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Reseña: El legendario ojo de Graciela Iturbide y sus fascinantes fotos de México

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La legendaria fotógrafa mexicana Graciela Iturbide tiene una retrospectiva en el Museo de Bellas Artes de Boston esta primavera, pero no es necesario viajar por todo el país para disfrutar de sus fascinantes imágenes.

Obras que abarcan sus 50 años de carrera se pueden encontrar en Rosegallery en Santa Mónica, y aunque la muestra carece del contexto temático y biográfico de una exposición en un museo, es un poderoso recordatorio de la visión macabra y cotidiana de Iturbide.

Nacida en 1942 en la Ciudad de México, Iturbide estudió cine antes de convertirse en asistente del fotógrafo modernista Manuel Álvarez Bravo. Comenzó su propia práctica como fotógrafa callejera, y a finales de la década de 1970 completó dos proyectos de documentación de poblaciones indígenas: los indios seri del desierto de Sonora y las mujeres zapotecas de Juchitán, Oaxaca.

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La exposición incluye varios ejemplos de esta obra, así como algunos grabados del artista Francisco Toledo, que invitó a Iturbide a Juchitán.

El poder y la gracia de la obra de Iturbide brillan, aunque no sepas nada de su biografía. “México DF” desde 1972 es una respuesta a las representaciones de la sociedad parisina de finales del siglo XIX. Una mujer bien vestida fuma en la mesa de un café, con un vaso vacío delante de ella. Sus prominentes pómulos y ojos resonaban en negro y hacían eco de los del enorme cráneo pintado en la pared detrás de ella. La imagen es teatral y alegórica.

Igualmente llamativo es “Aky, Ciudad de México” de 1974. Representa a un elegante dandy en pañuelo, gafas de sol oscuras y un traje delgado de cuatro botones, posando frente a una puerta de seguridad metálica. “Aky” no es su nombre; son las letras escritas en la puerta detrás de él.

Aunque muchas de las obras de Iturbide son retratos, todas tienen un notable sentido del lugar. “Señor de las imágenes” de 1982 representa a un hombre mayor de pie en una plaza llena de gente. Bajo su brazo sostiene dos espejos que reflejan los acontecimientos en dos ángulos diferentes. Iturbide ha capturado un espíritu dual involuntario: un coleccionista de imágenes fugaces que se reflejan en nosotros.

Parece que la impermanencia nunca está lejos de la mente de Iturbide. Calaveras y animales muertos se repiten a lo largo de sus obras, quizás en ningún lugar más llamativo que en la “Muerte de la novia”, de 1990. Representa a una novia embarazada con una máscara de cráneo. Vida, muerte y ceremonia, todo envuelto en una imagen mágica.

Rosegallery, Bergamot Station Arts Center, 2525 Michigan Ave, D4, Santa Monica. De martes a sábado, hasta el 18 de mayo. (310) 264-8440, www.rosegallery.net

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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