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Récord de homicidios en México: el país inició 2,599 investigaciones en julio, la mayor cantidad registrada en un mes

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La violencia sigue en aumento en México, donde se registraron más casos de homicidio en julio que en cualquier otro mes del que se tenga registro.

Los fiscales abrieron en julio 2,599 investigaciones por homicidios -un promedio de 84 por día- informó la agencia nacional de seguridad pública de ese país. En algunos de esos casos hubo múltiples víctimas, aunque las autoridades no informaron el total.

Los homicidios aumentan constantemente en México desde 2015, a medida que los grupos criminales cada vez más fragmentados luchan por el control de las rutas del narcotráfico y otros mercados ilegales, como el combustible y las cargas robadas.

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Para muchos allí, los esfuerzos de lucha contra el crimen también son en parte culpables del incremento en el número de cadáveres.

Con el respaldo de EE.UU., México emprendió una guerra contra los cárteles, encarcelando a usuarios de drogas y camellos, destruyendo campos de opio y marihuana, y enviando a miles de militares a las calles.

Eso pudo haber debilitado a los cárteles, pero también abrió la puerta para una lucha sangrienta interna entre los grupos fragmentados.

El año 2017 fue el más violento del país desde que el gobierno comenzó a publicar estadísticas delictivas, hace más de dos décadas, con 25,316 investigaciones de homicidios por 31,174 muertes.

México está ahora en vías de superar esa cifra. Los 16,399 casos por asesinato abiertos en los primeros siete meses de 2018 representan un aumento del 14% con respecto al mismo período del 2017. El total de julio rompe el récord mensual anterior de 2,535, establecido en mayo.

La tasa de homicidios allí es de más del 400% de la registrada en EE.UU.

Scott Stewart, un analista de México en la firma de inteligencia Stratfor, con sede en Texas, afirmó que las autoridades mexicanas no tenían otra opción que tratar de debilitar a los cárteles. “No se puede permitir que lleguen al punto en que realmente desafíen al estado”, remarcó.

No obstante, agregó, no hay duda de que la llamada estrategia de los capos, de matar o arrestar a los líderes de estas agrupaciones, ha tenido un efecto desestabilizador. “Hace años, había grandes cárteles que eran bastante dominantes en muchas áreas y la situación era bastante tranquila”, comentó. “Ahora hay tanta fricción, que lleva a la violencia en todos los ámbitos”.

En una inusual demostración de humildad, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, aceptó que la estrategia de lucha contra las drogas de su gobierno ha fallado, en cierta medida. “Soy el primero en reconocer que, aunque progresamos, no fue suficiente para lograr el gran objetivo de seguridad”, destacó Peña Nieto en una conferencia de prensa realizada el 20 de julio junto al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien asumirá el cargo en diciembre.

La creciente violencia jugó un papel importante en la victoria electoral de López Obrador. El presidente electo afirmó que “no descartará ninguna opción” para llevar paz a México. Entre los enfoques radicales que considera se encuentra la legalización de la marihuana y una amnistía para algunos delincuentes de la guerra contra las drogas.

La clemencia incluso para los participantes de bajo nivel en la multimillonaria industria de las drogas del país marcaría un cambio drástico en comparación con el enfoque militarista empleado durante mucho tiempo, en un intento de frenar el tráfico.

López Obrador no propuso que los soldados mexicanos regresen a sus cuarteles, ni dejar que los capos de los cárteles caminen libres, pero pidió un enfoque más integral de la violencia en México. Eso incluiría otorgar becas federales a estudiantes y crear programas de empleo para mantener a los jóvenes vulnerables fuera de las calles.

Olga Sánchez Cordero, exmagistrada de la Corte Suprema y elegida por López Obrador como secretaria del Interior, aseguró que una amnistía para cultivadores, usuarios y transportistas de narcóticos de nivel raso sería parte de un esfuerzo mayor para ayudar a reintegrar en la sociedad a algunos de las 600,000 mexicanos empleados por cárteles.

Los asesores de López Obrador están de gira por varias ciudades para escuchar y obtener aportes de grupos de víctimas acerca de un indulto y otros planes. En un evento en la Ciudad de México, en julio, Sánchez advirtió que espera impulsar una amnistía. Su jefe le dio un “cheque en blanco” aseveró, y le ha pedido que haga “lo que sea necesario para pacificar a este país”.

Por ahora, sin embargo, la estrategia actual sigue vigente. A mediados de agosto, miembros del gobierno mexicano comparecieron junto a funcionarios de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en una conferencia de prensa en Chicago para anunciar que están enfocados en capturar a Nemesio Oseguera Cervantes, también conocido como El Mencho, líder del ascendente cártel Jalisco Nueva Generación.

Esa agrupación, que una vez derribó un helicóptero militar mexicano con un lanzamisiles, creció en el poder desde el arresto y la extradición a EE.UU. de Joaquín “El Chapo” Guzmán, exlíder del poderoso cártel de Sinaloa.

Las autoridades sostienen que las batallas entre los cárteles de Jalisco y Sinaloa están generando algunos de los peores actos de violencia en México, particularmente a lo largo de la costa occidental del país. Eso incluye el estado de Baja California, donde se abrieron 270 investigaciones por homicidios en julio, más que en cualquier otro estado mexicano. No solo los dos grupos luchan por el dominio de las valiosas rutas del tráfico a EE.UU., sino que también pelean por el control de la venta de drogas a nivel nacional, destacaron las autoridades.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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