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A Lorena Velázquez le lucen sus más de 60 años... ¡y los que faltan!

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Ya son 61 años de trayectoria, recuerda Lorena Velázquez, quien trae a su memoria aquel penoso debut en Macbeth, en el Teatro de Bellas Artes y en donde, siendo una adolescente, por poco echa a perder su carrera.

Mientras salía a escena detrás de Isabela Corona, protagonista de este clásico, la emoción la traicionó. Se quedó pasmada viendo las luces del teatro y pisó el vestido de la actriz, quien al no poder avanzar estiró tan fuerte, que Lorena fue a dar al suelo.

“Me corrieron ese día de la obra, pero al siguiente me perdonaron y me advirtieron que no viera las luces”, narra la actriz mientras se oye una risotada al otro lado del teléfono.

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Ahora, a sus 78 años, domina cada paso, gesto y diálogo, pues desde hace tiempo pasó de ser uno de los rostros más bellos de la pantalla a primera actriz, tal y como se deja ver actualmente en cartelera en la cinta Más Sabe el Diablo por Viejo y en la obra de teatro Las Arpías.

En el filme vivió momentos inolvidables, asegura, pues se trata de una cinta familiar, chistosa y en donde gozó con la simpatía, apoyo y, sobre todo, con la memoria de un gran actor: Ignacio López Tarso.

“Es un caballero, un grande de la escena y con una memoria... que hasta a mí me corrigió”, confiesa en medio de esa risilla que suelta como quien hubiera hecho una travesura.

Y es que cuando filmaban una escena el actor le cortó el diálogo y le comentó: “No, Lore... esa palabra no es, tú debiste haber dicho esto...”.

“Ay, nooo... ¡hasta mis diálogos se sabía! Dije: ‘¿en qué momento se los aprendió?’”, expresa sobre el rodaje, estelarizado por Osvaldo Benavides y Sandra Echeverría, y en donde además estuvo otra gran compañera, como se refiere a Isela Vega.

Incluso, en uno de los cortes de escena, López Tarso le recordó viejos tiempos cuando ella lo acompañó en teatro hace más de 55 años.
“¿Te acuerdas, Lore, de aquella obra que hicimos juntos en Bellas Artes?”, preguntó el actor de 93 años, a lo que ella contestó segura: “Cómo no me voy a acordar, si fue Otelo”.

López Tarso rió y reaccionó: “¡Nooo, no era Otelo... era Hamlet!”. Al final, la anécdota terminó en risas, pues hasta el nombre del personaje que hizo le recordó.

Después de eso, ella le preguntó sobre una cinta que filmaron en los 50 que no recordaba, y su compañero le dio el título de inmediato.
“Claro, (fue) Ellas También son Rebeldes”, recrea Lorena las palabras de maestro del teatro y al que considera uno de los más grandes en México.

A la espigada mujer no le importa poner en un lugar importante a otros compañeros, incluso antes que alabarse ella misma, pues admite que siempre ha respetado a todos los actores.

“Por eso, en los pleitos con Isela en Más Sabe el Diablo por Viejo nos dábamos con todo, pero en realidad la quiero y admiro mucho”, relata sobre ese pique de “divas” que tienen en la cinta, pues ambas interpretan a dos actrices retiradas y en rivalidad.

Debido a esas riñas, la actriz no dudó en sacar lo mejor de su vestuario y hasta se dejó ver en una parte con un pronunciado escote.
“Pues lo que queda hay que enseñarlo”, dice y suelta otra carcajada la hermana de otra estrella, Tere Velázquez.

Al verla en la película con esos vestidos entallados cualquiera diría que Lorena lleva una dieta rigurosa, pero no es así.

“No, mi vida, yo como lo que me encuentro. Me encanta el sope, la garnacha, las tortas. Soy fan de la comida mexicana.

Afortunadamente no engordo, si no... estaría peor que Chachita”, dice quien fuera protagonista de Santo Contra las Mujeres Vampiro y El Rapto de las Sabinas.

Además de la comida que le encanta, no deja sus cigarros, pues sigue fumando cerca de media cajetilla al día, si no es que toda completa.
Así como disfruta su actual temporada en la obra Las Arpías o como gozó la filmación de Más Sabe el Diablo por Viejo, Lorena trata de sacarle jugo a la vida, en general.

“A esta edad ¿para qué se preocupa una de tantas cosas?”, expresa con una natural simpatía la mujer que se esfuerza por seguir activa en teatro, cine o televisión.

Muy lejos quedó aquella caída en el Teatro de Bellas Artes y en la que pensó que había echado todo a perder.

Lorena se levanta cada día para encaminar sus pasos a un set de filmación o a instalarse tras bastidores en teatro para preparar su personaje y esperar con esa misma alegría que demuestra con sonrisas la esperada tercera llamada.

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