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Los alumnos formaron una esvástica con sus cuerpos, y la ciudad respondió con una sincera conversación sobre el odio

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El hombre negro se puso de pie para enfrentar a sus vecinos; se ahogaba mientras contaba cómo todos los días, diferentes personas cruzan la calle cuando lo ven venir. En Ojai, un lugar bonito al que llama hogar, la gente lo ignora de manera rutinaria.

La voz de una mujer vaciló cuando compartió el mensaje de texto que su hijo, cuyo padre es judío, recibió recientemente: “Escuché que toda tu familia es inflamable”. Para asegurarse de que el punto estaba claro, dijo, hubo un mensaje de seguimiento: “Entiendes la referencia: Segunda Guerra Mundial”.

Fue una esvástica lo que convocó a estos residentes de Ojai, símbolo que fue formado en diciembre pasado por los estudiantes de Matilija Junior High School, en el campo de fútbol. La cobertura de los medios de comunicación provocó indignación en la ciudad y derivó en este foro de la comunidad, que realizó a principios de enero el Distrito Escolar Unificado de Ojai.

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Las autoridades afirman que se reportan pocos incidentes de odio en esta ciudad liberal del valle, conocida como un refugio para buscadores espirituales, entusiastas de la salud y celebridades; un lugar con salas de cata de vinos y galerías de arte a lo largo de la avenida principal, donde una pancarta recientemente promocionó la celebración del Día de Martin Luther King Jr.

Aún así, dijo el sargento Shane Matthews, del Departamento del Sheriff del Condado de Ventura, “es muy posible que haya cuestiones que desconozcamos”.

En 1994, un estudiante negro en Matilija reportó haber sido amenazado por un grupo de chicas blancas que habían garabateado epítetos en su casillero. Y en 2017, dos jugadores de béisbol de Nordhoff High School que usaron sus camisetas para deletrear un insulto racial fueron eliminados del equipo.

El alcalde Johnny Johnston reconoció que ha habido algunos incidentes basados en la raza, y afirmó que Ojai se enfrenta a problemas como cualquier otro pueblo. Pero, dijo, la gente parece prestar más atención debido a la reputación progresista de este sitio.

“La yuxtaposición... lo convierte en un buen ejemplo de que ningún lugar [está] libre de estas cosas”, expresó Johnston, quien ha vivido en la ciudad casi 50 años. “Creo que Ojai, en general, es mejor que la mayoría de los lugares donde he estado, pero estamos lejos de ser perfectos”.

Dawn Shook, de la Junta de Agentes de Bienes Raíces del Valle de Ojai, quien se trasladó a este lugar hace 40 años para criar a su familia, consideró que “todos aquí se llevan bien, mayormente. Y entonces, algo como [el incidente de la esvástica] fue bastante horrible para muchos residentes”.

El desglose racial de Ojai

La pintoresca ciudad de California es marcadamente menos diversa que el resto del condado de Ventura y el estado.

Raza

Residentes

Porcentaje

Blanca

6,247

82.3 %

Negra

15

0.2 %

Asiática

160

2.1 %

Latina

917

12.1 %

Otras

255

3.4 %

Fuente: American Community Survey (encuesta de la comunidad estadounidense), 2017, estimaciones de cinco años.

Una ciudad de aproximadamente 8,000 habitantes, Ojai tiene más del 80% de residentes blancos, según las últimas estimaciones de la Oficina del Censo de Estados Unidos. Solo hay unas pocas docenas de habitantes negros. En el condado de Ventura en su conjunto, la población negra es de alrededor del 2%.

De hecho, cuando se publicó un artículo sobre la esvástica en The Times, una mujer negra afirmó que algunos se contactaron con ella y con sus hijos, asumiendo erróneamente que ella era la residente citada de forma anónima.

Como muchos otros en el foro de Matilija, la mujer pidió no ser mencionada por su nombre. La gente comenzó a mirar mal a sus hijos después de que se publicara el artículo, comentó, y en 2018 su esposo fue atacado con insultos raciales mientras corría.

