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México y EE.UU ofrecen versiones distintas sobre el acuerdo migratorio que evitó los aranceles

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Funcionarios estadounidenses y mexicanos intentaron el lunes rechazar las críticas al acuerdo de última hora que alcanzaron sobre inmigración y aranceles, cada uno de los cuales se dirigió a su público nacional con afirmaciones contrastantes y, a veces, infladas.

El secretario de Estado, Michael R. Pompeo, dijo que la administración Trump había conseguido las concesiones más significativas que gobierno mexicano alguno había otorgado, para reducir el flujo de migrantes de América Central.

El acuerdo, que fue firmado el viernes por la noche, “marcará una diferencia fundamental en las personas que decidan transitar por México en el intento de entrar a Estados Unidos”, dijo Pompeo a los periodistas del Departamento de Estado.

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Como prueba, Pompeo citó en gran medida los pasos que México ya ha dado, o tenía previsto dar, mucho antes de las negociaciones de la semana pasada.

El presidente Trump insinuó que hubo acuerdos secretos que demostrarían que su administración había obtenido grandes concesiones de México, diciendo en Twitter que serían “revelados en un futuro no muy lejano”.

Advirtió que si el Congreso mexicano no aprueba el acuerdo, “se restablecerán los aranceles”.

Pero el canciller de México, Marcelo Ebrard, quien fue socio negociador de Pompeo durante tres días de intensas conversaciones en la Casa Blanca y el Departamento de Estado, dijo que no había acuerdos secretos.

En una conferencia de prensa en la Ciudad de México, Ebrard dijo que las dos partes habían acordado evaluar en las próximas semanas si México había logrado reducir el número de solicitantes de asilo que llegan hasta la frontera de Estados Unidos.

Ebrard dijo que la revisión se haría en 45 días, mientras que el Departamento de Estado dio un plazo de 90 días. La discrepancia no se pudo confirmar inmediatamente.

Si la oleada de refugiados no ha disminuido para entonces, dijo Ebrard, los dos gobiernos discutirán otras formas de compartir la carga de los solicitantes de acogida. “¿Nosotros qué pensamos? Que un sistema de distribución de responsabilidad sobre asilo tendría que ser regional”, dijo Ebrard.

Dijo que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados debería estar involucrado, así como Panamá, Brasil y otros países que a menudo son puntos de entrada al continente americano para las personas que huyen de África y otras partes del mundo.

Ebrard describió las negociaciones en Washington como muy difíciles y tensas, en contraste con las caracterizaciones más efusivas de Pompeo, y dijo que las relaciones entre Estados Unidos y México han alcanzado su punto más bajo desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo el 1 de diciembre.

Reiteró que los negociadores mexicanos se habían resistido con éxito a la persistente demanda de la administración Trump de que México fuera declarado un “tercer país seguro”, lo que obligaría a los refugiados a solicitar asilo en México sin tener que viajar a Estados Unidos.

“Ellos querían que se firmara el domingo otra cosa, totalmente diferente”, dijo Ebrard.

Pompeo aceptó la promesa de México de desplegar 6.000 efectivos de la Guardia Nacional en su frontera sur con Guatemala. Hasta este momento, esa institución armada no se ha formado, mientras que las tropas federales mexicanas han estado estacionadas durante mucho tiempo cerca de la frontera.

Pompeo también dijo que el regreso de los solicitantes de asilo de Estados Unidos a México para esperar la resolución de sus reclamos se haría “con toda celeridad”. La controvertida práctica, conocida como “Permanecer en México”, comenzó el año pasado y ha sido impugnada en los tribunales.

“El acuerdo continúa el compromiso de la administración Trump - el más fuerte de cualquier gobierno en la historia - para enfrentar la marea de inmigración ilegal y muchos otros problemas a lo largo de nuestra frontera sur, incluyendo el tráfico de drogas que circulan por allí”, dijo Pompeo.

Pompeo fue vago sobre qué métricas usaría la administración de Trump para medir el éxito o el fracaso en los pasos que da México. Otros funcionarios del gobierno han dicho que el éxito se juzgará por el número de migrantes que se presenten en la frontera de Estados Unidos. Estas cifras suelen bajar durante los calurosos meses de verano.

“Evaluaremos esto literalmente todos los días”, dijo Pompeo.

Trump había amenazado con aplicar un arancel del 5% a todas las importaciones procedentes de México a partir del lunes y escalar paulatinamente hasta el 25% en octubre. Economistas, líderes empresariales y legisladores de ambos lados de la frontera advirtieron sobre una costosa guerra comercial que perjudicaría las economías de ambas naciones.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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