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Trump ahora va contra viajeros con visa que permanecen en EE.UU más de lo permitido

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La Casa Blanca planea acabar con los cientos de miles de visitantes extranjeros que exceden los límites de sus visados dentro de EE.UU, un gran desafío que pasaba desapercibido en gran medida porque el gobierno de Trump se enfocó principalmente en bloquear a los inmigrantes en la frontera sur.

Para los expertos, los excesos en las estadías de estudiantes, au pairs(personas acogidas temporalmente), turistas y otros superaron los cruces fronterizos no autorizados en los últimos años y forman una gran parte de los aproximadamente 10.7 millones de personas que se encuentran en el país sin permiso.

El presidente Trump firmó un memorando, el pasado lunes por la noche, que amenaza en última instancia con suspender los viajes de países con altas tasas de esta violación, y posiblemente exigir que los viajeros extranjeros obtengan “fianzas de admisión”, que se reembolsarían una vez que abandonaran el país.

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Los visitantes que “abusan del proceso de visa y se niegan a cumplir con los términos y condiciones de sus documentos, incluidas las fechas de salida, socavan la integridad de nuestro sistema de inmigración y dañan el interés nacional”, escribió Trump.

El mandatario ofreció algunos pasos concretos inmediatos más allá de indicar a los secretarios de Seguridad Nacional y de Estado que identifiquen formas de combatir las violaciones a las visas de no inmigrante dentro de los 120 días.

No obstante, el memo sirve como una extraña manera de reconocer, por parte de la administración, de que muchas personas indocumentadas en el país han ingresado legalmente, por barco o avión. Hasta ahora, Trump enfocaba principalmente su ira en los centroamericanos que cruzaron la frontera entre los puertos de entrada o ingresaron para pedir asilo.

La mayor cantidad de infracciones a los límites de tiempo de las visas provienen de Canadá y México, pero 20 países tienen tasas que van del 10% al 41%, según la Casa Blanca.

“Este ha sido un problema con el cual se ha intentado lidiar durante bastante tiempo”, afirmó Theresa Cardinal Brown, directora de política de inmigración y transfronteriza en el Bipartisan Policy Center, un grupo de expertos con sede en Washington. “La mayoría de los nuevos casos son en realidad sujetos que violan los límites de sus visas, no personas que cruzan la frontera ilegalmente”.

Sarah Pierce, analista de políticas en el Instituto de Políticas de Migración no partidista, calificó como “sorprendente que una administración tan activa en materia de inmigración haya tardado tanto” en centrarse en las infracciones a las visas. “El memorándum en sí no hace nada, pero sienta las bases para lo que potencialmente podría ser una aplicación muy estricta de la ley en torno a las estadías prolongadas”, agregó.

De acuerdo con una revisión de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno, los últimos datos del Departamento de Seguridad Nacional muestran que alrededor de 702.000 visitantes que ingresaron al país por mar o aire en el año fiscal 2017 permanecieron más tiempo del permitido. En comparación, las autoridades de Estados Unidos detuvieron a 304.000 inmigrantes en la frontera sur ese año.

Los datos de Seguridad Nacional mostraron que un puñado de países africanos se encuentran entre la proporción más alta de infracciones de visas, especialmente Eritrea, Chad, Liberia y Somalia.

La República de Djibouti, una nación pequeña pero estratégicamente vital en el Cuerno de África, tuvo una tasa sospechosa de infracciones del 41.6%, la proporción más alta de cualquier país. La población de Djibouti es de alrededor de un millón de personas.

Nigeria, que tiene alrededor de 200 millones de ciudadanos, mostró una tasa del 10.3%, pero 19.046 infractores, mucho más que Djibouti.

El año pasado, Trump efectuó comentarios despectivos sobre los países africanos, expresando una preferencia por la inmigración de los países del norte de Europa, como Noruega.

Para Brown, quien trabajó para las administraciones de George W. Bush y de Barack Obama, tiene sentido que Trump se enfoque en países con una alta proporción de infracciones, pero un número relativamente pequeño en total. “Si empezáramos a hablar sobre sanciones y denegaciones de visa para países como Canadá o México, habría muchos más intereses nacionales que considerar que en algunas de estas naciones en África”, explicó. “Sería más difícil de hacer”.

El memo de Trump señala que si los países con altas tasas de infracciones no las reducen, Estados Unidos puede endurecer los requisitos para las visas o acortar los plazos de visita.

Según la política actual, los países con tasas de violaciones de visas de al menos el 2% están obligados a iniciar campañas de concientización pública, que adviertan sobre los riesgos de permanecer más allá de lo permitido, según la Casa Blanca.

Aun cuando se enfocó en frenar los periodos excesivos, la Casa Blanca destacó que el objetivo es aliviar la “tensión significativa” de los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional, alegando que sus recursos “son necesarios para enfrentar la emergencia nacional en nuestra frontera sur”.

Según las cifras oficiales, más del 98% de los viajeros extranjeros salen de Estados Unidos a tiempo o cumplen con los términos de sus visas. La ley de inmigración de los EE.UU impone una prohibición de hasta una década a los visitantes que sobrepasan sus visas por más de seis meses.

Los oficiales consulares de EE.UU pueden negarle las visas a los solicitantes con posibilidades de superar su estadía permitida, y el Departamento de Estado tomó medidas para castigar a los países considerados poco cooperativos con las iniciativas inmigratorias estadounidenses.

Múltiples agencias de seguridad nacional están encargadas de supervisar el control de la ley de inmigración, incluidas las infracciones a las visas.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza inspecciona a todos aquellos que quieren ingresar o solicitar la admisión a Estados Unidos. También toma los datos biográficos y biométricos de los viajeros, para ayudar a identificar supuestas infracciones.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas hace cumplir las normas de inmigración dentro del país y es el principal responsable de encontrar y deportar a quienes superan el límite de permiso de sus visas. Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración procesan la documentación para no inmigrantes y viajeros, incluidas las extensiones de visas o los cambios en el estado inmigratorio.

Sin embargo, con aproximadamente 52 millones de visitantes que ingresan legalmente al país cada año, las autoridades federales han enfrentado desafíos durante mucho tiempo para vigilar estas contravenciones.

Según Aduanas y Protección Fronteriza, sus datos acerca de violaciones a los visados son confiables sólo desde 2015.

Mientras que un número casi récord de solicitantes de asilo -principalmente, familias centroamericanas- ha llegado a la frontera sur en los últimos meses, Trump se comprometió a adoptar un enfoque más estricto para impedir los ingresos al país. Recientemente expulsó a varios altos funcionarios de Seguridad Nacional, incluida la secretaria Kirstjen Nielsen y a su propio candidato para dirigir ICE.

“Al observar todo lo que ha hecho esta administración, se ha apoyado en gran medida en hacer cumplir las leyes de inmigración tal como están”, expresó Brown. “Las estancias que superan lo permitido por las visas son una parte de la ley de inmigración que no se había controlado de manera significativa”.

Según Pierce, esto es parte de un patrón en el que la administración, obstaculizada tanto en la frontera como en el interior, comienza a buscar en otros lados cualquier acción que pueda tomar respecto a la inmigración. “Creo que el gobierno está buscando activamente otras formas de ser efectivo”, consideró, “o al menos de ser visto como tal en cuanto a la inmigración”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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