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Si le gustan los líderes rusos sin camisa, el calendario 2019 de Putin podría ser para usted

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Desde que Vladimir Putin se convirtió en presidente de Rusia, en 2000, su imagen ha adornado casi todos los tipos de recuerdos kitsch que uno pueda imaginarse. Su cara está en imanes, fotos enmarcadas, tazas de café, camisetas e incluso envoltorios de barras de chocolate.

Pero ningún año estaría completo sin un calendario de Vladimir Putin. Hay muchos para elegir, todos glorificando en 12 fotos al oficial de la KGB, de 66 años y convertido en autócrata.

Los últimos calendarios no decepcionarán a quien busque imágenes que capturen las muchas dimensiones del líder del Kremlin, quien dominó los titulares internacionales este 2018 con noticias sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016 y acusaciones de que sus agentes envenenaron a un desertor ruso y a su hija, en Inglaterra.

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Tomemos por ejemplo el almanaque producido este año por Medny Vsadnik, o Bronze Horseman, una imprenta en San Petersburgo, y vendido en revistas, librerías y tiendas de recuerdos por aproximadamente $38. Desde su lado más áspero hasta su costado religioso, aborda a Putin desde todos los ángulos.

En enero, el líder aparece sin camisa mientras se sumerge en las heladas aguas del lago Seliger, al norte de Moscú, en celebración de la Epifanía. Su atletismo sale a la luz en febrero, mientras toma un tiro en la pista de hockey. En marzo, abraza a un cachorro, mostrando su lado más suave. Julio muestra su patriotismo, mientras marcha con oficiales militares que saludan. En agosto, hay otra foto del presidente con el torso desnudo, pescando en un río en Siberia. El mes siguiente lo encuentra en uno de los abundantes campos de trigo del sur de Rusia, que ayudaron a convertir al país en el mayor exportador de granos del mundo en 2017.

Todos los calendarios usan fotos de archivo, y los más vendidos este año tienen el mismo título en la portada: V.V.P., iniciales del nombre completo del presidente, Vladimir Vladimirovich Putin.

“Hicimos 12 almanaques con Putin para 2019, de 3,000 a 15,000 copias cada uno”, detalló Natalia Khodosevich, directora de marketing de Bronze Horseman. “Hacemos otros tipos de calendarios, pero el de Putin es el más vendido”, aseguró.

Aunque los calendarios están impresos por empresas comerciales, las fotos forman parte de una campaña más amplia de creación de imagen, patrocinada por el estado.

“En su mayoría son los turistas los que compran, no los locales”, indicó Svetlana, quien trabajaba en una de las docenas de tiendas de recuerdos en la Plaza Roja. Con una leve sonrisa, desplegó algunos de los otros artículos de Putin en su tienda, incluida una barra de chocolate con un envoltorio que decía: “Go Hard Like Vladimir Putin” (duro como Vladimir Putin). “Sí, a la gente le gustan”, afirmó la empleada, con un gesto de hombros al estilo ‘¿qué puedo decir?’ “Vendemos muchas de estas cosas”.

Svetlana no quiso dar su apellido, lo cual es comprensible en un país donde se ha sentenciado a la cárcel a los rusos que protestan o a quienes ponen ‘Me gusta’ en las publicaciones de las redes sociales contrarias al gobierno.

Los rusos eligieron a Putin como presidente en 2000, solo unos meses después de que el primer mandatario Boris Yeltsin renunciara y lo nombrara presidente interino. Putin había sido primer ministro, habiendo ascendido en las filas políticas del Kremlin después de ser jefe del Servicio de Seguridad Federal, la agencia sucesora de la KGB.

Mientras que Yeltsin dejó el cargo en un estado de salud frágil, Putin, entonces de 47 años, rápidamente cultivó una imagen como un “verdadero hombre ruso” joven, al controlar rápidamente a los rebeldes oligarcas y reprimir brutalmente a los separatistas en guerra en Chechenia.

El Kremlin no se mostró tímido al promocionar una imagen de Putin como un hombre sobrio y fuerte, de corazón suave por la naturaleza, incluso cuando el líder maximizó su control sobre los sistemas políticos y económicos en el país más grande del mundo.

Canciones pop como “A Man Like Putin” fueron éxitos instantáneos y coincidieron con las fotos de los medios de comunicación estatales del presidente persiguiendo tigres en Siberia y montando a caballo con sus pectorales al aire, en el verano. Era fácil olvidar que, con cinco pies y seis pulgadas, Putin estaba por debajo del promedio en altura. Había nacido en el país y en el extranjero un nuevo símbolo sexual, así como las correspondientes oportunidades de comercialización.

Los calendarios de V.V.P. dominan las estanterías este año (también se puede pedir uno por Amazon). Para los especialistas de Putin, algunos resaltan temas específicos.

¿Interesado en las aventuras internacionales de Putin? Escoja el almanaque de 2019 “La vuelta al mundo con Vladimir Putin” para encontrar fotos de él en, por ejemplo, Dresden, la ciudad de Alemania del Este donde trabajó durante cinco años como oficial de la KBG, a fines de los años 1980.

Si lo que le interesa es el ejército ruso, el almanaque “Rusia es un país que no teme a nada” presenta a Putin posando con armas y otros equipos militares.

El calendario “Me maravillo de las mujeres rusas” deja en claro que Putin corresponde al afecto de todas las mujeres que dicen admirarlo. El producto rebosa de fotos del mandatario reunido con atletas rusas, saludando a jóvenes fanáticas que usan camisetas con su apellido, y bailando con mujeres en trajes tradicionales.

Para no quedarse atrás, el Ministerio de Defensa de Rusia decidió participar en el juego del calendario este año con su propia versión descargable. En cada mes aparecen equipos militares rusos y soldados que defienden la patria. Septiembre, por ejemplo, presenta a una soldado que mira por un rifle, con el texto “Algunas mujeres te vuelan la cabeza”.

La popularidad de Putin se disparó en 2014 después de que Moscú anexara a Crimea de Ucrania. Los rusos aclamaron la medida como un regreso de Crimea a la patria. Su índice de aprobación se disparó hasta el 87% y se mantuvo allí hasta 2018, cuando introdujo polémicas reformas de pensiones. El crecimiento económico de Rusia se estancó en los últimos cuatro años, desde que los precios mundiales del petróleo cayeron y las sanciones occidentales impuestas después de la anexión de Crimea comenzaron a pasar factura.

Las últimas encuestas muestran que el índice de aprobación de Putin es del 66%, su nivel más bajo desde antes de la anexión de Crimea.

Nada de esto pareció molestar a los fanáticos japoneses del presidente ruso, según SoraNews24, un medio de noticias japonés, que informó en diciembre que las ventas de los almanaques de V.V.P. superaban las de los productos con celebridades locales en las tiendas de ese país.

La agencia de noticias informó que, al parecer, “esta persona en particular ha alcanzado un estatus casi de culto entre algunas mujeres japonesas”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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