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La administración de Trump amenaza el futuro del centro de investigación sobre el VIH en la UC San Francisco

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La administración de Trump ha puesto en duda un contrato de investigación multimillonario para probar nuevos tratamientos para el VIH que se basan en el tejido fetal, un trabajo que se ve atacado por legisladores antiaborto y conservadores sociales alineados con el presidente.

La confusión sobre el contrato de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) con la UC San Francisco es parte de una batalla entre conservadores que se oponen a la investigación que usa tejido fetal y los científicos que dicen que el material es vital para el desarrollo de nuevas terapias para enfermedades desde el SIDA hasta el Parkinson.

La investigación de la UCSF (UC San Franciscio) ha sido fundamental para probar virtualmente todas las terapias contra el VIH aprobadas posteriormente por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos durante décadas, y los NIH brindan todo el apoyo para este trabajo.

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La semana pasada, un funcionario de contratación de los NIH le dijo al investigador principal de la UCSF que el gobierno estaba poniendo fin al contrato de siete años a mitad del proceso y que la decisión provenía de los “niveles más altos”, según un virólogo familiarizado con los eventos. Cinco días después, la universidad recibió una carta de la división de SIDA del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los NIH, en la que se decía que el gobierno continuaría con el contrato por 90 días en lugar de la renovación que se esperaba de un año, sin ninguna noticia de sus perspectivas después de eso, de acuerdo a un individuo con conocimiento de la carta.

La repentina incertidumbre sobre el futuro del laboratorio surgió cuando los funcionarios federales de salud están reconsiderando si el gobierno debería alterar su apoyo a la investigación que involucra tejido fetal “a la luz de las serias consideraciones regulatorias, morales y éticas involucradas”, como dijeron en septiembre al anunciar la revisión.

En las últimas semanas, los funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) han sostenido sesiones con defensores de pacientes, sociedades científicas, especialistas en ética y principales opositores al aborto, para escuchar sus opiniones. Los funcionarios de HHS insisten en que aún no han tomado una decisión, diciendo solo públicamente que quieren ampliar las alternativas.

“Esta es una administración pro-vida, pro-ciencia”, escribió el secretario adjunto de Salud de HHS, Brett Giroir, a mediados de noviembre, al representante Mark Meadows (R-N.C.), líder del conservador Freedom Caucus de la Cámara.

Desde que el presidente Trump asumió el cargo, los conservadores del congreso y los activistas contra el aborto han aumentado la presión sobre la administración para detener el apoyo gubernamental a la investigación de tejidos fetales. Sostienen que tales estudios utilizan lo que caracterizan como “partes del cuerpo” de “bebés nonatos” y que existen alternativas.

El tejido proviene de abortos electivos. Los investigadores dicen que su uso no ha llevado a un incremento en la prevalencia del aborto y ha estimulado avances científicos que de otra manera no podrían haberse realizado.

Irving Weissman, un pionero en la investigación de células madre en la Universidad de Stanford, dijo que el método de investigación utilizado por el laboratorio de la UCSF “es absolutamente esencial. No hay sustituto hoy en día”.

La investigación de la UCSF ha sido un objetivo particular de la ira de los oponentes. Varias docenas de legisladores firmaron una carta reciente pidiéndole a la administración que suspendiera su financiamiento. Y en las últimas semanas, un columnista del sitio web conservador CNSnews.com, escribió repetidamente que la administración no había cancelado el contrato. La junta de la empresa matriz del sitio, llamada Media Research Center, incluye a la conservadora Rebekah Mercer, la líder de un súper PAC familiar que invirtió dinero en la elección de Trump.

“No se ha tomado una decisión final”, dijo Oakley.

Aun así, el investigador principal se está preparando para cerrar el laboratorio, de acuerdo con la persona familiarizada con la carta del lunes de los NIH a la oficina de negocios de la universidad. El Washington Post no está identificando al investigador, que ha estado involucrado en la investigación del VIH desde mediados de los años noventa. El investigador y sus colegas universitarios en la investigación del SIDA han sido sometidos a demonización y amenazas ocasionales por su trabajo a lo largo de los años.

Aunque promete dinero federal hasta el 5 de marzo, secciones de la carta parecen instrucciones para el cierre ordenado de una empresa de investigación. La carta le indica al investigador que “termine los estudios en curso según lo planeado”, que no produzca nuevos animales para los estudios y que esté listo, si así se solicita más adelante, para devolver los animales de laboratorio y el equipo al gobierno.

El contrato respalda el equivalente a tiempo completo de seis empleados, y las reglas de la universidad requieren un aviso de 60 días antes de que alguien sea despedido.

El laboratorio es parte de la sección de medicina experimental del departamento de medicina de la UCSF. El gobierno paga al laboratorio para que proporcione una plataforma central de pruebas para evaluar en animales la efectividad y seguridad de los compuestos químicos que parecen prometedores para la prevención, el tratamiento y la cura del VIH desde las etapas iniciales del desarrollo de las compañías farmacéuticas y otros investigadores académicos.

El laboratorio realiza estas pruebas en lo que se conoce como ratones humanizados. Estos son ratones que comienzan con sistemas inmunológicos deficientes. El tejido de las glándulas del timo de los fetos abortados se implanta en una cápsula en el tejido conectivo debajo de los riñones de los ratones. En cuatro meses, ese tejido se convierte en el equivalente de un timo humano, el sitio del cuerpo que produce las células T, que se agotan en las personas (o en esos ratones) infectados con el virus del VIH.

Utilizando este modelo animal, el laboratorio de la UCSF, y un instituto afiliado que anteriormente contaba con financiamiento similar de los NIH, ha evaluado más de 100 compuestos químicos de cinco docenas de clases de medicamentos.

En algunos casos, las pruebas descubrieron que las sustancias para prevenir o tratar el VIH que parecían prometedoras en un tubo de ensayo eran demasiado tóxicas en los animales. En otros, las pruebas mostraron una gran promesa, como un medicamento que parece bloquear la infección durante un año que Merck Pharmaceuticals ahora está desarrollando.

Si la administración detiene el trabajo de la UCSF, dijo Weissman de Stanford, “esto es... cortar una línea de investigación que se realizó en el pasado y es probable que sea útil en el futuro para resolver la epidemia del SIDA”.

Amy Goldstein escribe para el Washington Post.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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