“Esto es algo que ha ocurrido durante mucho, mucho tiempo. Sí, incluso en Ojai”, confesó. “No sucedió en la década de 1990; esto no ocurrió hace 10 años. Esto fue el año pasado y el anterior”.

Más de 200 personas —incluidos rabinos, líderes comunitarios y niños—, acudieron al auditorio de la escuela para el foro y se sentaron frente a un escenario adornado con banderas estadounidenses y californianas. Mediante auriculares era posible acceder a la traducción simultánea en español.

“Este problema va mucho más allá de un solo incidente que ocurrió en uno de nuestros campus escolares”, consideró Andy Cantwell, superintendente del distrito.

La controversia salió a la luz antes de las vacaciones de invierno, cuando un padre compartió las transcripciones de los administradores escolares de un chat grupal que incluía comentarios racistas, sexualmente inapropiados y amenazas. También incluía una foto de nueve estudiantes que se habían acostado en el campo de fútbol para formar una esvástica. La policía no halló una amenaza activa y la acción no se consideró un delito.

Sin embargo, el distrito escolar anunció planes para exigir que todos los alumnos de Matilija participen en el plan de estudios de aprendizaje social y emocional, en respuesta al incidente.

“Como persona judía, me sentí muy triste al ver que esto sucediera. Pero, como maestra, lo veo como un momento de aprendizaje”, consideró Lanny Kaufer, sustituta en el distrito, durante la reunión de tres horas. El padre de Kaufer vivía en Viena cuando huyó de los nazis, en 1938. “Creo que es genial que esto haya salido a la luz”, remarcó. “Creo que ha pasado mucho tiempo”.

OJAI, CA - JANUARY 18, 2019: Marqui Bury holds a candle at a weekly Friday night peace vigil along Ojai Avenue in downtown Ojai. (Michael Owen Baker / For The Times)
(Michael Owen Baker / For The Times)

Para algunos, el evento se pareció a una terapia, una forma de procesar incidentes que los han preocupado durante años.

Un hombre negro se puso de pie, nervioso cuando tomó el micrófono. Dijo que había ido a Matilija en los grados séptimo y octavo, pero que lo habían expulsado por sus calificaciones bajas. Lo que la gente no sabe es que los skinheads lo atacaban a diario, afirmó.

En medio de susurros en todo el auditorio, el hombre siguió adelante, haciendo altos por momentos para encontrar las palabras justas. Hace tan solo unos meses, dijo, se peleó con otros adultos únicamente por el color de su piel. “Esos no eran niños”, recalcó. “Es un problema más grande de lo que se piensa”.

Después de que habló, pareció resignado. “Si hay un lugar en la Tierra donde no hay racismo, háganmelo saber y me mudaré allí... Es de esperar que en esta época la gente sea un poco más tolerante”.

Cyndi Silverman, directora de la Liga Antidifamación para la región de Santa Bárbara y Tri-Condados, detalló que ha habido un aumento del 94% en incidentes de odio en todo el país, entre los grados K a 12. En el área que supervisa, hubo 21 incidentes de antisemitismo en 2018, frente a cinco registrados en 2016. “Este es un lugar amoroso, y debería estar aquí para difundir el amor”, le dijo a los reunidos para el foro. “Pero estoy aquí para decirles que vamos a ayudarlos a combatir el odio”.

Para el encargado de la ciudad de Ojai, Steve McClary, quien junto con el alcalde y un concejal estaba presente en el auditorio, escuchar las historias de los residentes sobre cómo lidiar con los prejuicios en su ciudad fue “muy aleccionador”.

“Creo que para aquellos de nosotros que no hemos experimentado eso, es muy fácil olvidar lo que algunas personas viven”, expuso. “Desafortunadamente, a menudo se necesita algo negativo como esto... para recordarlo... Todos merecemos respeto”.

Cuando la reunión llegó a su fin y los residentes se filtraron en la noche fría, muchos agradecieron a uno de los residentes negros por compartir su historia. Otros lo abrazaron. “Si estoy por allí y veo que te sucede algo, estaré de tu lado”, le dijo una mujer mayor blanca.

Todo lo que él necesita, le dijo con una sonrisa, es que ella le diga ‘hola’.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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