Anuncio

Dave Roberts, el gran comunicador de los Dodgers

(Harry How / Getty Images)
Share

Había felicidad en el Dodger Stadium. Los Dodgers estaban a punto de abrir la última serie de la temporada regular con ventaja en el Oeste de la Liga Nacional, la cual resultaría ser la ventaja más grande del 2018. Billie Jean King se había convertido en una de las nuevas dueñas del equipo.

Jaime Jarrín había sido presentado en el anillo de honor de los Dodgers tres horas antes. Los Dodgers habían anunciado un nuevo contrato para el narrador del Salón de la Fama. Regresará el próximo año y el siguiente también.

Pero los Dodgers no dijeron nada sobre el mánager, Dave Roberts, de 46 años, y de su lanzador icónico Clayton Kershaw, de 30. Aún no sabemos si regresa alguno de los dos. Mark Walter, el jefe de los Dodgers, dijo hace meses que le gustaría firmar a Kershaw para toda la vida.

Anuncio

Mientras Walter se sentaba en el banquillo de los Dodgers, esperando para hacer una entrevista de televisión, le preguntábamos si aún quería firmar a Kershaw de por vida.

“Por su puesto”.

¿Y Roberts?

“¿Para toda la vida?”, dijo Walter.

Bueno, no fue la mejor pregunta. ¿Qué tal un contrato a largo plazo para Roberts?

“No veo la razón por qué no”, dijo Walter.

Ahí está la respuesta. La pregunta del regreso de Roberts ha perseguido a los Dodgers por un año. Desde el final de la Serie Mundial hasta el entrenamiento primaveral, hasta el peor inicio de los Dodgers en sus primeros 40 partidos desde que llegaron a Los Ángeles, hasta la coronación de la división esta semana.

Walter dijo que le gustaría escuchar a Stan Kasten, el presidente del equipo, o a Andrew Friedman, el jefe de operaciones, sobre si alguno de ellos tiene una opinión diferente de extender el contrato a Roberts.

Roberts y Dodgers ya han comenzado a tener pláticas sobre su nuevo contrato, de acuerdo a dos personas familiarizadas con la situación, pero que no están autorizados a hablar públicamente sobre el tema.

Kasten está en su sexta temporada completa. Friedman está en su cuarta, el gerente general Farham Zaidi en su cuarta y Roberts en su tercera.

Si Roberts pudiera competir otros tres años, se convertiría en el primer hombre en ser mánager de los Dodgers más longevo desde que Tommy Lasorda, un miembro del Salón de la Fama, dirigió al equipo por 20 años.

En 23 temporadas los Dodgers han tenido siete managers, uno de ellos es interino.

En esta era, la estabilidad en los mánagers es más impresionante que en los tiempos en los que estaba Lasorda.

Lasorda podría mantener a un jugador en la banca por días, pedir una promoción de un jugador de las ligas menores, ordenar el buffet más caro a su oficina e invitar a los jugadores a comer. Roberts no puede hacer nada de eso por sí mismo.

“Es más en colaboración ahora”, dijo Roberts.

La historia desde el primer día fue que Roberts no tenía autonomía. Friedman y Zaidi hacen todas las decisiones, desde los jugadores que llaman al equipo hasta las alineaciones, desde el bateador designado del quinto inning hasta qué relevista será utilizado en el octavo inning.

Para los fans, la parte visible de un mánager es la parte más importante, y es por eso que existen quejas diarias de cómo Roberts no puede mantener una alineación inicial y quedarse con ella, o qué consistentemente trae al relevista equivocado en el momento equivocado.

Cuando se le pregunta a Roberts lo que considera la parte más importante de su trabajo, no menciona el hacer la alineación ni trabajar con el cuerpo de pitcheo.

“Yo diría que el tener la mente abierta. El poder comunicarse con la administración, jugadores y entrenadores y el poder ganarse la confianza en el vestuario”, dijo. “Si no tienes alguna de esas tres cosas, creo que estás destinado a fracasar”.

La última de esas tres cosas podría ser la más difícil, debido a que Friedman y Zaidi pueden hacer movimientos que hacen enojar a los jugadores, pero dejan que Roberts les dé el mensaje y que trate de minimizar el golpe.

En sus primeros dos años, Roberts dijo que no tenía tantas conversaciones con sus jugadores sobre sus papeles en equipo, porque los Dodgers no tenían tanto talento como esta vez.

“No puedes asumir que todos conocen su papel en el equipo, que todos están felices”, dijo. “Tengo que ser proactivo, tener conversaciones, conocer los pensamientos de los jugadores y de los entrenadores también”.

“Es fácil hablar de comunicación. Pero el hacerlo todos los días, el hacer eso una prioridad, es un reto. Es algo que disfruto, pero es un reto”.

Roberts dijo que nunca ha tratado de aliviar un enojo de un jugador al decirle al pelotero que no estaba de acuerdo con algún movimiento que la administración hizo, aunque quiera que el jugador dé lo mejor de sí.

“Lo único que no quiero hacer es tomar bandos”, dijo Roberts. “Nadie va a estar de acuerdo con todas las cosas. Es la naturaleza de la vida y del trabajo”.

“Pero el tener solidaridad, y el mantenerse juntos, es el mensaje que tengo que dar todo el tiempo a los jugadores. Los jugadores quieren saber por qué se hacen ciertas cosas. Si no entienden algo, es mi trabajo el hacerlo más claro”, agregó.

No es claro por qué los Dodgers y Roberts titubearon todo el año, y dejaron que esta temporada Roberts se convirtiera en un mánager de “veremos si se queda”. Al fin de cuentas, Roberts podría salirse y buscar un mejor contrato en otra parte.

Don Mattingly esencialmente hizo eso. Rechazó un año con los Dodgers por cuatro años con los Marlins de Miami. Pero Mattingly estaba aquí cuando Walter y Kasten llegaron, y Mattingly estaban aquí cuando llegaron Friedman y Zaidi.

Roberts es su hombre. No se trata de que esté enamorado con todo lo que hace la administración o viceversa. Pero quiere estar aquí, y la administración de los Dodgers quiere que esté ahí. El resto es números y a este equipo le va bien con los números.

Anuncio