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Temporada fuerte de compras se verá afectada por el alza en tasas

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Los principales minoristas hicieron sonar la alarma: la batalla comercial entre EE.UU y China podría estar llegando al centro comercial más próximo a su domicilio en forma de precios más altos, justo para las temporadas de regreso a la escuela y de las fiestas de fin de año.

El presidente Trump amenaza con imponer aranceles del 25% sobre bienes importados chinos por un valor aproximado de $300 mil millones de dólares. Los productos incluyen ropa, calzado, artículos para el hogar y deportivos, teléfonos móviles, ropa de cama, juguetes y útiles escolares como calendarios, bolígrafos y lápices.

Si la idea del mandatario avanza, los aranceles podrían entrar en vigor a fines de junio o julio, y los consumidores estadounidenses se encontrarán con precios más altos en muchas de esas importaciones chinas en las próximas semanas, según minoristas, analistas y asociaciones comerciales.

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“Vamos a hacer todo lo posible para mantener los precios bajos”, pero “creemos que, el aumento de las tasas conllevará un incremento de los precios para nuestros clientes”, consideró la semana pasada ante algunos reporteros Brett Biggs, director financiero de Walmart Inc., el minorista más grande de la nación.

Macy’s Inc. también preparó a los compradores para sus aumentos de precios. Si se concretan estos impuestos, “ello afectará muchas de las categorías de prendas de vestir y accesorios”, remarcó el presidente ejecutivo de Macy’s, Jeffrey Gennette, en una llamada con analistas. “Es difícil hacer cálculos y encontrar la forma de no tener un impacto en el cliente”.

Wall Street está a la espera para saber si Target Corp., J.C. Penney Co. y Kohl’s Corp. también advierten sobre precios más altos cuando reporten sus resultados trimestrales, esta semana.

Los minoristas intentan diluir el efecto de los impuestos renegociando los contratos con los proveedores en la medida posible, y abasteciéndose de productos antes de que las tarifas entren en vigor. También buscan encontrar fabricantes alternativos en otros países.

Pero dichos cambios no pueden ocurrir de la noche a la mañana y, “si esta ración adicional de impuestos se hace efectivo, el bolsillo de los consumidores se verá afectado”, destacó Camilla Yanushevsky, analista minorista de CFRA Research, en una nota a los clientes.

No está claro qué tipos de productos aumentarían más, ya que los minoristas generalmente evitan hablar de estrategias específicas de precios por adelantado. “Desde un punto de vista competitivo, simplemente no podemos hablar de ello artículo por artículo y categoría por categoría”, afirmó Biggs.

No obstante, se cree que los sectores de indumentaria, calzado, juguetes y electrónica son especialmente vulnerables a las alzas de precios porque las industrias dependen mucho de la fabricación china, que produce casi el 85% de los $27 mil millones en juguetes vendidos en Estados Unidos cada año, según la Asociación de Juguetes, grupo comercial de la industria.

“Si los precios suben, se frenarán las ventas, no hay duda al respecto”, aseveró el presidente de esa entidad, Steve Pasierb. “Somos una industria que aún se está recuperando de la pérdida de Toys R Us”, afirmó, en referencia al minorista que cerró sus puertas el año pasado.

La administración Trump ya aplicó aranceles de importación del 25% a productos chinos valuados en $250 mil millones, como acero, piezas de fabricación y suministros para la construcción de viviendas, junto con ciertos artículos de consumo, como electrodomésticos y equipajes. Precisamente en este último sector, el grupo industrial destacó que los impuestos dieron por resultado un aumento del 5% al 10% en los precios minoristas en lo que va del año.

El precio medio de una lavadora antes del anuncio de la tarifa de enero era de $749, según investigadores de la Junta Federal de Investigación, la Universidad de Chicago y la Oficina Nacional de Investigación Económica. Las tasas agregaron $86 a esa cifra, detallaron.

La última propuesta arancelaria abarca una gama mucho más amplia de bienes de consumo, lo cual obliga a los minoristas a decidir cómo manejar el costo adicional si no pueden encontrar proveedores de reemplazo más allá de China.

También podrían absorber los impuestos, con la esperanza de mantener los precios estables y no perder ventas, pero ello se traduce en menos ganancias. A la inversa, podrían aumentar los precios al consumidor para proteger las ganancias y arriesgarse a una caída en la demanda de sus bienes. Para muchos minoristas, es probable que sea una combinación de ambos, consideran los expertos. “El consumidor va a pagar más por los bienes. Todavía no sabemos exactamente por cuáles, pero al final el cliente pagará más”, expuso Ronald Friedman, codirector de la práctica minorista en Marcum, una firma de asesoría y contabilidad.

En Macy’s, Gennette dijo que es “demasiado pronto para comentar qué significará en términos de posibles aumentos de precios, y qué categorías se verán más afectadas que otras”.

Trump está subiendo los aranceles con la esperanza de reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, que totalizó $419.2 mil millones el año pasado. Los impuestos más altos también representan una respuesta a las afirmaciones de la Casa Blanca, de que China ha robado durante años la propiedad intelectual y se involucró en políticas que obligan a las empresas estadounidenses a entregar sus tecnologías para acceder a los mercados chinos.

Estados Unidos y China negocian actualmente un nuevo pacto comercial, y Trump ha dicho que aún no tiene una decisión definitiva sobre la implementación de las nuevas tarifas.

También se especula que la amenaza de Trump con los aranceles es, en parte, una táctica de negociación de cara a la próxima reunión con el presidente chino, Xi Jinping, en la cumbre del G20, que se realizará del 28 al 29 de junio en Japón.

Pero si las conversaciones fracasan y las nuevas tasas entran en vigor, sería “catastrófico para la economía de la nación”, consideró en un comunicado Rick Helfenbein, presidente de la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado, la semana pasada.

Su entidad se unió a una docena de grupos comerciales, incluida la Asociación de la Moda de California, que recientemente urgieron al gobierno a evitar los aumentos en los impuestos.

En una carta dirigida al representante de Comercio de EE.UU, Robert Lighthizer, los grupos notaron que China representa el 41% de toda la ropa importada en el país, junto con el 72% de todo el calzado y el 84% de todo el equipaje y otros artículos de viaje. Con un impuesto adicional del 25%, remarcaron, “estimamos que una familia de cuatro personas terminará pagando alrededor de $500 más para comprar estos bienes básicos de consumo cada año”.

Todo el asunto podría ser irrelevante si Estados Unidos y China logran un acuerdo, o si Trump pospone los planes para los nuevos impuestos. Pero “nadie sabe” si eso va a suceder, consideró Friedman. “Es un juego de azar”, dijo. “Alguien cederá con el tiempo, pero puede que no suceda por otros seis meses”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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