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No todos quedaron contentos con el final de “Game of Thrones”

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El Trono de hierro, el premio final de “Game of Thrones”, por el que innumerables personajes mataron y fueron asesinados durante más de ocho temporadas de narraciones estelares, se derritió en un charco de metal que goteaba lentamente por las escaleras que una vez llevaron al codiciado asiento símbolo del poder del reino.

En un episodio que terminó con el drama del imperio televisivo de HBO el cual fetichizó la guerra, la violencia y la política brutal para la construcción del imperio de la manera más emocionante y horripilante imaginable, culminó con un mensaje acerca de la inutilidad de la guerra, la influencia corruptora del poder y el nombramiento de un rey más bien decepcionante para la codiciada corona.

Lejos del flameante espectáculo de las dos batallas de esta temporada -la derrota de Night King y la muerte de la mortal, pero a la vez fabulosa reina Cersei (Lena Headey)- el reinado fue otorgado a Bran Stark (Isaac Hempstead Wright), posiblemente el contendiente más insulso entre los que quedaron en pie, en una modesta ceremonia en la que la razón finalmente se impuso.

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¿Fue la jugada correcta? supongo que sí, en interés de la justicia y el buen gobierno y todo eso. Pero en realidad, ¿es eso lo que queríamos? Los aficionados probablemente habrían sufrido algunas pérdidas más de sus personajes favoritos para obtener un resultado más emocionante.

Los co-creadores de la serie David Benioff y Dan Weiss tenían que saber que, como la mayoría de los personajes de la serie, se enfrentaban a una situación sin salida. El pasado domingo fue el final más esperado de la televisión desde el otro drama familiar de HBO, “Los Sopranos”, y los espectadores todavía están molestos por este último, 12 años después de ese repentino apagón en la cafetería.

Los giros que hicieron que “Game of Thrones” fuera tan emocionante sobre Essos y Kings Landing, las Islas de hierro y el Norte, no podían durar para siempre. Pero unos cuantos giros más durante la última serie podrían haber ayudado a aumentar la tensión de los aficionados enganchados desde los primeros días de Tyrion (Peter Dinklage) en los burdeles y la mortal rivalidad entre hermanos.

Los personajes clave que todavía estaban vivos cuando el episodio comenzó el pasado domingo fueron Daenerys, Tyrion, Arya (Maisie Williams), Jon Snow (Kit Harington) y Sansa (Sophie Turner).

Pero quizás la mayor sorpresa de la noche fue que todos menos uno de los personajes principales estaban allí al final.

Esto, en marcado contraste con el episodio de la semana pasada, en el que varias figuras amadas y odiadas fueron asesinadas. La intrigante y vengativa Cersei murió con su gemelo, Jaime (Nikolaj Coster-Waldau), padre de sus últimos hijos, bajo los escombros de su castillo de Kings Landing.

El macabro guardaespaldas de Cersei, The Mountain, fue asesinado por su hermano The Hound (Rory McCann), aunque ambos perecieron en el proceso. El sociópata Euron Greyjoy (Johan Philip “Pilou” Asbæk) fue destripado a orillas de Blackwater Bay por Jaime.

Dany comprobó su benevolencia a las puertas de la ciudad y mostró su lado despiadado cuando, después de diezmar la Flota de hierro, las tropas de los Lannister y todas las ballestas mata dragones de Cersei, dieron muerte a todos: tanto a culpables como a inocentes.

Snow, Tyrion y Arya observaron horrorizados el espectáculo, mientras que el comandante de las tropas de Dany, Grey Worm (Jacob Anderson), respondió con igual furia, matando a las tropas que ya se habían rendido.

El episodio del pasado domingo por la noche, comenzó examinando los daños a través de cuerpos carbonizados y mercados chamuscados que recordaban con algunas zonas de guerra de hoy en día, como Mosul o Homs.

Dany, utiliza el lenguaje de todos los tiranos cuando se dirige a sus tropas. “No dejaremos nuestras espadas hasta que hayamos liberado a toda la gente del mundo. Las mujeres, los hombres y los niños han sufrido demasiado bajo la rueda. ¿¡Quieres romper la rueda conmigo!?”

La gente aplaude, pero no todos están de acuerdo.

Después de que Dany mete a Tyrion en la cárcel por traición, por intentar ayudar a su hermano a escapar, él convence a Snow para que se vuelva contra ella. “A todos los lugares donde fue murieron hombres malvados, y la celebramos por ello. Y se volvió más poderosa y estábamos seguros de que era buena y tenía razón. Ella decía creer que su destino era construir un mundo mejor.... si realmente creyera eso, ¿mataría a todos los que se interponen entre ella y su paraíso?”

Snow finalmente hace lo que todo el mundo había estado prediciendo que haría, y mata a Dany. Así de fácil. Bran es nuestro premio de consolación.

El destino de todos los personajes se aborda en mini-sagas de despedida: Sansa se convierte en la reina del Norte, Arya se dispone a explorar la naturaleza salvaje del lejano Oeste y el pobre Jon Snow es desterrado a la Guardia de la Noche.

En un momento de autoconciencia y humor que apunta a la fuente misma del drama, Samwell Tarly (John Bradley) le da una bofetada a un libro frente a Tyrion, que es nombrado la nueva mano derecha del rey Bran, durante su primera reunión de asesores. ¿Qué es, se pregunta Tyrion? “Es una canción de hielo y fuego, la historia de las guerras del Archimestre Ebrose después de la muerte del rey Robert.

El último gran discurso de Tyrion en su argumento de que Bran era el mejor para gobernar fue también una declaración final sobre lo que hizo de”Game of Thrones” un drama único en la vida. “¿Qué une a la gente?”, preguntó a los demás agentes del poder del reino. “¿Armas? ¿oro? ¿banderas? Historias. No hay nada más poderoso que una buena historia”.

Las grandes historias son una gran serie y ésta seguramente fue una de ellas. Pero si tuvo o no un gran final eso es otra cuestión.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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