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Rafael Márquez, estrella de la Copa Mundial de México, acusado de ayudar a un capo de la droga

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En un partido reciente de preparación para la Copa del Mundo en el Rose Bowl en Pasadena, el equipo nacional de fútbol de México echaba de menos a una de sus estrellas más grandes: Rafael Márquez, capitán del equipo y jugador legendario.

Márquez, cuatro veces veterano de la Copa del Mundo, fue sancionado por el Departamento del Tesoro de EE.UU. en 2017 por presuntamente ayudar a un poderoso narcotraficante mexicano. Sus cuentas bancarias fueron congeladas en Estados Unidos y en México, y fue incluido en una lista negra que prohíbe a las empresas estadounidenses hacer negocios con él.

Las sanciones también le impiden jugar en Estados Unidos, dijo su abogado a ESPN en 2017.

Márquez, de 39 años, quien es conocido cariñosamente como Rafa, ha negado las acusaciones de que él y dos socios usaron varios negocios para mover activos de Raúl Flores Hernández, un narcotraficante aliado de los cárteles de la droga de Sinaloa y Nueva Generación de Jalisco.

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Pero su presencia en el equipo nacional de México ha llamado la atención, y algunos dicen que es indecoroso que México, un país afectado por la corrupción y los niveles históricos de violencia relacionada con las drogas, seleccione a un jugador acusado de lavar dinero en efectivo para un narcotraficante.

“Es increíble que las autoridades estén permitiendo que una persona acusada de lavado de dinero vaya a jugar una Copa del Mundo como si nada hubiera sucedido”, dijo Raúl Rodríguez, un chef de 32 años de la Ciudad de México.

“Esa impunidad solo ocurre en México”, dijo Rodríguez. “Si tú o alguien que no es famoso comete un delito, te meten a la cárcel”.

Sin embargo, en su mayoría, los mexicanos se han puesto de lado de Márquez, quien está listo para convertirse este domingo 17 de junio en uno de los pocos jugadores en jugar en cinco Copas del Mundo, cuando México se enfrente a Alemania en su primer partido.

En una ceremonia en el palacio presidencial de México a principios de junio, Márquez presentó personalmente una de las camisetas verdes del equipo del Mundial al presidente Enrique Peña Nieto, quien ha sido acusado reiteradamente por periodistas mexicanos de corrupción.

Los partidarios de Márquez enfatizan que él no ha sido condenado por ningún crimen, ni siquiera acusado, y que no debe ser castigado prematuramente.

“Rafa es el alma del equipo nacional, y si tiene problemas con Estados Unidos, no nos importa”, dijo Armando Díaz, un vendedor de 43 años en Ciudad de México.

“Si tiene problemas con las autoridades, puede resolverlos más tarde”, dijo Díaz. “Ahora tiene que concentrarse en la Copa del Mundo y jugar bien para que México pueda ganar sus juegos”.

Aún así, las sanciones han resultado en momentos incómodos, incluyendo la ausencia de Márquez durante el amistoso contra Gales en mayo, que terminó en empate.

Las compañías que patrocinan al equipo nacional de México parecen alarmadas por su inclusión en la lista, y han tomado medidas para que no parezcan estar haciendo negocios con Márquez.

En las prácticas de esta semana en Rusia, mientras el resto del equipo usaba camisetas con los logotipos de Coca-Cola y otros patrocinadores, Márquez lucía una versión simple sin ninguna de las marcas.

Una declaración del equipo mexicano explicó que los logotipos fueron eliminados “para que Rafa Márquez se centre al 100% en los deportes” y que el equipo tomó la decisión después de consultar con expertos.

Márquez fue uno de los 21 ciudadanos mexicanos sancionados por el Departamento del Tesoro en agosto de 2017, por presuntos vínculos con Flores, acusado desde la década de 1980, de contrabandear drogas y lavado de dinero desde su base en el estado de Jalisco.

Entre los que también vieron sus bienes congelados estuvieron Julio César Álvarez Montelongo, líder de una banda de música norteña que una vez fue elogiado por Peña Nieto como “un gran ejemplo para la juventud mexicana”.

Varias empresas asociadas con Márquez fueron sancionadas, incluida una escuela de fútbol que lleva su nombre. Las sanciones fueron un golpe de gracia para Márquez, cuyas temporadas con el Barcelona, los Red Bulls de Nueva York y el club Atlas de Guadalajara lo convirtieron en toda una realeza deportiva mexicana.

En Guadalajara y en su estado natal de Michoacan, tenía fama de filántropo y había estado trabajando en la creación de un sindicato para jugadores en la liga nacional de fútbol de México. Muchos pensaron que tenía un futuro en la federación de fútbol de México, o incluso en la política.

José Contreras, un arquitecto de 37 años, dijo que pensaba que se le permitía jugar a Márquez porque el equipo mexicano lo necesitaba. La selección no ha tenido un buen desempeño y a principios de este mes perdió 2-0 en un amistoso con Dinamarca.

“La selección nacional está jugando tan mal que seguramente los dirigentes hicieron lo imposible para poder llevar a Márquez al mundial”, dijo Contreras. “Las acusaciones contra él son una pena porque la gente en México realmente lo admira mucho”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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