de fallo”. Un portavoz del Departamento de Educación mencionó que la agencia también está revisando la sentencia.

El Departamento de Educación ha tomado medidas para perdonar préstamos a los estudiantes de alguno de los colegios de Corinthian, quienes señalan que se han endeudado a cambio de una educación inútil. Sin embargo, algunos alumnos y abogados de consumidores criticaron dichos esfuerzos, tildándolos de insuficientes e incómodos, y han instado al departamento a perdonar todos los préstamos pendientes obtenidos por los estudiantes de Corinthian. “Realmente va lento”, dijo Smith. “No sabemos si se hará justicia para los perjudicados”.

Se espera que el Departamento de Educación anuncie que facilitará el proceso para los estudiantes de 91 planteles de Corinthian. La agencia ha aprobado hasta ahora el perdón de préstamos por valor de más de $130 millones, de 8,800 antiguos alumnos. Desde 2010, Corinthian había inscrito cerca de 350,000 estudiantes, que tomaron préstamos federales por un total de alrededor de $3,500 millones.

La sentencia emitida el miércoles en California se aplica a los estudiantes de Corinthian, así como a aquellos que asistían a otros centros de la misma compañía, como Everest College, WyoTech, y los programas en línea de Everest y Everest College Phoenix.

Corinthian fue hallado culpable por hacer publicidad de programas o títulos que no ofrecían, tales como capacitación para técnicos de rayos X y de diálisis, de acuerdo con documentos de la corte.

El juicio detecto que Corinthian y sus subsidiarias tenían prácticas de cobro de deudas injustas e ilegales, incluyendo la restricción de asistir a clases si los estudiantes estaban atrasados en los pagos de préstamos. Además, no daban a conocer su papel en el programa de préstamo Génesis.

La sentencia ordena la restitución de $820 millones para los estudiantes. Pero el dinero probablemente sea difícil de recuperar. Cuando Corinthian se declaró en quiebra, en mayo pasado, mostró un pasivo de $143 millones y sólo $ 19.2 millones en activos.

La oficina de Harris tiene autoridad para distribuir los fondos de lo que obtenga de la sentencia a los estudiantes que asistieron a Corinthian y sus escuelas afines en California, de 2010 en adelante.

matt.hamilton@latimes.com

andrew.khouri@latimes.com

Traducción: Diana Cervantes.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio