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Canelo Álvarez responde a las acusaciones de que es un tramposo  

Sports columnist Dylan Hernandez sits down with Canelo Alvarez.

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Canelo Álvarez comenzó a pelear por dinero cuando tenía 15 años y ha intercambiado golpes con los peleadores más temibles del planeta. Desde luego, podría responder sin perder la compostura a las preguntas de su examen antidoping que reprobó.

“No me molesta”, dijo sobre la percepción de que es un tramposo.

Álvarez habló de forma deliberada y suavemente, como normalmente sucede.

De igual forma podría estar hablando sobre instalar un asiento en su auto para su niña de siete meses. Continuó hablando del clembuterol que se descubrió en su sistema al inicio del año y reiteró que fue ingerido accidentalmente. Álvarez comentó que “estaba mirando hacia el futuro, seguro de lo que es y lo que había hecho”

Sus palabras fueron convincentes pero el historial de los escándalos de doping lo hacen más claro: solamente Álvarez sabe si usó la droga intencionalmente para mejorar su desempeño.

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Al escuchar lo que tuvo que decir y al verlo entrenar por un par de horas en un entrenamiento reciente en San Diego presenciamos algo muy cierto: no es un peleador que se distrae.

Tal vez está seguro en su verdad, como él dice. O simplemente ha bloqueado el ruido en su entorno. Cualquiera que sea el caso, el dinero de las apuestas está con el peso mediano mexicano cuando regrese al T-Mobile Arena en Las Vegas para la revancha del 15 de septiembre ante Gennady Golovkin.

La pelea, originalmente programada para el 5 de mayo, fue pospuesta cuando Álvarez dio positivo a clembuterol. Álvarez dijo que estaba sorprendido por la noticia pero nunca entró en pánico sobre lo que podría suceder con su carrera.

“Yo estaba tranquilo”, dijo. “Solamente era cuestión de que pasara el tiempo, las cosas se iban a aclarar con las pruebas que me hicieron. En mi mente, no tenía que agachar la cabeza, siempre estuve con la frente en alto”.

Los exámenes incluyen una prueba de cabello, la cual arrojó negativo a clembuterol. Los resultados parecen apoyar la creencia del campamento de Álvarez, la cual sugiere que tomó la sustancia mientras comía carne en su natal México. Muchos de los granjeros le dan la sustancia a sus ganados para acelerar el crecimiento, resultando en carne contaminada. También, la prueba del cabello no puede ser considerada 100% confiable.

“Sabían que no fue intencional, pero tengo que respetar las reglas”, dijo Álvarez, quien agregó que no sabía dónde consumió la comida contaminada.

Pero mientras Álvarez argumenta que no fue perturbado por el escándalo, existen señales de que sí le afectaron.

Participó en una conferencia promocional en lugar de aparecer en persona, creando la impresión de que se estaba escondiendo. Álvarez habló de que abrió su campamento de entrenamiento en las semanas recientes para algunos miembros de la prensa selectas.

“Estoy acá”, indicó.

Álvarez reconoció que estuvo molesto en la forma que Golovkin y su entrenador, Abel Sánchez, lo acusaron de hacer trampa. Especialmente estaba molesto sobre la petición de 50-50 de Golovkin al momento de renegociar los términos de la revancha. Antes de la suspensión de Álvarez, Golovkin estuvo de acuerdo en una tajada de 35%. Al final, Golovkin se conformó con un poco más de 40%.

“Sale y dice que no lo hace por dinero, que lo hace por pelear”, dijo Álvarez. “Los que dicen que no lo hacen por el dinero son los que lo hacen por ello”.

Su voz se mantuvo suave al momento de hablar. Luego, predijo que ganaría por nocaut.

Dijo que lastimó a Golovkin cuando fue al cuerpo y a la cabeza durante la primera pelea.

“Y lo hice con guantes con más colchón”, dijo Álvarez.

La selección de los guantes fue dictada por una lesión de mano derecha que sostuvo en los entrenamientos. En la revancha, espera utilizar guantes con menos colchón en el puño.

“Voy a comenzar a trabajar desde el primer round para noquearlo”, indicó.

Si lo logra, sería su reivindicación. Álvarez también se inscribió a un programa antidoping, el cual se estima que lo ha sometido de 15 a 20 pruebas en los meses recientes. Sin importar que tan efectivos son esos programas en realidad, el público asume que estará limpio para la revancha, a menos de que vuelva a dar positivo a alguna prueba. Una victoria clara sobre Golovkin probablemente será evidencia suficiente para los aficionados de que Álvarez no había consumido alguna droga en la última pelea.

“No me molesta porque la siempre va a tener dudas y va a estar hablando y diciendo cosas, no me molesta, ni me preocupa”, dijo. “Siempre van a estar en contra mía”.

Por lo menos es consistente en sus pensamientos. En su mente, él ya se ha reivindicado por la prueba de cabello, así que cualquiera sospecha se debe a que la gente lo ha tratado de encontrar culpable.

No todos comprarían esa narrativa, pero no tienen que. Solamente Álvarez lo sabe.

Él es el único que tiene que sentirse seguro para enfrentar nuevamente a Golovkin.

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