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Para mantener la presión arterial bajo control, recuerde cuidar bien sus dientes

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¿Es difícil controlar su presión arterial alta, incluso con la ayuda de medicamentos? Abra la boca y diga “¡ajá!” si tiene caries o encías doloridas, que sangran o tienen retraimiento; es posible que haya encontrado al culpable.

Los investigadores informaron que en adultos cuya hipertensión es tratada con medicamentos, la presión arterial sistólica —que mide la presión en los vasos sanguíneos cuando el corazón late— aumenta a medida que disminuye la salud de sus dientes y encías.

En comparación con los pacientes hipertensos que no tienen signos de enfermedad periodontal, aquellos con encías inflamadas mostraron un 20% menos de probabilidades de tener la presión arterial dentro de límites saludables. Además, las personas cuya salud dental era deficiente, presentaron lecturas de presión arterial sistólica 3 mm HG más altas, en promedio, que los pacientes similares con encías sanas.

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Los hallazgos fueron publicados en la revista Hypertension.

Se estima que uno de cada tres adultos estadounidenses, es decir, 75 millones de personas, tienen presión arterial alta, lo cual los pone en mayor riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

La hipertensión es una causa primaria o contribuyente de más de 1,000 decesos por día en el país. Sin embargo, solo el 54% de los individuos con la enfermedad han controlado su presión arterial con alguna combinación de medicamentos, dieta y ejercicio.

El nuevo estudio es coherente con una gran cantidad de investigaciones que relacionan la enfermedad de las encías con tasas más altas de enfermedad cardíaca, vascular y renal, todos los órganos afectados por la presión arterial alta. Además, abre nuevos caminos al detallar cómo la mala salud dental altera los esfuerzos para controlar la hipertensión.

De hecho, el estudio descubrió que las personas con hipertensión no tratada y encías sanas poseen una presión sanguínea aproximadamente igual a la de aquellos que toman medicamentos para la hipertensión pero también padecen enfermedad de las encías.

En otras palabras, la mala salud dental invalida en gran medida los efectos de tomar medicamentos para la presión arterial.

La nueva investigación no establece que la enfermedad de las encías causa hipertensión y sus efectos negativos para la salud. Muchos investigadores sospechan que, al igual que con los vasos sanguíneos rígidos, el dolor y las encías sangrantes son solo una manifestación más de la inflamación en todo el cuerpo.

El estudio tampoco muestra que tratar la periodontitis reduzca la presión arterial alta, aunque sí sugiere que, cuando la salud dental es deficiente, el desafío de controlar la presión es más costoso y más propenso a fallar.

Investigadores de Italia revisaron los registros de 11,753 estadounidenses que participaron en la Encuesta Nacional de Exámenes de Salud y Nutrición entre 2009 y 2014, y fueron evaluados para detectar la enfermedad periodontal. Unos 4,095 de los participantes habían sido diagnosticados con hipertensión, de los cuales el 88.5% tomaba medicamentos para la enfermedad y el 11.5% no.

Las tasas de enfermedad periodontal moderada y grave tendieron a ser más altas entre los participantes del estudio varones, ancianos, latinos, fumadores, y aquellos con menos ingresos y educación. Los participantes que tenían 65 años o más y con evidencia de enfermedad periodontal de larga duración resultaron mucho más propensos a tener presión arterial alta no controlada que aquellos con enfermedad de las encías menos severa y persistente, una tendencia particularmente evidente entre los latinos.

Tanto la hipertensión como la periodontitis son más comunes entre los afroamericanos y los latinos en Estados Unidos. Esas poblaciones de pacientes también tienen tasas sorprendentemente más altas de problemas vinculados con ambas, incluidas las enfermedades cardíacas, la insuficiencia renal y las enfermedades cerebrovasculares, así como los accidentes cerebrovasculares y ciertas formas de demencia.

Algunas pruebas sugieren que los afroamericanos pueden tener una vulnerabilidad genética a la presión arterial alta, pero el tema es polémico. Hay pocas dudas de que el acceso a la atención médica difiere según la raza y el origen étnico, y que los impedimentos para una buena atención médica y dental desempeñan un papel clave en las disparidades raciales y étnicas a nivel de la salud.

La atención dental, especialmente, es costosa y es mucho menos probable que esté completamente cubierta por los seguros médicos. Como resultado de ello, es factible que los factores económicos desempeñen un rol importante en la salud de las encías de un paciente.

Además, muchos médicos de atención primaria y cardiólogos no les preguntan a sus pacientes sobre su salud dental, ni los remiten a odontólogos a menos que se estén sometiendo a procedimientos cardíacos y tengan signos claros de caries. Por su parte, los dentistas no necesariamente revisan la presión arterial de sus pacientes.

Los autores del estudio escribieron que los individuos con presión arterial alta deberían tener en cuenta su salud de las encías cuando consideran sus opciones de tratamiento.

“Nuestros datos sugieren que todos los subgrupos raciales y étnicos, especialmente los hispanos, podrían beneficiarse de este enfoque”, escribieron. “Por el contrario, ignorar la carga adicional del mal estado periodontal sobre la presión arterial podría traducirse en un mayor riesgo cardiovascular a largo plazo”.

Para Charlene Niemi, directora de alfabetización en salud de Care Harbor, una organización sin fines de lucro con sede en California que brinda atención médica, dental y oftalmológica gratuita en clínicas de salud en todo el estado, es imperativo que las personas estén informadas de que “el cuidado y tratamiento de la enfermedad de las encías juega un papel en la presión arterial”.

Si bien todos necesitan chequeos dentales regulares, “aquellos con hipertensión deben entender la importancia de tener un seguimiento de rutina oral y de practicar un buen cuidado bucal”, afirmó Niemi. Vincular a los pacientes desatendidos con la atención de rutina es una misión clave para Care Harbor.

En un momento en que el seguro médico federal para los pobres y los discapacitados se reduce y los requisitos de la Ley de Cuidados de Salud Asequibles también se están reduciendo, es poco probable que los pacientes con enfermedad de las encías tengan un mejor acceso a la atención dental a corto plazo.

Pero si lo hicieran, podría ayudar, advirtió el Dr. Gregg L. Fonarow, cardiólogo de la UCLA. “Lo sugieren estos datos, aunque ello debería probarse”.

Mientras tanto, dijo, la existencia de un vínculo es clara: los individuos con hipertensión deben hacer todo lo posible para mejorar su salud oral, y quienes tienen mala salud de las encías deben estar atentos a la hipertensión.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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