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Leo Santa Cruz: si tuviera que irme al infierno para mantener a mi papá con vida, iría

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Leo Santa Cruz se apoderó de un título en 2018 tras defender su corona de peso pluma con una segunda victoria sobre su rival Abner Mares en el Staples Center: el Rey de Los Ángeles.

Mientras se preparaba para defender su corona mundial ante Rafael Rivera, de Tijuana, en el Microsoft Theater de L.A. Live el sábado 16 de febrero, Santa Cruz dio cuenta del peso grande que lleva la corona de campeón de la Asociación Mundial de Boxeo. En una cifras muy disparejas, Rivera obtendrá $20,000, comparado al $1 millón que obtendrá Santa Cruz.

Desde la silla de ruedas en las que frecuentemente está a un lado del ring en el gimnasio de City of Industry, el papá y entrenador de Santa Cruz, José Santa Cruz, continúa su batalla ante los efectos del cáncer de mieloma espinal.

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“Estoy haciendo lo puedo para mantenerlo con vida”, dijo Santa Cruz en una entrevista desde su casa en Corona. “Si tuviera que irme al infierno para mantenerlo con vida, iría”.

El boxeador luego declaró a los reporteros en la conferencia de prensa del jueves que “ha sido muy difícil el ver a mi papá, al verlo luchar, al ver que su cuerpo se debilita.. me siento deprimido, triste”.

“Al mismo tiempo, me motiva para ir al gimnasio, el entrenar, el ganar. Sé que cuando me ve ganar y trabajar fuerte, eso me motiva para continuar peleando ante el cáncer. Le encanta boxear. El boxeo es su vida. Me ha dicho que dé una buena pelea, que continúe haciendo más grande mi nombre y ser el mejor en la división”, agregó.

José Santa Cruz fue diagnosticado con cáncer en 2016, y ha tenido una rutina en la que toma medicamentos, incluyendo morfina, para tolerar el dolor.

El entrenador dijo que goza de la pasión diaria de ir al gimnasio en su Corvette que su hijo le compró, multiplicado por el éxito máximo mientras se prepara para una pelea.

“Me han operado tres veces de mi espalda y de mi cuerpo… mis pies se sienten como si estuvieran en fuego”, dijo José Santa Cruz. “Siento que me quema y muchas veces siento que mi cuerpo quema mucho. Es muy fuerte”.

Pero luego dice, “primero me moriría en el ring que en casa”.

Leo Santa Cruz (35-1-1, 19 KOs), un campeón en tres divisiones diferentes, está participando en su séptima contienda consecutiva por el título de peso pluma.

Dos de esas victorias han venido en contra de Mares y eso afectó al tres veces campeón en tres diferentes divisiones pues el de Hawaiian Gardens se retiró en enero de su contienda de peso superpluma ante Gervonta Davis el 9 de febrero debido a una retina desprendida, la cual amenaza el final de su carrera.

“Lo siento por Abner y nunca he querido que le pase algo así a él. Tuve que sacar lo mejor de mí en esas contiendas”, dijo Santa Cruz.

Santa Cruz, de 30 años, iba a enfrentar a Miguel Flores, de México, el sábado, pero Flores fue baja debido a una lesión. Eso inspiró a Rivera (26-2-2, 17 KOs), de 24 años de edad.

“Estoy preparado. He estado entrenando fuerte. Siento que voy a darle a todos una gran pelea”, afirmó Rivera, quien noqueó a José Ramos el 19 de octubre después de derrotas consecutivas ante el exretador de peso pluma Joseph Díaz y el prospecto de Golden Boy Promotions, Joet González.

“Tijuana ha sido conocido por mandar a peleadores, que han salido de la nada y Jaime Munguía es el último gran ejemplo”, reconoció Santa Cruz, refiriéndose al campeón del mundo de 154 libras. “Si él lo puede hacer y esta es una de esas grandes oportunidades de tomar ventaja. Esto es lo que quiero, por esto es lo que he peleado. Quiero lo que él tiene”.

Santa Cruz, por lo pronto, busca un duelo de unificación ante el campeón de peso pluma del Consejo Mundial de Boxeo, Gary Russell Jr., o un tercer duelo ante el excampeón Carl Frampton. Si nada de eso ocurre, dijo, estaría considerando subir a peso a superpluma.

Por último, Santa Cruz dijo que el resultado de la pelea se centra en su papá, quien durante el campamento utilizó una gorra que decía “Team Santa Cruz: The King of L.A. (Equipo Santa Cruz: el Rey de Los Ángeles)”.

“Hemos tenido carros que cuestan como $500 y mi papá le decía a la gente, ‘voy a tener a un hijo que va a ser campeón del mundo y vamos a tener autos buenos’”, dijo Leo Santa Cruz. “Y la gente decía, ‘pobre hombre, está loco’”.

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