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Padre paga $6.5 millones para el ingreso de sus hijos a universidades élite

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El engaño, que supuestamente comenzó en 2011, se centra en el propietario de una empresa de admisiones universitarias, de Newport Beach. A varios acaudalados padres se los acusa ahora de haber pagado a esa organización para hacer trampa en los exámenes de sus hijos y falsificar los registros deportivos de los estudiantes, en pos de garantizar su admisión en escuelas élite.

El plan, que supuestamente comenzó en 2011, gira en torno al propietario de una empresa de admisiones universitarias de Newport Beach, a la cual los padres adinerados pagaban para hacer trampa en los exámenes de ingreso de sus hijos y falsificar sus registros deportivos, en pos de garantizarles su admisión en escuelas élite.

De las muchas acusaciones escandalosas reveladas por los fiscales federales en la trama de engaños universitarios, hay una que se destaca.

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Alguien pagó $6.5 millones para que sus hijos ingresaran a escuelas élite. Pero la identidad de ese padre y los detalles sobre las instituciones involucradas, sigue siendo un misterio, casi dos semanas después de que las autoridades de Boston presentaran cargos contra docenas de personas adineradas.

La falta de información sobre el dinero es más notable, dado que los cargos presentan de manera detallada las supuestas acciones de otros padres, acusados de sobornar y engañar para que sus hijos ingresen a casas de altos estudios como Yale, USC y UCLA.

Los fiscales mencionaron los $6.5 millones en pagos en una conferencia de prensa y en la corte. Pero no aparecen incluidos en los cientos de páginas que detallan las acusaciones. “El nombre no fue revelado”, afirmó en un correo electrónico a The Times Christina Sterling, una portavoz de la oficina del procurador de EE.UU en Boston. “No hemos relacionado la cantidad con alguien específico, dando a conocer su nombre. Ese dato no es público”.

La funcionaria se negó a decir si quien pagó la enorme suma se encuentra entre los que ya están acusados. No obstante, eso es poco probable porque los registros judiciales muestran que ninguno de los otros padres supuestamente pagó una cantidad cercana a esa.

El pago es una señal de que aún hay mucho más por saber sobre el caso que ha sacudido las universidades estadounidenses y puesto en la mira el proceso de admisiones.

Andrew Lelling, fiscal de Estados Unidos para Massachusetts, afirmó que la investigación está en curso. Varias preparatorias de élite del sur de California han recibido citaciones de los procuradores que buscan información sobre algunos de los estudiantes involucrados en el fraude. Aunque las escuelas de preparación universitaria no son el objetivo de la investigación, los fiscales quieren saber si los padres y otras personas acusadas en el caso buscaron o recibieron ayuda de esas entidades, dijeron las fuentes a The Times.

Una persona con conocimiento de la situación afirmó que algunos de los registros que están solicitando las autoridades federales pertenecen a individuos que no están incluidos en los cargos presentados la semana pasada en el tribunal federal de Boston.

Muchos padres ya acusados también tienen cada vez más presión para cooperar y ayudar a los fiscales a presentar cargos contra otros.

No está claro cuántos padres participaron en la estafa de admisión a la universidad. Los documentos judiciales indican que el mediador universitario William “Rick” Singer tenía más de 700 clientes.

El caso acusa a Singer, una serie de entrenadores universitarios y más de 30 padres de familia, incluidas las actrices Lori Loughlin y Felicity Huffman, y gira en torno a una empresa de colocación universitaria en Newport Beach, liderada por Singer. Los padres ricos fueron acusados de pagarle a Singer para ayudar a sus hijos a hacer trampa en los exámenes de ingreso universitario y para falsificar los registros deportivos, asegurándoles así su admisión en escuelas de élite, como UCLA, USC, Stanford, Yale y Georgetown, según muestran los registros judiciales.

Más de 750 padres utilizaron los servicios de Singer, según los fiscales. Mientras que 33 han sido acusados, los procuradores enviaron citaciones a escuelas secundarias del sur de California con nombres de estudiantes cuyos padres no han sido acusados; ello sugiere que las autoridades podrían ampliar el número de procesamientos, según fuentes que tuvieron acceso a los documentos.

Fuentes familiarizadas con la investigación, pero no autorizadas para discutirla, indicaron que varios padres y sus abogados ya fueron informados que son objeto de la investigación federal.

Dentro de los documentos de la acusación masiva también hay individuos no identificados, que le pagaron a Singer y a varios entrenadores pero no fueron acusados.

La familia de alguien identificado únicamente como “Solicitante de Yale Uno” abonó a Singer $1.2 millones, incluidos $900.000 para su organización caritativa. Singer, según los documentos, conoció a la familia de la solicitante en noviembre de 2017, a través de un asesor financiero. El padre de la joven le dijo a Singer que quería hacer una “donación” para la solicitud de ingreso de su hija.

Singer envió la solicitud de admisión de la joven al entrenador de fútbol femenino de Yale, Rudy Meredith, junto con su carpeta de arte y le dijo a Meredith que cambiara la información de arte por fútbol.

El 17 de noviembre pasado, Singer le envió al entrenador un perfil atlético fabricado para la estudiante, convirtiéndola en una de las capitanas de un club de fútbol de élite del sur de California. Singer luego consiguió que Laura Janke, ex entrenadora asistente en la USC, creara las credenciales falsas, según los documentos.

“Necesito una foto de fútbol, probablemente de una chica asiática”, Singer escribió en el correo electrónico, según los fiscales. “Decimos que se lastimó esta primavera... dentro del equipo junior en China, por lo cual no fue reclutada hasta ahora”.

Al comienzo del año nuevo, Singer envió a Meredith, quien había entrenado al equipo de fútbol de Yale durante más de dos décadas, un cheque por $400.000, girado en la cuenta de Key Worldwide Foundation, la organización de caridad.

Fueron las acciones de Meredith las que revelaron la estafa. Los fiscales dicen que le solicitó $450.000 a otro padre, que anteriormente había sido acusado por fraude y rápidamente desistió a la oferta del entrenador, pero eventualmente usó un micrófono oculto durante una reunión con Meredith, en abril de 2018. El entrenador finalmente reveló a los fiscales federales su acuerdo con Singer.

Yale afirmó en una declaración que uno de los dos estudiantes vinculados con la estafa en los registros judiciales fue admitido y actualmente asiste a la universidad, mientras que al otro se le negó el ingreso.

Meredith y Singer cooperan con los investigadores desde el año pasado, informaron las autoridades. Meredith, quien renunció a Yale en noviembre, aceptó declararse culpable de fraude electrónico, fraude de servicios honestos y conspiración. Singer se declaró culpable de una serie de cargos de fraude vinculados con la causa.

Como las autoridades obtuvieron la cooperación del capo de la operación, los registros judiciales muestran que los fiscales lograron intervenir las conversaciones de algunos de los acusados, hablando de las trampas y los sobornos con el fin de que sus hijos ingresen a universidades élite. Para los expertos legales, esto hace más sólido el caso y aumenta la probabilidad de lograr declaraciones rápidas de culpabilidad.

Generalmente, un fraude se refiere a una conspiración para obtener dinero de alguien, mediante una promesa falsa. Pero en 1988, el Congreso amplió la ley antifraude. Una enmienda de una línea hizo que fuera un delito privar a alguien del “derecho intangible a los servicios honestos”.

En este escándalo de engaño en escuelas élite, los fiscales alegan que los padres privaron a las universidades de algo que es su propiedad (las vacantes) mediante un engaño.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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