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Trump pasó de ‘América first’ a salvar trabajos en China. Esta podría ser la razón

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El sorprendente cambio de postura del presidente Trump hacia un fabricante chino de equipos de telecomunicaciones que su gobierno había sancionado recientemente, provocó un reproche generalizado el 14 de mayo, incluso cuando parecía aumentar la probabilidad de que Estados Unidos y China pudieran evitar una guerra comercial.

Se espera que el principal funcionario económico de China, el viceprimer ministro Liu He, llegue a Washington el 15 de mayo y permanecerá por varios días en los que sostendrá reuniones con altos funcionarios de la administración Trump.

El tweet de Trump, del domingo 13 de mayo, en donde decía que estaba trabajando con el presidente chino Xi Jinping para ayudar a salvar a ZTE, podría ser una señal de que Trump está buscando un posible acuerdo para evitar un aumento en los aranceles por ambas partes.

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En abril, el gobierno estadounidense prohibió a las empresas de ese país vender piezas a ZTE por violar un acuerdo previo por envíos ilegales a Irán, sanciones tan graves que ponían en peligro la supervivencia de la gran empresa de Shenzhen. Los críticos de las políticas mercantilistas de China habían aplaudido las sanciones y las veían como una indicación de la seriedad con que la administración buscaba el cambio en Beijing.

La posición de Trump con ZTE aparentemente sorprendió a sus propios funcionarios, y fue aún más notable porque el presidente, fiel defensor de la política de “America first”, twitteó validando su posición de que “se perderían demasiados puestos de trabajo en China”.

Scott Paul, presidente de Alliance for American Manufacturing, calificó de “indefendible” el tweet de Trump sobre ZTE, dado que se descubrió que la empresa había infringido las leyes de EE.UU., y que muchos la consideraban una amenaza para la seguridad del país.

Otros analistas advirtieron que el presidente pagaría un alto precio político por retroceder inexplicablemente de su política de “mano dura con China”.

“Retóricamente, este es un gran cambio”, dijo Derek Scissors, un académico del American Enterprise Institute que se especializa en China. En términos de acciones, dijo, el ataque de mayor impacto de Trump contra China hasta ahora fue de hecho, la penalización contra ZTE, que ahora parece estar cambiando.

“No creo que en este momento podamos creer que el presidente está dispuesto a pagar cualquier costo para enfrentar a los chinos”, dijo.

Michael Wessel, miembro de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de EE.UU.-China, tuiteó que a ZTE ya le habían comunicado cómo podían mantenerse en el negocio. “Cumplir con las leyes de EE.UU. Han roto las reglas dos veces. Mala señal para las próximas conversaciones comerciales y la posible disposición de la administración de conformarse con pequeños pasos”.

Trump, que aparentemente reaccionó a las críticas, incluidas las de los legisladores de ambos lados, sugirió el lunes que el ablandamiento hacia ZTE estaba motivado por un deseo de evitar dañar los intereses estadounidenses. “ZTE, la gran compañía telefónica china compra un gran porcentaje de partes y componentes de compañías estadounidenses. Esto también refleja el mayor acuerdo comercial que estamos negociando con China y mi relación personal con el presidente Xi”.

Para los minoristas estadounidenses y otras empresas preocupadas por los aranceles y las interrupciones en el comercio y sus cadenas de suministro, la promesa de Trump de ayudar a ZTE y las conversaciones continuas entre las dos partes, se han visto como un desarrollo favorable.

“Nos da motivos para el optimismo”, dijo David French, vicepresidente de relaciones gubernamentales de la Federación Nacional de Minoristas, que junto con docenas de otros intereses comerciales aparecerán en una audiencia que comenzará el 15 de mayo sobre los aranceles propuestos por el gobierno de Trump contra China.

Las autoridades chinas respondieron a las sanciones contra ZTE reteniendo la solicitud de QUALCOMM basada en San Diego, para adquirir NXP Semiconductors. Pero también ofrececiendo su propio plan para aliviar las tensiones, Beijing dijo que reiniciaría la revisión de la solicitud de compra.

Scissors y otros analistas dijeron que Trump podría haber retrocedido debido a la creciente presión de los agricultores de Estados Unidos, que ya encontraban más obstáculos para exportar al gran mercado chino.

También se especuló que el paso de Trump podría haber sido a cambio del apoyo de Pekín mientras se hacen los preparativos para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong Un, el 12 de junio en Singapur.

China ha sido durante mucho tiempo el mayor benefactor de Pyongyang, y su reciente estrechamiento del comercio con Corea del Norte, a instancias de Trump, se cree que ha jugado un papel en el acuerdo de Kim para reunirse con Trump y discutir la desnuclearización de la península de Corea. El presidente estadounidense ha dicho en repetidas ocasiones que reduciría las sanciones a China en el comercio si lo ayudara en su relación con Corea del Norte.

Al mismo tiempo, desde el comienzo del 2018, la administración de Trump ha buscado tomar medidas drásticas para reducir el gran déficit comercial de EE.UU. y mitigar las políticas de Pekín que están dañando la innovación y los derechos de propiedad intelectual de Estados Unidos.

Trump ha amenazado con aranceles de más de $ 150 mil millones a productos chinos y su administración también está preparando restricciones a las inversiones chinas. Pekín ha prometido tomar represalias y estaba particularmente preocupado por las sanciones contra ZTE.

El decisión de Trump con ZTE también marcó un cambio significativo solo dos semanas antes, cuando una delegación de alto nivel, encabezada por el Secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, presentó una lista de demandas inusualmente duras a Liu y otros funcionarios durante las reuniones en Beijing. Tuvieron poco progreso.

“Ofrecer facilitar las operaciones de ZTE hace que sea más probable que haya un resultado que evite los aranceles”, dijo Nicholas Lardy, experto en economía de China en el Peterson Institute for International Economics, aunque agregó que “ahora hay tantas piezas en movimiento que es difícil tener confianza en algo”.

Ya sea que esté planificado o no, Trump ha mantenido a los socios comerciales y a otros fuera de balance, con tweets y repentinos pronunciamientos de política. Y el tweet de ZTE del domingo, puede haberlos superado a todos, ya que dejó a la mayoría de todos rascándose la cabeza sobre los objetivos de la administración en China.

“Esto es solo otro ejemplo de un proceso de política muy indisciplinado, por lo que cada acción no está necesariamente bien pensada”, dijo David M. Lampton, director de estudios de China en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Johns Hopkins en Washington. Más bien, dijo, “es un tipo de combustión espontánea en la mente de un actor importante, es decir, el presidente”.

Él y otros expertos esperan que la delegación china en Washington haga algunas concesiones, incluidas las que se ofrecieron anteriormente, como un recorte en los aranceles a la importación de automóviles, la apertura de los mercados de servicios y otros pasos para reducir el déficit comercial de EE.UU. pero nadie espera que Beijing abandone sus políticas industriales, como los subsidios y las protecciones del mercado para las industrias clave que algunos en la administración Trump quieren derribar.

“En resumidas cuentas”, dijo Lampton, “¿qué está dispuesta a aceptar la administración Trump? ¿Bajo qué circunstancias declarará la victoria?”

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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