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SUS FINANZAS: Comprar un auto puede generar un aterrador ‘aviso de acción adversa’

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Un aviso de acción adversa: algo que los consumidores quieren evitar a toda costa, y que por lo general indica el rechazo de un préstamo o un problema en el historial crediticio.

Tales avisos son exigidos por la ley federal cuando se niega un crédito. Pero en algunos casos, incluidas las compras de automóviles, pueden significar algo distinto a lo que dicen y de hecho, también asustar a la gente de forma innecesaria.

Recibí uno de estos avisos hace poco y, no quiero presumir, pero tengo puntajes crediticios muy altos, como se podría esperar de alguien que da consejos a los consumidores.

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Sin embargo, recibí una carta de un concesionario local relacionada con mi reciente compra de un automóvil usado, que estaba en mucho mejor estado que el vehículo de 10 años de antigüedad por el cual lo cambié.

“Esta carta se le envía porque se le ha negado un crédito o le ofrecen uno en términos más bajos de lo que solicitó en base a su reciente consulta por un automóvil”, dice.

El lenguaje no es muy claro, pero parece ser que el financiamiento que había pactado con el concesionario no se concretaría, o que me ofrecían una mejor tasa de interés de la que merecía mi puntaje de crédito.

La nota citaba explicaciones vagas de las agencias de crédito que incluían “muy pocas cuentas pagadas actualmente según lo acordado” y “demasiados préstamos con morosidad reciente”.

Los prestamistas utilizan un rango de calificación FICO de 250 a 900. Cuanto mayor sea el número, más solvente es el comprador de automóviles.

Nuevamente, no deseo presumir (mucho), pero cada una de las tres grandes agencias de crédito (Equifax, Experian y TransUnion) me daba una puntuación superior a 800 al momento de la compra del automóvil. Nunca en mi vida me he retrasado en los pagos de un préstamo.

Así que fue sorprendente que, al parecer, me dijeran que soy demasiado riesgoso como para hacer negocios conmigo.

“Esto es muy extraño”, afirmó Rosemary Shahan, presidenta de Consumers for Auto Reliability and Safety, un grupo activista con sede en Sacramento. “Para cualquier persona con buen crédito, sería un verdadero insulto”.

Los avisos de acción adversa son exigidos en el marco de un par de normas federales, la Ley de Igualdad de Oportunidades de Crédito y la Ley de Informes Crediticios Justos.

La intención es prevenir la discriminación y asegurar que los consumidores estén informados cada vez que un acreedor realice algo que podría dañar su puntaje de crédito, como el rechazo de una solicitud de préstamo.

Los concesionarios de autos son considerados acreedores cuando aceptan el financiamiento, por lo cual asumen las responsabilidades de las leyes cada vez que establecen un préstamo, a pesar de que probablemente no presten el dinero directamente y subcontraten para ello a un banco.

Y aquí es donde las cosas se ponen feas. Miles de concesionarios en todo el país subcontratan sus responsabilidades relacionadas con el crédito a una compañía de Michigan llamada 700Credit, que se describe como “el mayor proveedor de soluciones de crédito y cumplimiento” para la industria automotriz.

“Cumplir con los reglamentos de la Ley de Informes Crediticios Justos y la Ley de Igualdad de Oportunidades de Crédito no es una tarea fácil ni agradable para ningún concesionario”, destaca la compañía en su sitio web. “Afortunadamente, 700Credit hace el trabajo pesado por ellos”. Ese trabajo pesado aparentemente significa que los consumidores deban adivinar su situación.

Cuando uno llama al número que viene al pie de la carta (tal como yo hice), se conecta con la línea de acción adversa de 700Credit. Una grabación dice: “Si recientemente compró un automóvil en el concesionario que figura en la parte superior de la carta, esta nota le informa por escrito que el concesionario solicitó su informe de crédito. El resto de la misiva no se aplica a usted”.

¿Cómo?

Intenté comunicarme con alguien en 700Credit una docena de veces, para preguntar sobre mi situación. En cada ocasión, un representante de servicio tomó mi nombre y número telefónico, y respondió que alguien se comunicaría conmigo.

Dos semanas después, alguien que, obviamente, estaba leyendo un guión (quizás era un robot), dejó un mensaje en mi contestadora indicando que la carta era para informarme que el concesionario había pedido mi informe de crédito.

