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Llevé a mi hija de dos años a ver ‘Captain Marvel’, y me alegra haberlo hecho

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¿Esa mamá agotada, que se inclina sobre su hija pequeña, para identificar personajes y servir bocadillos durante una proyección de “Captain Marvel”, en Torrance, el pasado viernes por la noche? Sí, esa era yo.

Llevé a mi hija de dos años, a la que simplemente llamaré E, a ver el último éxito de taquilla de Marvel, en la noche de estreno. No porque ella estuviera ansiosa por verlo, sino porque yo lo estaba. Y era el Día Internacional de la Mujer (la estrategia en la fecha de lanzamiento de Disney no pasó desapercibida para mí).

Era la primera vez que E veía una película en un cine, y quería que fuera memorable, no sólo una publicación en Instagram.

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Antes del lanzamiento de “Wonder Woman”, en 2017, pasaron décadas para que Hollywood se dignara a mostrar guerreras mujeres como protagonistas de sus éxitos comerciales. A los 31 años de edad, como muchas mujeres, finalmente vi a nuestra esperada superheroína en la pantalla grande, con Gal Gadot representando a Diana Prince.

Y el pasado viernes, esperaba que mi hija la viera en “Captain Marvel” - el film de superhéroes del universo Marvel con una protagonista mujer-, y en la actuación de Brie Larson como Carol Danvers. Eso, pensé, debería ser la nueva normalidad para ella.

Mi esposo llevó a nuestra hija, que ama a las princesas, a un juego de la NHL en el Staples Center, a principios de esta semana, con la esperanza de inculcarle su amor por los deportes. Yo esperaba hacer algo similar, pero por el cine y los superhéroes, y para honrar el Día Internacional de la Mujer de 2019 de forma divertida y significativa.

Así lo planeamos: elegí una función a las 5:30 p.m., compramos nuestros boletos en línea antes de que se agotaran, le di de comer y promocioné nuestra cita de madre-hija de antemano. Llegamos temprano y nos aseguramos de que usara al baño, e incluso la complací con unos bocadillos.

La siesta truncada de E, ese día, significaba que ella estaría perfectamente feliz de quedarse en casa e irse a dormir temprano. Pero el atractivo de ponerse una chaqueta roja y azul, inspirada en el uniforme de Carol, la atraía, y estábamos en camino.

Sentadas entre otros fanáticos adultos, niños y -afortunadamente- otras mamás, estábamos casi a la mitad de los avances cuando el trailer de “Frozen 2” estuvo a punto de arruinar nuestra noche. Eso fue todo; E quería volver a verlo, quería ver a sus amigas Anna y Elsa. Y las quería ahora.

Entré en pánico. Le pedí que tratara de ver un poco de la película y le dije que podríamos irnos si no le gustaba, o si se sentía asustada. Ella, en cambio, me pidió su chupete, que reservamos para dormir, y se acurrucó junto a mí mientras Carol se enfrentaba a humanos, Skrulls y Krees.

Mientras yo estaba atrapada por la fuerza, la determinación y el humor de Carol, E -que permaneció despierta todo el tiempo- estaba más interesada en su gata Goose, en Mónica Rambeau -la joven hija de María, la amiga piloto de combate de Carol- y en una pequeña refugiada Skrull. Todo estaba bien; al menos ella estaba interesada. Y dejó el chupete en pos de algunos bocadillos y para preguntar cosas como: “Mamá, ¿quién es esa?”.

Una pausa para ir al baño durante una escena fundamental nos dejó un poco perdidas. Si alguien pudiera compartir con nosotras el contenido de la caja negra de Carol, lo agradecería enormemente.

Logramos llegar al final de la película y las escenas posteriores a los créditos sin arrebatos (¡de ella o míos!), y me sentía fantástico. No sólo quería que mi hija viera la película; quería que viera a su mamá haciendo algo que le encanta.

Claro, me preocupaba la clasificación PG-13 del film, su volumen y el tiempo de pantalla extendido para una niña como E. Pero, permítanme decir: esta película fue la excepción para nosotros, no la regla. Además, ayudamos a disminuir los debates misóginos sobre las coletas y las sonrisas, y los esfuerzos de los trolls para empantanar el fin de semana de estreno del film.

Entonces, ¿por qué comparto este consejo materno ahora? Sufrí de depresión posparto, y los primeros meses de nuestra relación madre-hija no fueron tan idílicos como esperaba. El cuidado personal, el amor propio y la búsqueda de actividades que disfruto son cruciales para mi salud, mental y física. Si E ve que cuido de mí misma, quizás no herede algunas de mis neurosis. Y eso me importa, a mí y seguramente a otras mamás jóvenes que luchan por ahí.

Por lo tanto, ver a Carol Danvers despegar y caer repetidamente, tanto en la Tierra como en el espacio exterior, así como recuperar sus poderes intrínsecos, resonó profundamente conmigo, más allá de una simple experiencia cinematográfica.

“¿Qué hace Captain Marvel cuando se cae?”, le pregunté a E a la mañana siguiente.

“Se levanta”, respondió ella alegremente.

Después se montó a su nave espacial imaginaria, y se alejó.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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