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Trump pierde otra vez en DACA. Los demócratas deberían atacar con una ley más humana de inmigración

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El presidente Trump acaba de volver a perder en los tribunales. Un panel de tres miembros de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito rechazó la solicitud de su administración de levantar un recurso judicial a nivel nacional contra su rescisión del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).

Prepárate para una tormenta de tweets.

La decisión fue esencialmente un paso más en la lucha legal sobre el programa DACA promulgado en la era de Obama, que otorga protecciones y permisos de trabajo a unas 700,000 personas que vivían aquí ilegalmente después de haber llegado durante su infancia.

Obama elaboró esta política después de que el Congreso no aprobara el Dream Act, que habría ofrecido una suspensión de la deportación y un camino a la ciudadanía para las personas que han sido educadas como estadounidenses y cuya llegada aquí no fue su responsabilidad.

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El otorgamiento de ‘alivio’ a los llamados Dreamers (después del fallido Dream Act, que fue aprobado por la Cámara de Representantes en 2010 pero recibió solo 55 de los 60 votos del Senado necesarios para llevarlo a una votación general) es muy popular entre los votantes. Pero los conservadores del Congreso, incluidos algunos demócratas, lo han reprimido.

DACA no otorga un camino a la ciudadanía, pero garantiza un aplazamiento renovable de dos años de la deportación y un permiso de trabajo.

Por supuesto, una idea tan buena no puede durar bajo Trump, quien en septiembre de 2017 ordenó que se rescindiera el programa, argumentando que un presidente no tiene la autoridad sobre las leyes de inmigración refiriéndose a lo que Obama había hecho.

Es un argumento extraño, un presidente en funciones que pide a los tribunales que dictaminen que tiene menos poder que el que había ejercido su antecesor, pero así lo definió Trump.

Sospecho que su decisión tuvo más que ver con deshacer un programa de Obama que con cualquier análisis sobre los límites del poder ejecutivo.

Pero Trump también dijo que estaba a favor de los Dreamers y que quería hacer algo bueno por ellos, y le dijo al Congreso que solucionara el problema que había creado al terminar con los aplazamientos. El Congreso, por supuesto, no aceptó el desafío, aunque en realidad Trump saboteaba las posibilidades de promover un proyecto de ley al vincularlo con la financiación de su muro.

Los destinatarios de DACA y otros afectados por la rescisión, incluido el estado de California, demandaron y obtuvieron una orden judicial en todo el país luego de que los tribunales dictaminaron que era probable que tuvieran éxito en su desafío sobre la decisión de que rescindir DACA era un acto arbitrario y caprichoso de la administración.

Así que aquí estamos, el interdicto aún en vigor, el proceso de impugnación legal y los destinatarios de DACA aún en el limbo.

Aquí les presentamos una idea para la mayoría demócrata entrante en la Cámara: señalen el engaño del presidente y, tan pronto como se reúnan, aprueben un proyecto de ley humanitario y pragmático que otorgue estatus legal y un camino a la ciudadanía para los ‘soñadores’ que cumplan con los requisitos generales, incluido un registro limpio de delitos graves. Y luego trabajen con Trump para aprobarlo a través del Senado.

Puede que no ‘vuele’ esta idea, pero comenzar la sesión pasando una medida popular puede indicar que la clase política puede realmente hacer algo que sea de interés para la nación.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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