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Estas estrellas femeninas de la música latina armaron una fiesta  masiva en honor a las mujeres

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Es indudable que el término “empoderamiento femenino” ha sido uno de los más usados y populares del calendario que ya se termina, y eso lo sabe bien Univision, que decidió cerrar el año en Los Ángeles con un ambicioso concierto titulado “Las Que Mandan”, llevado a cabo durante la noche del sábado en el Forum de Inglewood y convertido en punto de encuentro para varias artistas particularmente relevantes del universo latino.

Contra todas las expectativas, la súper estrella Thalía fue la primera en aparecer, para ofrecer un set muy breve (duró menos de 20 minutos) en el que parecía primar el ‘playback’, aunque ella misma cantó realmente al menos en dos ocasiones: la que la llevó a entonar a capela un fragmento del tema “Entre el mar y una estrella” (lanzado en el 2000) y la que la vio haciendo lo mismo a dúo con Natti Natasha en la parte media de la interpretación de “No me acuerdo”, una canción procedente de su más reciente álbum, “Valiente” (2018).

Luego de una especie de introducción en la que se escuchó una versión grabada de “Me oyen, me escuchan” -la canción creada por un productor que no la conocía sobre la base de un video suyo que se hizo viral-, Thalía arremetió con cortes como “Desde esa noche”, que encontró al colombiano Maluma (quien participó en la versión en estudio) únicamente en las pantallas de video y que marcó de paso el ritmo reggaetonero que adquirieron piezas como “Lento” y hasta el ya tradicional “Amor a la mexicana”.

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La cantante -que, a sus 47 años, sigue bailando de manera espectacular y luce un estado físico impresionante- incluyó también interpretaciones más apegadas a los registros discográficos de composiciones como “Piel morena” y “A quién le importa” (original de Alaska y Dinarama).

La ya citada presentación de “No me acuerdo” le dio pie a la salida de Thalía y al acto estrictamente solitario de Natti, la única no mexicana de la partida (es dominicana), quien demostró desde el inicio que iba a cantar sin pistas pero con DJ, y que empezó de ese modo su set con el ‘hit’ “Criminal”, para cerrarlo más adelante con otro éxito, “Sin pijama”, que llegó sin la presencia de Becky G, la rapera mexicoamericana que grabó la misma pieza a su lado -y que, a pesar de vivir en L.A., no pudo asistir-. En medio del repetitivo ‘beat’ urbano, la muchacha probó tener una gran voz.

Sin embargo, para nosotros, la verdadera sorpresa llegó inmediatamente después, gracias a una contundente actuación de Paulina Rubio que, a pesar de sufrir de un sonido turbio, mostró a la “Chica Dorada” en buena forma física y en un plan sumamente rockero, respaldada por una fiera guitarrista que le dio un toque incluso más femenino a su labor.

Pese a que no hizo gala de una gran voz, Pau convenció y animó a la multitud con una multitud de éxitos que han sobrevivido al paso del tiempo, entre ellos “Ni una sola palabra”, “Lo haré por ti” y, por supuesto, “Yo no soy esa mujer”, que se prestaba perfectamente para el mensaje que pregonaba el evento.

Por su parte, Yuridia, que vino luego con su propia banda y algunos bailarines, fue sin duda la mejor cantante de la velada, y su voz poderosa y afinada fue lo más distintivo de un repertorio que se caracterizó por las baladas de desamor, incluyendo a “Amigos no por favor”, su himno más reconocido.

Antes de esa pieza, llegaron otras como “Llévame”, “Te equivocaste”, “Inevitable”, “Como yo nadie te ha amado” (original de Bon Jovi) y “Noche de copas” (popularizada por María Conchita Alonso). La respuesta del respetable fue muy favorable.

Enseguida, el ambiente se hizo súbitamente tradicional con la llegada del Mariachi Divas, que ofreció un vibrante popurrí por el que desfilaron clásicos como “La Bamba” y ”Guadalajara”, entonados con excelentes voces femeninas y respaldados por los coros entusiastas de una audiencia que llenó el local y que estaba mayormente conformaba por mujeres de distintas edades.

El mismo mariachi permaneció en sus posiciones para sumar a un acordeonista (esta vez masculino) y convertirse en el marco musical de Paquita la del Barrio, la veterana intérprete de canciones anti machistas y burlonas que, ante nosotros, fue lo mejor del concierto.

Sin necesidad de moverse mucho, pero cobijada por la intensidad de una garganta que transmite mucho sin necesidad de hacer piruetas técnicas, la artista de 71 años enardeció a las damas del público (muchas de ellas en grupos de amigas y algunas ya entradas en copas, como era su derecho) con piezas como “Viejo rabo verde”, “Me saludas a la tuya”, “Las mujeres mandan” (que podría haber sido el tema oficial del concierto) y, claro está, las infaltables “Tres veces te engañé” y “Rata de dos patas”. Inesperadamente, su set incluyó también una bienvenida interpretación de “Ella”, la extraordinaria creación de José Alfredo Jiménez que ha sido normalmente cantada por varones.

La última en subir al estrado fue Gloria Trevi; pero lejos de ser un acto de relleno, el suyo fue sin duda el principal, porque tanto su sonido como su nivel de producción fueron los mejores del espectáculo desde que se escucharon sus primeras notas, cuando la controvertida y adorada vocalista se desplazó desde los pasillos laterales hasta la tarima metida en una enorme burbuja de plástico.

Apelando a su instinto teatral natural y a ese sentido del melodrama que ya no se sabe si es real o forma parte de su puesta en escena, pero que llega de la mano de un gran carisma y un desenfadado sentido del humor, Trevi desgranó con más generosidad que las artistas anteriores la multitud de éxitos que ha cosechado a lo largo de una carrera que se inició hace tres décadas, aunque se vio interrumpida durante varios años por un escándalo altamente publicitado.

Haciendo pausas frecuentes para dar la clase de discursos que la distinguen, Trevi empezó con “Dr. Psiquiatra” y terminó oficialmente con “Pelo suelto”, aunque luego de eso le dio cabida a un joven que, en sus palabras, acababa de salir del closet, así como a un gran coro aparentemente LGBTQ, con el fin de emprender una interpretación especial de “Todos me miran”. En medio de todo eso figuraron piezas como “El recuento de los daños”, “Pruébamelo”, “Con los ojos cerrados” y “Ellas soy yo”, una composición nueva que se estrenó en los Latin American Music Awards de este año y que habla directamente de los abusos a mujeres.

Trevi tuvo también un gesto generoso al reconocer la labor de los bomberos que están arriesgando sus vidas para acabar con los incendios en California, aunque llevó luego el asunto a sus propios terrenos al invitar a un grupo de hombres disfrazados de estos trabajadores que terminaron siendo una suerte de ‘strippers’ y que la acompañaron mientras cantaba su nueva pieza “Me lloras”, inclinada hacia el reggaetón.

No todo fue ideal durante el concierto y su antesala. Además de las irregularidades de sonido, que se superaron por completo durante el acto de la Trevi, el show empezó más tarde de lo anunciado y hubo inicialmente problemas de acceso para la gran multitud que había llegado en el horario correcto; pero lo cierto es que, más allá de que se guste o no del pop comercial que dominó la faena, las artistas se portaron por lo general a la altura de las circunstancias y tuvieron algo productivo que decir sobre la situación de las mujeres en el mundo actual, permitiendo de paso que las féminas hispanas de nuestra ciudad se expresaran y se desfogaran como no pueden hacerlo en los numerosos espectáculos que son todavía dominados por los hombres. Y eso es ya un avance.

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