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La era del disco compacto podría estar en su etapa terminal

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Treinta y cinco años después de que el formato fuera presentado como uno de los mayores avances de audio desde el nacimiento de la música grabada -y desencadenado involuntariamente el advenimiento de la música digitalizada- el otrora indestructible disco compacto sufrió otra herida existencial a principios de 2018, después de que dos grandes minoristas comenzaran a reevaluar sus enfoques para las venta de CD físicos.

Best Buy dejará de contar con la mayoría de los CD editados en sus tiendas, y Target intenta negociar con los distribuidores para cambiar a un modelo de consignación, según fuentes del negocio de la música, quienes no quisieron revelar sus identidades para preservar las relaciones comerciales. La noticia fue publicada por primera vez en Billboard.

El cambio confirma aún más la precipitada caída del formato: desde el pico del plástico, en 2001, las ventas de CD han caído un 88%, de 712 millones de unidades a 85,4 millones en 2017, conforme Nielsen Music.

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A medida que los fanáticos de la música se cansan de los discos y se vuelcan a servicios de transmisión (streaming), como Spotify, Pandora y Apple Music, Best Buy está cediendo el mercado a minoristas en línea, incluyendo Amazon, y los incondicionales independientes, como Amoeba Music.

Ello genera la pregunta: al igual que con los discos de 78 rpm y las cintas de ocho pistas anteriores, ¿la noticia acentúa la marcha atrás del disco compacto? ¿Los CD van camino a convertirse en un producto de nicho, tal como el casete?

Best Buy reducirá su selección de CD durante los próximos cuatro a seis meses, y en algún momento dejará de venderlos en su tienda en línea, de acuerdo con un distribuidor de disqueras, que presta servicios a cadenas de música.

Después de eliminar sus bastidores, es probable que la tienda venda discos rebajados de la misma manera que lo hace con los DVD (Best Buy no respondió a las solicitudes de comentarios para este artículo).

Los minoristas independientes, mientras tanto, descubrieron que existe, de todas formas, un apetito constante por los CD. Las ventas de nuevos discos compactos están en disminución hace mucho tiempo, pero el mercado de usados va en aumento. En 2017, por ejemplo, las ventas de CD en el mercado secundario de Discogs aumentaron un 28% en comparación con 2016. El incremento está superando al vinilo, que registró un alza del 19%.

Con los servicios de transmisión como forma de elección actual, las noticias no son un shock para la industria de la música. En 2017, las cadenas de tiendas como Best Buy representaron un mero 11% de las ventas de CD, según Nielsen Music.

En comparación, en 2004 ese mismo sector minorista, que también incluía a Borders, Circuit City y otros vendedores ahora cerrados, representaba el 48,5% de las ventas de CD. Su dominio a menudo se citaba como una razón principal por la cual los medios independientes y los minoristas de nivel medio, como Tower Records, sufrían.

“Creo que Best Buy desafortunadamente se está dando cuenta de por qué esos minoristas ya no están en el negocio”, expuso David Bakula, analista de Nielsen Music. “Están tratando de ser más inteligentes para avanzar hacia el futuro, y ese futuro es el acceso al entretenimiento, no necesariamente al almacenamiento permanente de éste”.

Por su parte, Target ya marcó su ambivalencia con respecto al formato en el otoño, cuando redujo el espacio de exhibición de CD a solo cuatro pies de ancho, muy lejos de los gloriosos días en los que la música ocupaba múltiples pasillos.

Aún así, cada semana miles de discos pasan por Amoeba Music, en Hollywood. El copropietario de la tienda, Jim Henderson, pareció desconcertado por el desinterés de Best Buy. Sumado a ello, afirmó, nunca lo consideró un minorista de música, en primer lugar.

Así y todo, podría haber consecuencias. Para él, las noticias fomentan la percepción errónea de que las tiendas de discos y los formatos físicos son una especie en peligro de extinción. “No sé si se debe tomar esto como un símbolo de cómo reaccionarán todos a la viabilidad del formato”, expuso Henderson. “El mundo es mucho más complejo de lo que era. Respecto de los hábitos de compra, la individualidad de las personas realmente suena más real que en las generaciones anteriores”.

Los adolescentes, por ejemplo, no necesitan comprar LP cuando se puede acceder a esas canciones más fácilmente a través de Spotify. Sin embargo, han adoptado lo tangible del formato analógico.

Cuando fue presentado, el CD se comercializaba como un reemplazo duradero y resistente para lo que el negocio de la música caracterizaba como álbumes de larga duración propensos a la deformación, y los inestables casetes.

Detrás del giro de marketing, el formato fue considerado como el salvador de las discográficas en dificultades, cuyo principal gasto de material en ese momento, el vinilo, fluctuaba con el precio del petróleo. El disco compacto prometía márgenes de beneficio más predecibles y altos para las disqueras, una de las razones por las cuales el sistema de reproducción digital tuvo entonces el respaldo total de la industria.

“El sistema es real, funciona, y el consumidor no tendrá que preocuparse de que en seis meses aparezca algo que lo haga obsoleto”, afirmó el por entonces vicepresidente de marketing de PolyGram Records, Emiel Petrone, en marzo de 1983.

