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Las altas temperaturas reducen fuertemente fertilidad de las vacas en México

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EFE

La capacidad reproductiva del ganado bovino en México se ve bruscamente reducida a causa de las altas temperaturas, que son responsables de la muerte de embriones, informó hoy el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Una investigación del Departamento de Nutrición Animal de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) reveló que, como consecuencia del estrés térmico de las vacas, se producen mortalidades embrionarias muy altas cuando las temperaturas rebasan los 35 grados centígrados con más de 50 % de humedad.

En la zona de Torreón, en el estado de Coahuila, se reportan tasas de preñez de 20 y 25 % en la primera inseminación, una cifra exponencialmente más baja que la media mundial, que se sitúa en un 60 % de éxito las primeras veces.

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El investigador Miguel Mellado aseguró que “esto no se debe a que no queden preñadas las vacas, sino a que los embriones de pocos días de vida no sobreviven a las altas temperaturas del aparato reproductivo de vacas sometidas a estrés térmico”.

La producción de leche también se ve mermada durante el verano, dado que las vacas tienen que utilizar mayor cantidad de energía para autorregular su organismo y reducen el consumo de alimento como una medida para disminuir el calor generado por la digestión.

Para reducir el estrés, el científico apuntó al manejo nutricional y ejemplificó “utilizar grasa en la dieta de las vacas” para aumentar su densidad energética.

Y de esta forma, aunque reduzcan el consumo de alimento, ingieren la cantidad de energía suficiente para una correcta producción de leche.

Una alternativa para evitar la mortandad de los fetos es recurrir a la inseminación de las vacas “durante las horas del día de menos calor y adecuar las instalaciones para que la vaca tenga mejor calidad de vida”.

“Las instalaciones de las vacas tienen que diseñarse de tal forma que los animales se vean menos afectados por el intenso calor, en este caso sombreaderos en diferentes ubicaciones del corral con tres metros cuadrados de sombra por animal y orientados de oriente a poniente”, detalló.

El investigador también valoró la posibilidad de introducir en los recintos “ventiladores sencillos o ventiladores combinados con aspersores de agua”. EFE

zch/er/dsc

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