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Venezolanos se lanzan a las calles por el Día del Trabajo, mientras Guaidó y Maduro convocan a manifestaciones

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| CARACAS, VENEZUELA

Los venezolanos se lanzaron a las calles para continuar las manifestaciones masivas este miércoles, un día después de que las protestas a gran escala sacudieran una vez más la capital y otras partes de la nación asolada por los disturbios.

Juan Guaidó, líder de la oposición y autoproclamado presidente interino, ha convocado a movilizaciones masivas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro este 1 de Mayo, Día del Trabajo.

Los simpatizantes de Maduro también se estaban reuniendo para apoyar a su asediado gobierno.

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Los activistas de la oposición comenzaron a reunirse a primera hora de la mañana en las calles de Caracas, que ha resistido años de manifestaciones y disturbios.

“No hay otro camino que seguir protestando”, dijo Víctor González, de 38 años, un jardinero que participa en una de las actividades antigubernamentales planeadas en más de una docena de puntos en toda la capital.

Más tarde, los manifestantes de la oposición se enfrentaron con las fuerzas de seguridad cerca de la base militar de La Carlota, donde se dispararon gases lacrimógenos y cócteles molotov.

Venezuela, una nación rica en petróleo que estuvo durante mucho tiempo entre los países más ricos de América Latina, ha soportado una historia reciente de agitación política, caos económico y emigración a gran escala. Gran parte de la población de 32 millones de personas está fatigada por las continuas turbulencias, que han provocado escasez de alimentos, delincuencia desenfrenada, cortes periódicos de electricidad e hiperinflación.

La oposición culpa a lo que llama la incompetencia y la corrupción del liderazgo de Maduro por los muchos males del país. Maduro y sus aliados sostienen que una “guerra económica” de Estados Unidos -incluyendo la reciente ampliación de las sanciones contra Caracas y su sector petrolero clave- está alimentando el desorden en Venezuela.

El pasado martes, Guaidó, con el firme respaldo de Estados Unidos, declaró que su movimiento estaba entrando en la “fase final” de su campaña para derrocar a Maduro, quien fue reelegido el año pasado para un segundo mandato de seis años en una votación que la oposición y observadores externos calificaron de amañada.

Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, en enero pasado; luego calificó a Maduro de “usurpador” y dijo que estaba asumiendo el cargo de presidente interino. Desde entonces ha sido reconocido como el líder del país por unas 50 naciones, encabezadas por Estados Unidos.

Pero un día después de las batallas callejeras del pasado martes entre la oposición y las fuerzas del gobierno, no lograron derrocar a Maduro, quien ha denunciado las protestas como parte de un “golpe” respaldado por Estados Unidos para asegurar el dominio de Washington sobre los vastos recursos de Venezuela y sus políticas internas y externas.

La oposición también pareció fracasar elpasado martes en su esfuerzo por dividir a los militares venezolanos, cuyos altos mandos han seguido apoyando públicamente al gobierno socialista de Maduro. Dividir y debilitar al liderazgo militar, es un objetivo clave del auto declarado gobierno de Guaidó.

Este miércoles, los defensores de la oposición dijeron que el flujo constante de manifestaciones en la capital continuaba ayudando a esa causa.

“Las protestas son importantes, ayudan a generar presión”, dijo Domingo Perdigón, un empresario que protesta en el distrito de El Cafetal, en Caracas. “La comunidad internacional nos reconoce ahora”.

Perdigón, de 69 años, añadió: “A mi edad, ¿qué más puedo hacer? no voy a tomar un arma y enfrentarme a alguien en esos términos, pero claro que puedo marchar”.

Muchos jóvenes, señaló, ya han salido de Venezuela, sumándose al éxodo de más de 3 millones que han emigrado en los últimos años. “Todos mis hijos ya se fueron”, dijo Perdigón.

Al marchar en el distrito de Las Mercedes, al este de Caracas, Rubén Arias coincidió en que las protestas habían servido para poner en relieve los muchos agravios del gobierno. Como otros, Arias dijo que no había perdido la fe en Guaidó, a pesar de que han pasado meses desde que se declaró presidente interino.

“Guaidó nos ha dado nuevas esperanzas; sin él no habríamos logrado nada”, dijo Arias, de 46 años, y propietario de una tienda. “Pero no puede hacerlo solo. Por eso tenemos que estar en las calles”.

A pesar de que muchos deseaban un cambio rápido, otros admitieron que presionar a Maduro para que se fuera probablemente sería un proceso largo.

Guaidó “no es un mesías”, señaló Rosangela Peña, de 53 años, una maestra que se encontraba entre los manifestantes en el distrito de Bello Monte, en el sudeste de la capital. Dijo que dudaba de que Maduro dejara el cargo en un futuro cercano y que los venezolanos tendrían que mantener la presión.

“No podemos recuperar en tres meses todo lo que se ha deteriorado en 20 años”, dijo Peña. “La gente quiere que las cosas sucedan inmediatamente, pero sin hacer su parte”.

El secretario de Estado de EE.UU, Michael R. Pompeo, dijo a CNN que Maduro estaba “listo” para abandonar el país el pasado martes en un avión con destino a La Habana, pero que las autoridades rusas lo habían convencido de que se quedara. Rusia, uno de los principales patrocinadores de la administración de Maduro, negó la acusación, calificando la afirmación como parte de la “guerra de información” de Washington contra el gobierno venezolano.

Venezuela es un aliado cercano de Cuba y Nicaragua, naciones socialistas que John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente Trump, ha apodado la “troika de la tiranía”.

Los líderes izquierdistas de los tres países han acusado a la administración Trump de atacarlos por su negativa a acceder a lo que ellos llaman la determinación de Washington de dominar la región política y económicamente. La administración Trump dice que busca fomentar la democracia y “rechazar las fuerzas del comunismo y el socialismo en este hemisferio”, como declaró Bolton el mes pasado.

El pasado miércoles, Bolton repitió la afirmación de la administración Trump de que miembros clave del gobierno de Maduro han estado negociando con la oposición. Bolton dijo que Maduro estaba “rodeado de escorpiones y que es sólo cuestión de tiempo”.

Trump ha seguido agresivamente una política de intentar derrocar al gobierno de Maduro, que Washington describe como una dictadura, una descripción rechazada por Maduro y sus partidarios.

Maduro fue elegido presidente por primera vez en 2013 después de la muerte de Hugo Chávez, un veterano militante izquierdista y antagonista de Estados Unidos.

En una desafiante aparición en la televisión estatal a última hora del pasado martes, Maduro negó las acusaciones de Estados Unidos de que estaba dispuesto a abandonar el país y pidió una enorme movilización progubernamental este 1 de mayo, que en Venezuela, como en muchos otros países, se celebra como un día para rendir homenaje a los trabajadores.

“Tendremos una gran movilización de la clase obrera del país”, prometió Maduro. “¡A las calles a ganar la paz!”.

El corresponsal especial Mogollon informó desde Caracas y el escritor McDonnell desde la Ciudad de México.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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