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Utiliza Trump confusión en cifras de cruces fronterizos ilegales para reclamar dinero para el muro

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Los funcionarios de la administración Trump afirman que un aumento en las familias y los menores procedentes de América Central que buscan asilo generó un “punto crítico” en el sistema de inmigración. Los 66.450 migrantes arrestados que cruzaron la frontera suroeste el pasado febrero -una tasa de más de 2.300 por día- fue superior a la de casi cualquier mes en la última década.

Sin embargo, los cruces ilegales permanecen en mínimos históricos en general. En el año fiscal 2018, que terminó el 30 de septiembre, los agentes de Estados Unidos arrestaron a 396.579 personas en la frontera con México. Desde la década de 1980 hasta mediados de la década de 2000, esa cifra superaba habitualmente el millón de individuos, alcanzando un máximo de más de 1.6 millones de arrestos en 2000.

Esta aparente discrepancia en las últimas cifras permitió a Trump aprovechar la interpretación para ajustarla a su argumento.

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El presidente Trump cita el aumento a corto plazo para reforzar su postulado de una emergencia nacional, que declaró para evitar al Congreso y desviar más de $6 mil millones en fondos federales para su prometido muro fronterizo. Muchos legisladores que analizan la situación y la respuesta de la administración, apuntan en realidad a la tendencia a largo plazo.

“Son confusos”, indicó la senadora Dianne Feinstein (D-California) sobre las evaluaciones ambiguas de los funcionarios, durante una audiencia esta semana. “En el corto plazo, las detenciones en la frontera aumentan... A largo plazo, me han dicho que el total de detenciones el año pasado fue en realidad... el quinto nivel más bajo en los últimos 46 años”.

En la misma audiencia, el senador John Cornyn (R-Texas) usó las últimas estadísticas para refutar las críticas de que la emergencia del presidente no existe. “Para creer que hay una emergencia falsa en la frontera hay que estar ciego a los hechos, o simplemente no querer escuchar”, afirmó.

Sin embargo, las políticas de la administración Trump destinadas a disuadir a los migrantes, pueden estar contribuyendo al reciente aumento, incluso cuando la inmigración en general se encuentra en mínimos históricos.

¿Un aumento primaveral?

Combinando el número de migrantes arrestados que cruzan la frontera ilegalmente y los que llegan a los puertos de entrada sin autorización, el total del mes pasado, de 76.103, representa un aumento del 31% respecto de enero.

La migración tiende a aumentar en primavera en respuesta a las demandas laborales en Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos cinco meses, el número de detenciones totales ya era alto, de 318.407, lo cual puso a la inmigración ilegal en camino a su nivel más alto en una década.

Aún así, incluso hace una década, en 2009, que fue el primer año del mandato de Obama, la migración masiva se encontraba en un nivel bajo en comparación con las décadas anteriores, mientras una recesión mundial desalentaba a muchos posibles inmigrantes -principalmente hombres mexicanos solteros- a viajar al norte en busca de trabajo.

Quién viene

El sistema está abrumado no sólo por la cantidad de individuos que llegan, sino también por el tipo de personas que vienen, según declaró la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, en una audiencia por separado.

En febrero, las autoridades de Estados Unidos detuvieron a 7.249 menores no acompañados y 40.385 adultos. Los menores solos y las familias que viajan juntas, en su mayoría de América Central, representan una mayoría o el 62%, de todas las detenciones.

“Estas cifras ya han excedido nuestra capacidad y los aumentos abrumarán por completo el sistema”, remarcó Nielsen. “Esto no es una crisis inventada, esto es verdaderamente una emergencia”.

El número de niños solos que llegan a la frontera se mantuvo relativamente estable, sin embargo, este año las autoridades de inmigración notaron en las familias un aumento del 300% en comparación con 2018, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU (CBP). Esta tendencia ha excedido la capacidad de los pocos centros de detención dedicados a familias y menores, y creó un cuello de botella en los espacios destinados como instalaciones temporales.

El pasado jueves, el Pentágono informó que el Departamento de Salud y Servicios Humanos le pidió que encuentre espacio para una cifra alrededor de los 5.000 menores no acompañados, en instalaciones del Departamento de Defensa.

Por dónde cruzan

En 2017, la Patrulla Fronteriza encontró sólo dos grupos de 100 o más personas cruzando la frontera. El año pasado, fueron 13, en lo que va de este año, ha habido 70, y más de 12.000 migrantes detenidos.

Los cruces ocurren cada vez más en las partes remotas de la frontera, a menudo a instancias de contrabandistas de personas o guías conocidos como ‘coyotes’, donde los terrenos escarpados y la falta de personal en las instalaciones fronterizas pueden derivar en condiciones peligrosas para la salud.

El pasado diciembre, dos niños migrantes murieron bajo la custodia de EE.UU. A raíz de ello, el comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza, Kevin McAleenan, anunció recientemente nuevas medidas para garantizar una atención médica suficiente para los migrantes, incluidos exámenes de salud para todos los menores y un nuevo centro de procesamiento en El Paso.

El sector de El Paso, que cubre áreas remotas de Nuevo México y el oeste de Texas, sufrió un aumento de más de 400% en arrestos, con un incremento del 1.689% en familias y del 296% en menores no acompañados, según datos de la agencia.

¿Qué diferencia crea un muro?

Las familias y los menores no acompañados, que provienen de América Central y se entregan voluntariamente a los agentes para solicitar asilo, representan la mayoría de los arrestos en la frontera. Suelen llegar a zonas con o sin barreras.

Hoy en día, alrededor del 70% de todos los cruces son migrantes de los países del Triángulo del Norte -El Salvador, Guatemala y Honduras-, según McAleenan. Como los migrantes mexicanos están sujetos a ser trasladados de manera más rápida, dada la proximidad de su país, es más probable que intenten evadir a los agentes fronterizos.

Nielsen se esforzó por explicar la necesidad de invertir miles de millones de dólares en un muro fronterizo -tal como ha exigido Trump- utilizando este aumento drástico en las solicitudes de asilo e intentos de cruce que llega a unos 800.000 casos.

En 2018, las solicitudes de asilo en los puertos de entrada de la frontera suroeste aumentaron un 120%, un récord, remarcó McAleenan. En lo que va del año, ha crecido un 90%.

‘Medición’: ¿empeora las cosas?

Al continuar limitando el número de solicitantes de asilo que ingresan a Estados Unidos por los puertos oficiales, una práctica conocida como “medición”, u obligándolos a esperar en México mientras se procesan sus casos, los funcionarios de la administración Trump probablemente están forzando a algunos migrantes a cruzar sin autorización, entre puertos de entrada.

Eso puede explicar por qué las detenciones, la medida más comúnmente usada de cruces ilegales, han experimentado alzas abruptas en los últimos meses, mientras que el número de personas que llegan a los puntos de entrada sin autorización se mantuvo relativamente estable, alrededor de 10.000, desde octubre.

En conclusión

El hecho de exacerbar el cuello de botella de los solicitantes de asilo en los puertos oficiales de entrada y alentar así a las personas a intentar cruzar por áreas cada vez más remotas, parece reforzar la declaración de emergencia de Trump y el pedido de un muro. Sin embargo, las cifras de la crisis también socavan el argumento del presidente, de que a más de dos años de estar en la Casa Blanca, su dialéctica dura y su enfoque agresivo para reducir la inmigración están funcionando.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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