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Naloxona: la droga que salvó de la sobredosis a un grupo de personas en Chico

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Los policías de Chico sabían que solo tenían minutos para actuar cuando llegaron frente a la casa donde alguien había llamado al 911.

En el interior había cuerpos sin fuerza; dentro de la propiedad, en el patio y en el garaje. Algunos lucían pálidos y estaban fríos; otros habían dejado de respirar. La piel de un sujeto era púrpura.

Los oficiales sospecharon de una sobredosis masiva de heroína o algún otro opioide. Así, corrieron al interior de las guanteras de sus patrullas en busca de naloxona, un medicamento que puede revertir las sobredosis de opioides.

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Mientras administraban el antídoto, algunos de los afectados por la sobredosis parecían volver a la vida. Daban grandes bocanadas de aire, o su respiración se aceleraba. Sus cuerpos volvían a estar cálidos.

Una persona fue declarada muerta en el lugar. Pero una docena de quienes habían caído en la sobredosis, el 12 de enero pasado, sobrevivieron, en parte porque fueron tratados rápidamente con naloxona, aseguran los agentes.

“Sin eso, estoy convencido de que hubiéramos tenido cuatro o cinco decesos adicionales, si no más”, aseveró el jefe de policía de Chico, Michael O’Brien. “No hay duda de que [el medicamento] salvó vidas”.

A medida que la epidemia de opioides sigue cobrando víctimas en California, la policía y los servicios de emergencia en el estado han comenzado a almacenar naloxona en sus vehículos. Más de 50 agencias del orden solicitaron el medicamento al Departamento de Salud del estado, desde que este comenzó a distribuirlo sin costo, en octubre de 2018.

La propagación de naloxona es parte de una iniciativa para equipar a la mayor cantidad posible de personas con la sustancia, en caso de que se encuentren con posibles sobredosis, aunque algunas agencias del orden siguen dudando del tema.

Cuando entró la llamada, alrededor de las 9 de la mañana de ese sábado, ocho oficiales respondieron, todos los que estaban de servicio en la ciudad, ubicada 90 millas al norte de Sacramento.

Cuando llegaron, algunas personas realizaban maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) a las víctimas inconscientes. La policía encontró a alguien desmayado, que parecía haber salido de la ducha. Una persona yacía inconsciente sobre una hamaca, en el patio trasero.

Un grupo de amigos había asistido a una fiesta y regresado a la casa, temprano en la mañana, para comenzar a consumir drogas, relató O’Brien. Los funcionarios creen que estos adultos jóvenes cayeron en una sobredosis casi de inmediato, lo cual sugiere que la droga que consumieron contenía fentanilo, un opioide que es 100 veces más potente que la morfina.

Una cantidad muy pequeña de fentanilo puede ser fatal, y a menudo los usuarios no saben que sus drogas han sido mezcladas con granos del polvo blanco.

La policía de Chico comenzó a transportar naloxona en sus patrullas en 2018, en parte porque estaban preocupados por la llegada del fentanilo, remarcó O’Brien. Las muertes por fentanilo en California aumentaron casi un triple entre 2015 y 2017, el último año para el que hay datos disponibles.

“Sabíamos que la sustancia se había estado moviendo hacia el oeste”, expuso O’Brien. “Ahora que hemos tenido este incidente de víctimas en masa... eso debería preocuparnos a todos”.

Los funcionarios no han dicho con qué droga estaba mezclado el fentanilo, pero se encuentra cada vez más en los no opiáceos, como la metanfetamina y el MDMA. En 2018, tres hombres en Los Ángeles tuvieron una sobredosis por cocaína mezclada con fentanilo. En 2016, 58 personas sufrieron una sobredosis y 12 perecieron en Sacramento por la ingesta de analgésicos falsificados, contaminados con fentanilo.

El 12 de enero, los oficiales de Chico administraron naloxona —a menudo conocida por su marca comercial Narcan— en forma de aerosol nasal, similar a un medicamento para la alergia.

Aris Turner, un residente de Chico, de 34 años de edad, fue declarado muerto. Otros doce individuos fueron trasladados al hospital; cuatro necesitaron de ayuda mecánica para respirar, pero todos sobrevivieron.

Los oficiales de Chico que usaron su suministro de naloxona esa mañana lo reabastecieron esa misma tarde.

El Departamento de Salud de California asignó $19.7 millones en octubre último para proporcionar naloxona gratis a iglesias, escuelas, policía y otras organizaciones.

El mayor pedido de la sustancia, entre las 56 agencias del orden que la solicitaron, provino del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD). La agencia comenzó a distribuir los kits a los oficiales en diciembre, afirmó el portavoz del LAPD, Josh Rubenstein.

Sin embargo, muchos departamentos de policía no han empleado naloxona. Señalan que las ambulancias a menudo responden los llamados al 911 antes que ellos, o que les preocupa la responsabilidad de administrar el medicamento. Los oficiales también pueden dudar en adoptar la naloxona debido al estigma que rodea a los usuarios de drogas, consideró un profesor de UCSD, Peter Davidson, quien estudia la adicción y los tratamientos.

No obstante, Davidson remarcó que prácticamente no hay riesgo asociado con el medicamento; administrarlo a alguien que no está teniendo una sobredosis no genera ningún efecto. Una ley de California también protege a los oficiales de cualquier responsabilidad si administran el antídoto y esto causa problemas, explicó.

El docente anticipa que dentro de los próximos cinco a 10 años, llevar naloxona se convertirá en un estándar entre los oficiales, especialmente si los números de muertos por opioides continúan en aumento. “Es muy bueno que la policía lo tenga, porque cuando son las primeras personas allí, ello se traduce en alguien que no morirá”, expresó Davidson.

Cassie Miracle, miembro fundadora de la Northern Valley Harm Reduction Coalition, en Chico, cree que una buena parte de la gente debería contar con naloxona, no solo los oficiales. Muchos activistas están de acuerdo con ella.

“Muchas veces solo pensamos en nuestros servicios de emergencia, como policías y paramédicos, y no en los usuarios de drogas y en quienes los rodean; son ellos quienes realmente están ahí antes”, afirmó Miracle. “Esos minutos cuentan”.

A la mujer le costó atraer a la gente a los entrenamientos sobre el uso de naloxona, brindados en Chico durante el último año, aunque la reciente tragedia podría generar un cambio, dijo.

Miracle realizó un curso sobre la naloxona para el Departamento del Sheriff del Condado de Butte el 17 de enero. Otra capacitación para miembros de la comunidad, organizada en una librería durante ese mismo día atrajo a 30 personas, la mayor convocatoria de su organización en la historia, precisó.

“Es desafortunado que hayamos necesitado un hecho tan importante para ponernos en marcha y lograr que Narcan llegue a las manos de la gente, pero lo haremos con gusto”, remarcó Miracle.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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