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Trump reafirma que consideraría la ayuda extranjera para su campaña

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En un intento por contener el crítico furor bipartidista, el presidente Trump señaló el viernes que “por supuesto” se pondría en contacto con el FBI si un gobierno extranjero le hiciera llegar rumores insidiosos de sus oponentes políticos, pero hasta después de revisar la información en primer lugar.

“Si no escuchas lo que es, no sabrás de qué se trata”, afirmó Trump en Fox News. “Quiero decir, ¿cómo se puede denunciar algo que no se sabe?”.

La postura de Trump no ayudó mucho para calmar a los críticos, que advirtieron que el mandatario está preparando al país para una repetición de la interferencia extranjera en las elecciones de 2016, que derivó en una larga investigación con fiscales especiales, múltiples consultas del Congreso y preocupaciones generalizadas acerca de la integridad en las votaciones de Estados Unidos.

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El fiscal especial Robert S. Mueller III concluyó que agentes respaldados por el Kremlin interfirieron en las elecciones de 2016, en un esfuerzo “amplio y sistemático” que, en última instancia, tuvo como objetivo beneficiar a Trump. Además de tener contactos extensos con los asesores principales de Trump, los rusos dieron a conocer correos electrónicos robados al partido demócrata y difundieron desinformación divisiva en las redes sociales.

La disposición de Trump de aceptar ayuda extranjera para la elección de 2020 atrajo un coro de críticas por parte de funcionarios electos, académicos legales e historiadores, quienes argumentaron que el mandatario está socavando las normas largamente establecidas de la política de Estados Unidos, y en peligro de violar la ley federal.

“Está claro que, incluso después de la agitación de los últimos dos años, el presidente no ha aprendido nada, o si lo hizo, fue la lección equivocada”, expresó el representante Adam Schiff (D-Burbank), quien está al frente del Comité de Inteligencia de la Cámara. “Comprendió que puede aceptar ayuda extranjera y aún así escapar de la ley”.

La controversia comenzó el miércoles último, después de que Trump declarara en ABC News que podría no decirle al FBI si un gobierno extranjero le ofreciera a su campaña información despectiva sobre un rival. “No es una interferencia [si] tienen datos”, dijo. “Creo que lo escucharía. Si pensara que algo anda mal, tal vez acudiría al FBI”.

Esto provocó alarmas durante todo el jueves en el Capitolio; los demócratas expresaron su indignación y los republicanos se distanciaron de la posición del primer mandatario. La ley federal prohíbe expresamente a los extranjeros hacer contribuciones a las campañas políticas de Estados Unidos.

Aunque se negó a admitir la culpa, inicialmente dijo que sus comentarios habían sido tergiversados, una táctica que fracasó cuando ABC publicó la transcripción completa de sus dichos.

El viernes, el mandatario trató de enmendar sus comentarios durante una entrevista telefónica en “Fox & Friends”, su programa matutino favorito y una emisión reconocida por sus entrevistas de tono sencillo.

Trump señaló: “No creo que alguien me hiciera llegar algo malo, porque saben cuánto amo a este país”. Aunque agregó que, si lo hicieran, los escucharía. “Si no los atiendo, no lo sabríamos”, explicó el mandatario. “Ahora, si pensara que algo es incorrecto o mal dicho, lo informaría al procurador general y al FBI. Lo reportaría a la policía, absolutamente”.

Su argumento no convenció a sus muchos críticos.

Para Max Bergmann, quien dirige el Proyecto de Moscú en el Center for American Progress, un grupo de expertos de Washington, el presidente considera los contactos de su campaña con Rusia en 2016 como apropiados, y no ve razón para cambiar. En opinión de Trump, “si no me atraparon entonces, lo que haga en 2020 no será diferente”, dijo Bergmann.

En su entrevista con ABC, el primer mandatario contradijo directamente al director del FBI, Christopher Wray, quien el mes pasado testificó ante el Congreso que las campañas deberían informar de inmediato los contactos con extranjeros que quieran influir en una elección. Wray, remarcó Trump, “está equivocado”.

Aunque Wray no respondió públicamente, ex funcionarios del FBI describieron el desprecio del primer mandatario hacia el director, y su voluntad -dos veces declarada- de considerar la ayuda extranjera para su campaña, como preocupante. “Si el presidente Trump está dispuesto a entablar una conversación, a los servicios de inteligencia externos les encantará”, afirmó Stephanie Douglas, ex directora ejecutiva adjunta de la rama de seguridad nacional del FBI. “Eso sólo lo hace a él más vulnerable, y dificulta muchísimo el trabajo del FBI”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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