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Miss Mundo 2018 dice que se ‘consideraba fea’

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Conquistó el título de Miss Mundo 2018 gracias a su belleza, personalidad y un corazón altruista, pero Vanessa Ponce de León confesó que en el pasado fue una chica insegura y hasta se sentía fea.

La mexicana, que el pasado sábado venció a más de 100 representantes de todo el mundo, dijo que durante su adolescencia su perfil no fue el de la chica popular ni encantadora.

“Fui muy insegura. Cuando estaba en la secundaria me decían ‘La Hámster’, tenía unos dientes muy grandes y creo que mi cara todavía no había crecido lo suficiente, entonces yo me consideraba muy fea, me consideraba muy extraña “, declaró Vanessa en entrevista telefónica desde China, donde atiende sus primeros compromisos como Miss Mundo 2018.

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“No era una mujer popular, fui muy insegura. Fue hasta la universidad cuando me di cuenta que podía valerme por mi misma, porque cuando me mudo a Guanajuato me voy sola y ahí me di cuenta que podía trabajar para conseguir dinero; puedes comprar lo que quieres, pagar deudas yo sola... La independencia te da seguridad”, agregó.

Vanessa, quien aclaró que no es guanajuatense como se dijo, ya que es nacida en la Ciudad de México, indicó que el apodo ni siquiera venía de enemigos, sino de sus cuates.

A sus 26 años, la Miss Mundo señaló que nunca fue un el máximo sueño estar en un certamen de belleza, y que si entró a este fue para buscar ayuda para el Proyecto Na Valí, donde atienden a más de 300 niños indígenas migrantes.

“Yo entré aquí por todo lo que es la categoría Belleza con Propósito, porque lo vi como una manera de obtener fondos para las asociaciones con las que yo trabajaba.

“El logro que yo quería obtener era ser parte del Top 5 de Belleza con Propósito, porque si eres parte de ese grupo la organización mundial viaja a tu país y te apoya con tu proyecto, y lo hace crecer. Les da una donación. Eso era lo que yo quería, yo venía para eso”, afirmó la primera mexicana en ganar la corona de Miss Mundo.

Vanessa, quien ganó el reality Mexico’s Next Top Model, indicó que hace años, tras ser contratada como modelo en un comercial para migrantes en el albergue del Padre Alejandro Solalinde en Oaxaca, entendió que lo suyo era ayudar.

“Yo llegué ahí y me tenía que quedar dos días para el comercial, pero terminé quedándome una semana y media porque vi que hacía tanta falta ayuda, voluntarios, recursos, entonces traté de hacer lo más que pude y fue como que: ‘tengo que hacer algo más que modelar’”.

Después de esto dejó un poco su carrera de modelo para trabajar con asociaciones como un centro de rehabilitación para mujeres, la comunidad indígena, el centro de rehabilitación para discapacitados en Juárez y hoy su bandera son los derechos humanos.

“Yo voy a luchar por eso y sobre todo por la niñez indígena, lo que nos importa antes que la educación es que tienen que tener una alimentación correcta y salud”, asumió.

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