El concesionario donde compré mi auto, Toyota Santa Mónica, no pudo aclarar mucho las cosas. “¿Ah, esa carta?”, respondió Gene Song, un gerente de finanzas. “Simplemente ignórela. Recibimos llamadas sobre eso todo el tiempo”. Agregó que los concesionarios utilizan 700Credit para enviar notas como esa en caso de que alguien se ofenda por un posible daño a su puntaje de crédito como resultado de la compra de un vehículo.

“Es un respaldo”, destacó Song.

Finalmente logré comunicarme con Ken Hill, director gerente de 700Credit, quien me explicó que hay dos escenarios que pueden desencadenar un aviso de acción adversa. El primero es cuando un distribuidor pide el historial crediticio de un cliente y luego decide no solicitar financiación a los prestamistas, probablemente porque el cliente es riesgoso debido a su mal crédito.

El segundo ocurre cuando el concesionario pide un historial de crédito y no puede obtener un préstamo de sus bancos principales a la tasa deseada, por lo cual recurre a prestamistas alternativos, como las cooperativas de crédito. Ello podría considerarse una contraoferta, según Hill, y por ley también provocaría el envío de un aviso de acción adversa.

Señalé que ninguno de esos escenarios se aplicaba a mí. Hill entonces respondió que podría haber recibido la carta “por error”. También indicó que algunos distribuidores “envían un aviso de acción adversa a todos”.

Toyota Santa Mónica, por ejemplo, parece ser uno de ellos.

“Todos los distribuidores tienen políticas diferentes sobre cuándo se debe enviar una carta”, explicó Hill, lo cual es extraño; la ley debería ser igual para todos.

Le pregunté al gerente de 700Credit por qué la carta no explica exactamente lo que él me dijo, acerca de los dos escenarios. ¿Por qué tanta ambigüedad sobre posibles problemas de crédito? “El gobierno es quien dicta gran parte del lenguaje en la carta”, respondió.

De hecho, el gobierno especifica qué información se debe transmitir a los consumidores, pero no insiste tampoco en las palabras exactas. Sin embargo, brinda ejemplos de cartas para mostrar lo que tiene en mente.

“Los formularios de muestra son ilustrativos y pueden no ser apropiados para todos los acreedores”, afirma la Oficina de Protección Financiera del Consumidor. “Fueron diseñados para incluir algunos de los factores que los acreedores consideran más comunes. Un acreedor puede crear sus propios formularios de notificación”.

Le pregunté a Hill por qué, cuando un consumidor llama a 700Credit, una grabación responde que la carta se generó únicamente porque el distribuidor pidió su archivo de crédito y “el resto de la nota no se aplica a usted”.

Me dijo que ya había respondido esa pregunta y yo contesté que no. Entonces me dijo que yo estaba “alegando” y que debía marcharse a una reunión. Me aclaró que podía enviarle un correo electrónico si tuviera algo más que compartir y colgó.

Obviamente, esta no es una práctica comercial aceptable.

¿Y cómo diablos más de 9.600 distribuidores en todo el país, según 700Credit, se inscribieron en un servicio que involucra a clientes a quienes asustan innecesariamente? ¿Honestamente piensan que todo se arregla con una grabación telefónica que, a la manera [del personaje de Saturday Night Live] Emily Litella, dice: “No se preocupe, no es nada”?.

Esto debe abordarse en las leyes federales pertinentes. Pero no nos engañemos. El jardín de infantes en que se ha convertido el Congreso no hará nada. Así que los funcionarios estatales son los que deben actuar. Todos los avisos de acción adversa deben especificar, en lenguaje sencillo, por qué se envió la carta, y si el destinatario individual debe hacer algo en concreto.

La nota que recibí simplemente señala: “Si tiene alguna pregunta con respecto a su puntaje de crédito, debe comunicarse con la agencia de informes del consumidor”. Sería más útil si se proporcionaran instrucciones para obtener una copia gratuita del informe crediticio, y así poder ver, con nuestros propios ojos cuál es el problema.

Por cierto, eso se puede hacer en: AnnualCreditReport.com.

Adelante, que me llamen alegador. Llámenme como gusten. Pero una acción que ‘sólo es un respaldo’ no es una buena razón para aterrorizar a los consumidores.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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