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La visión de Nipsey Hussle para South L.A comenzó con un viaje a Eritrea

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A la edad de 19 años, Nipsey Hussle tomó el dinero que ganaba en las calles de South L.A y compró un boleto de avión a la patria de su padre, Eritrea, un pequeño país en el este de África que luchó una guerra brutal para asegurar su lugar en el mundo.

Ese viaje dividió su vida en un antes y un después, desde un joven que vivió la cultura de las pandillas con aspiraciones de ser un rapero, hasta un activista comunitario con un espíritu emprendedor que obtuvo un premio Grammy.

Hussle, nacido con el nombre de Ermias Asghedom, permaneció en Eritrea durante tres meses en 2004. Hizo conexiones significativas alrededor de la mesa, con parte de su familia, a la que nunca había conocido. Pero, sobre todo, Hussle, por primera vez en su vida, vivía en un lugar donde personas con piel de color chocolate como la suya estaban en cargos de liderazgo.

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Cuando regresó a L.A, sus ojos se abrieron y su mente se llenó de visión “la forma en que podrían ser las cosas”. El mundo era repentinamente más grande que el distrito de Crenshaw en South L.A, donde creció con su madre y su abuela, y donde los vecindarios a menudo determinan los vínculos entre pandillas. Dijo en entrevistas y en letras de sus canciones de rap que estuvo vinculado a los Rollin’ 60 de los Crips, pero la policía dice que probablemente fue un rencor personal, no violencia de pandillas, lo que llevó a que Hussle fuera asesinado a tiros afuera de su tienda de ropa el pasado domingo 31 de marzo. Tenía 33 años.

Eritrea tuvo un efecto poderoso en Hussle, y él tuvo un efecto igualmente poderoso en Eritrea.

“Si no conoces tu historia completa, la historia completa de cómo llegaste a donde estás, es un poco difícil unir las cosas”, dijo Hussle en una entrevista de 2010 con la revista Complex. “Eso llenó un espacio en blanco que tenía, en cuanto a entenderme a mí mismo”.

Cuando murió la semana pasada, el ministro de información de Eritrea, Yemane G. Meskel, ofreció sus condolencias en Twitter. En ciudades desde Washington, D.C hasta Portland, miembros de la diáspora de Eritrea también han celebrado vigilias con velas a nombre del rapero.

Los Ángeles es el hogar de uno de los enclaves más grandes de inmigrantes eritreos en Estados Unidos, y han visto cómo Hussle, o Ermias, como lo llaman, pasó de ser un niño precoz a un joven influyente. Desde el pasado domingo 31 de marzo, muchos en la comunidad de inmigrantes han celebrando eventos en su honor, incluida una sesión de sanación espiritual en una iglesia eritrea.

La muerte de Hussle ha dejado a muchos de luto. Pero para muchos eritreos, es como si hubieran perdido un hijo. Para ellos, él era la encarnación del sueño para aquellos que esperan asegurar un futuro mejor para ellos y sus hijos en la diáspora de Eritrea.

Eritrea, un país con forma de escoba del tamaño de Tennessee, alberga a unos 5 millones de personas en el Cuerno de África. Es una antigua colonia italiana, y después de la Segunda Guerra Mundial, Eritrea fue absorbida por la vecina Etiopía, hundiendo a la región en la guerra.

Entre 1961 y 1991, cientos de miles de eritreos huyeron del país y sembraron sus raíces en América del Norte, Europa y Oriente Medio. Uno de ellos fue el padre de Hussle, Dawit Asghedom, quien fue uno de los primeros en llegar a L.A en la década de 1970.

Hoy, Asghedom sigue siendo un rostro familiar y un pilar de su comunidad local de Eritrea. Él y la madre de Hussle, Angelique Smith, que es afroamericana y tiene sus raíces en Luisiana, dieron a luz a Ermias en Los Ángeles en 1985. Ermias, que significa “Dios resucitó”, dice Smith, es su segundo hijo después de Samiel. La pareja se divorció en 1987.

Hussle vivió con su madre, y más tarde, con su abuela. Sin embargo, Asghedom se aseguró de que Hussle y su hermano conocieran la comida y la cultura de Eritrea. Como adulto, Hussle continuó esa tradición e inscribió a su hija de 10 años en una escuela donde se estudiaba Tigrigna, el idioma oficial de Eritrea, y jugaba fútbol, dijo Asghedom.

Hussle ayudó a los eritreos, ya sea en grandes o pequeñas maneras, a sentir que su cultura era reconocida. Cada año, la gente de la diáspora se reúne en Washington, D.C para un festival. El año pasado, Hussle cantó algunos de sus éxitos allí y respondió preguntas de la juventud, recordó Sallina Yehdego, una eritrea estadounidense de 19 años de Inglewood.

“Es un poco decepcionante que nadie sepa sobre mi país y la belleza que posee, la gente, la cultura y todas las tradiciones que tenemos”, dijo.

Algunos de la primera generación, cansados de explicar su herencia, se han rendido. Simplemente dicen que son etíopes. Algunos se identifican utilizando el término “habesha”, que algunos consideran controvertido. El término se usó inicialmente para describir a las personas de Etiopía, pero ahora incluye eritreos.

“Es un poco doloroso”, dijo Yehdego. “Tuvimos una guerra de 30 años. Luchamos por nuestro nombre”.

Pero Hussle abrazó abiertamente su herencia eritrea. En Twitter el año pasado, publicó “Feliz Día de la Independencia para mi gente” y cuando un seguidor lo confundió como etíope, Hussle lo corrigió.

“Fue capaz de decirlo al mundo con orgullo”, dijo Yehdego. “Tenía tanto poder y nos hizo sentir más visibles a los eritreos en un mundo en el que creemos que somos invisibles”.