El ejecutivo no estaba equivocado; se necesitaron aproximadamente 15 años hasta que Napster llegó sin autorización a la fiesta. Miles de millones de discos han cambiado de manos en el ínterin, incluso si el argumento de la superioridad del formato en relación con el LP sigue siendo un tema muy debatido entre los melómanos.

Las dos ubicaciones físicas de Permanent Records en Los Ángeles, especializadas en vinilos, todavía tienen una pequeña selección de CD usados, destacó su propietario, Lance Berresi. Cuando abrió la primera tienda de Permanent, en Chicago, en 2006, el 80% de su negocio estaba en los CD usados. Ahora, señaló, ello representa menos del 5%, pero las personas todavía los compra. “Puede ser el final de una era para Best Buy, pero eso no significa que la gente esté harta del formato en general”, comentó. “Simplemente implica que no es lo suficientemente rentable como para que valga la pena darle gran visibilidad en su superficie”.

Muchos automóviles todavía cuentan con reproductores de discos, agregó Berresi, y a pesar de los mejores esfuerzos de Apple Music, sostuvo, no todo el mundo está apurado por actualizarse.

Por su parte, cuando se le preguntó acerca de las tendencias en las tres ubicaciones de Amoeba en California, Henderson admitió que las ventas de CD continúan experimentando un declive gradual, mientras que las de vinilos han mantenido un sorprendente aumento en la última década. Además, agregó que los discos aún representan un tercio del negocio de Amoeba, y que la desaceleración se redujo en los últimos años, después de un período en que los servicios de transmisión de primera generación redujeron inicialmente las descargas y las ventas físicas.

Tal como cuando los discos compactos suplantaron los LP, desde finales de los 80, la percepción entre los fanáticos del arribo de un nuevo futuro provocó un éxodo masivo. Actualmente hay un mercado de compradores de CD usados, y las tiendas independientes pagan apenas un dólar o dos por ellos.

En todo este escenario, podría haber un beneficio para los negocios familiares, explicó Bakula, de Nielsen Music: “Las tiendas independientes que se beneficiaron del auge de LP, cuando no se podían conseguir en ningún otro lado, tal vez también se enriquezcan ahora con los CD”.

Las tendencias plantean otra pregunta. ¿Cuánto tiempo más tendrá sentido financiero para los artistas y los sellos la fabricación de CD?

Si bien el futuro de la industria podría estar en la transmisión, el disco compacto aún está vivo, advirtió Bruce Resnikoff, presidente y CEO de UMe, el negocio de catálogo global de Universal Music Group. “No hay que equivocarse; la transmisión continuará creciendo y será aún más importante para que los fanáticos descubran y escuchen música”, afirmó en un comunicado. “A la vez, los discos compactos y el vinilo siguen siendo una parte importante de nuestro negocio, y existirán por mucho tiempo”.

El ejecutivo agregó también que muchos mercados extranjeros todavía están más en sintonía con los CD. “Nuestra industria es global, y los compactos siguen siendo una forma importante para que la gente compre música en algunos de los mercados más grandes del mundo, como Japón, Alemania y Francia”, escribió. “Mientras haya fans que quieran CD y vinilo, y hay muchos de ellos, nos aseguraremos de que nuestra música esté disponible en esos formatos”.

Harout Hovsepyan, dueño de la compañía de duplicación de discos compactos Hollywood Disc, en Glendale, no sabía del retiro de CD por parte de Best Buy, pero afirmó que tan pocos músicos llegaban a los estantes de la cadena que probablemente la decisión no afectará a su clientela, que normalmente ordenan unos cientos de discos cada vez para vender en conciertos. “Ahora tengo muchos clientes que hacen tiradas cortas. Pequeñas cantidades, pero hacen mucho. Es una locura”, afirmó.

Atrás han quedado, explicó, los días en que esos mismos artistas hacían pedidos de 5,000 copias. Ahora se comprometen con tiradas de 200 a 500 unidades. También en el pasado, añadió Hovsepyan, quedaron aquellos momentos cuando, no hace mucho tiempo, sus clientes confiaban en que los minoristas digitales les pagarían puntualmente por las descargas y transmisiones. “Nunca obtuvieron ese dinero”, aseguró, “entonces volvieron y dijeron: ‘Lo sentimos, queremos una copia física y una venta. Queremos entregar personalmente una copia al cliente como regalo, o poder venderla. De esta manera, sabremos exactamente cuánto ganamos o perdemos”.

Henderson, de Ameba, puede imaginar un momento en que los discos compactos experimenten un resurgimiento popular, pero no quiere aventurarse a sugerir que el formato se volverá tan adorado como el vinilo, ni espera que el mercado de coleccionistas de discos compactos rivalice con los LP. Parte de ello es la enorme cantidad de productos usados en el mercado. Igualmente importante, la mayoría de los discos compactos carecen de los significantes que crean demanda: diferentes ediciones, envases exclusivos y portadas ingeniosas; características únicas que convierten a los LP en objetos coleccionables.

El futuro del formato se enfrenta mayormente a un obstáculo menos objetivo, expuso Henderson: “En definitiva, es un producto realmente bueno. Es solo que en este momento está siendo un poco exprimido, y tiene una cierta crisis de identidad”.

Ello quiere decir que no es genial alardear de su prístina e impactante colección de CD; todavía.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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