Seyoum Kidane, un etíope eritreo que se hace llamar DJ Axubela, dijo que Nipsey “tuvo algunas canciones en las que habló sobre sentirse orgulloso de dónde eres y tener conciencia y conexión con tu origen”.

“Eso era algo muy, muy necesario, que se reflejaba en toda su música”, dijo.

Para la primera generación de estadounidenses de Eritrea, que son milenarias, Hussle significó aún más. Compartieron sus aspiraciones de seguir carreras más riesgosas y potencialmente menos lucrativas a las que sus padres preferirían.

Hussle demostró que “no es necesario ser un cirujano para tener éxito”, dijo Awet Weldemichael, profesor de historia africana y mundial en la Universidad de Queen en Ontario.

Biliana Mikail, otra estadounidense de Eritrea de primera generación, de Mid-City L.A, dijo que Hussle enseñó a los niños de inmigrantes africanos que, con un pie atado a sus tradiciones y costumbres de Eritrea, y otro con una gran influencia en la vida estadounidense, podían forjar su propio camino.

“No es fácil forjarse un nombre, tanto para ti, como para tu familia, en casa”, dijo. “Crear un puesto en la mesa, para que no sólo puedas comer tu, sino todos quienes forman parte de tu vida. Para mostrar a nuestros padres que su lucha no fue en vano y que estamos agradecidos por sus sacrificios”.

Mikail, se encontró haciendo promoción al ascenso de Hussle a la fama, el año pasado, al explicar a sus padres por qué quería cambiar de carrera.

Durante años, Mikail siguió los sueños de sus padres de convertirse en enfermera. Pero un día a fines de 2017, después de que se retirara la comida de la mesa de la cena, hablaron sobre las universidades. Mikail reveló que su pasión estaba en las relaciones públicas. Tal vez, podría convertirse en publicista para artistas y emprendedores como Hussle.

“Observé a Ermias y lo que él creó para sí mismo: la marca, el nombre, todo”, les dijo a sus padres.

“Eso pasa una vez en un millón”, recordó que dijeron sus padres. “No le sucede a todos, y es poco probable que te suceda a ti o a la persona que esté a tu lado”.

Hussle regresó de Eritrea al sur de Los Ángeles en 2004 con ideas plantadas en su cabeza de comunidades administradas por los mismo residentes. Trazó una estrategia a largo plazo que denominó “la maratón”, planeando operarla con su hermano y amigos.

Para ganar dinero, comenzó vendiendo calcetines y camisetas. Comenzó a hacer mezclas de grabaciones y finalmente desarrolló una estrategia novedosa de vender copias físicas, como artículos de colección, por $100. El rapero Jay-Z compró 100, elevando el perfil de Hussle en la industria del hip-hop.

Luego, con su equipo, Hussle creó el sello discográfico All Money In y firmó un contrato con Atlantic Records, pero aún era dueño de las copias maestras de su música. También abrió una tienda de ropa en South L.A con su lema “The Marathon” en 2017, en un momento en que los minoristas se estaban alejando de las tiendas en las calles.

“Él siempre dijo, ‘eleva tus expectativas’”, dijo su hermano Samiel.

El panorama más ambicioso era ser dueño del centro comercial en forma de L que albergaba la tienda de ropa Marathon y, finalmente, construir un complejo residencial y comercial allí que sería el catalizador para revitalizar su vecindario.

El año pasado, Hussle regresó a Eritrea con su padre y su hermano.

A lo largo de los años, el país ha luchado por encontrar una manera de reconstruir, dijo Ghirmai Negash, profesor de inglés y literatura africana en la Universidad de Ohio. El gobierno actual, vigente desde la independencia del país en 1991, ha sido comparado con Corea del Norte.

La diáspora eritrea está muy dividida, dijo. Pero sus miembros se han unido detrás de personas que son íconos internacionales y comparten la herencia de Eritrea, entre ellos Hussle, la actriz Tiffany Haddish, también de South L.A, y el corredor de maratón Ghirmay Ghebreslassie.

“La historia de nuestro país, nuestra lucha, la historia de la gente común, la capacidad de recuperación de la gente y nuestra integridad es algo de lo que me enorgullece estar apegado”, dijo Hussle en una entrevista el año pasado con los medios de Eritrea.

El año pasado, Hussle, su hermano y su padre visitaron lugares históricos en Eritrea, se reunieron con el presidente del país y partieron el pan con la abuela de Hussle. La mayor parte del tiempo, Hussle representaba su otro barrio a un océano de distancia, luciendo una cachucha con “Crenshaw” escrito en el frente. “Quiero decir lo gratificante que es para nosotros poder volver a casa y tener un país que podamos llamar nuestro. Los líderes, la policía, los políticos, los dueños de negocios y los empresarios se parecen a nosotros y están a cargo de su propio destino, y cada uno tiene su opinión en la estructura general de poder”, dijo en una entrevista. “Es tan impresionante”.

Su legado vive desde las calles de South L.A hasta las de Eritrea.

El año pasado, Mikail, la aspirante a publicista, visitó Eritrea poco después de que Hussle pasara tres semanas allí. Mientras disfrutaba de un café a lo largo de las calles bordeadas de palmeras de Godena Harnet en el corazón de la capital de Eritrea, Asmara, ella siguió escuchando un nombre familiar.

“Nebsi”, decían los jóvenes que vendían chicle y comida en el distrito cafetero. Lo decían mientras se saludaban.

El joven, inspirado en Nipsey Hussle, incorporó el nombre del rapero a su lengua nativa de Tigrigna. Es la expresión para referirse a un “homie” o “amigo”.

“Y no sólo a un típico homie”, dijo Kidane, un DJ. “Es alguien por quien tienes mucho cariño”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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