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Julián Castro cuenta con los latinos para buscar la presidencia, pero el ascenso a la Casa Blanca podría ser muy difícil

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Con más de una docena de demócratas que compiten por la presidencia, Julián Castro quiere trazar un camino diferente a los demás, como dejó en claro tras su visita a California, el pasado lunes.

El ex alcalde de San Antonio y secretario de Vivienda del presidente Obama respondió las preguntas de una clase de estudios chicanos en UCLA; hizo una entrevista televisiva con el presentador de Univisión León Krauze y, en el sur de LA., lideró una mesa redonda con activistas de vecindarios negros y latinos.

Castro tiene la distinción de ser el único latino en la contienda, en un momento en que muchos demócratas están consternados por los intentos del presidente Trump para impedir que los inmigrantes ingresen a EE.UU desde México.

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Castro, cuya abuela emigró desde México, puso su mira en ganar delegados en estados con grandes poblaciones hispanas, entre ellos California, Nevada y Texas.

Pero los primeros estados en celebrar las elecciones presidenciales de 2020, Iowa y New Hampshire, son abrumadoramente blancos. Los candidatos a quienes les va mal, a menudo son eclipsados por los favoritos y se ven obligados a abandonar antes de que comience la votación en estados más heterogéneos.

La próxima elección, en Nevada, requiere de una poderosa operación de campaña que Castro, hasta el momento, no ha mostrado signos de tener. Incluso si consolida el apoyo latino en los estados que votan más tarde, el candidato podría no estar a la altura de lo que necesita.

“Es importante desde una perspectiva histórica, pero en los aspectos básicos de ganar la nominación, una candidatura puramente latina no lo logrará”, destacó Roberto Suro, director del Instituto de Política Tomás Rivera, de la USC. “Confío en que está basando toda su campaña sólo en el voto latino. El desafío aquí es si una campaña orientada a los latinos puede tener un atractivo más amplio”.

Castro, de 44 años, surgió en el escenario nacional en 2012, cuando Obama lo eligió como orador principal de la Convención Nacional Demócrata. Hillary Clinton lo aprobó como su compañero de fórmula en 2016, pero finalmente lo abandonó.

Castro ha enfatizado durante mucho tiempo la importancia emocional de la salida de la pobreza de su familia inmigrante, en San Antonio. Él y su hermano gemelo, el representante de Texas Joaquín Castro, obtuvieron licenciaturas en la Universidad de Stanford y se graduaron en derecho en la Universidad de Harvard.

Castro se comprometió a hacer campaña en los 50 estados para demostrar que “todos cuentan”. Sin embargo, su objetivo principal ha sido generar apoyo entre los latinos y los votantes más jóvenes.

Su primera parada de campaña fue Puerto Rico, una fuente atractiva de delegados. La semana pasada, habló en Salt Lake City ante MEChA, el grupo de estudiantes chicanos, y se reunió en el norte de Las Vegas con inmigrantes Dreamers, traídos sin autorización a Estados Unidos cuando eran niños.

En un viaje reciente a Iowa, Castro se quedó en los condados republicanos rurales con grupos de inmigrantes latinos y asiáticos, en gran parte, atraídos por empleos en lecherías y plantas empacadoras de carne. El pequeño grupo que se presentó -sólo cinco personas en Cronk’s Restaurant and Lounge, en Denison- la asistencia fue casi nula.

“¿Crees que la gente duda en involucrarse y dar un paso adelante?”, le preguntó Castro a Beth Ann Vogt, la líder demócrata del condado de Crawford.

“Absolutamente”, respondió ella.

Castro espera involucrar a suficientes latinos para ampliar el grupo de votantes en la asamblea partidista de Iowa. El candidato se describe a sí mismo como la “antítesis de Donald Trump”.

“Trato de reunir a las personas en lugar de separarlas”, expresó ante unos 75 demócratas en una reunión hogareña en Sioux City.

Como la mayoría de sus rivales, Castro pide que el país se reincorpore al Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático, ofrecer Medicare a todos los estadounidenses, eliminar los prejuicios raciales en el sistema de justicia penal y aumentar los impuestos a los ricos. También apoya un aumento en la ayuda extranjera a México y América Central siguiendo el modelo del Plan Marshall, el programa de Estados Unidos para reconstruir las economías de los aliados europeos después de la Segunda Guerra Mundial.

Carlos Valle, un estudiante de la Universidad Estatal de Iowa en Ames, fue uno de los pocos habitantes de ese estado que se comprometieron durante el reciente viaje de Castro para apoyarlo en las asambleas partidistas.

“Entiendo la lucha con la que creció, siendo hijo de una madre soltera”, afirmó Valle, después de desayunar huevos y salchichas junto con Castro y otros 20 demócratas más en Carroll, su ciudad natal.

Por ahora, Castro está atrapado en un nivel inferior de candidatos que se enfrentan a rivales más conocidos -y, probablemente, mejor financiados-, como las senadoras Kamala Harris, de California; Elizabeth Warren, de Massachusetts, y el senador Bernie Sanders, de Vermont. Ese escalón más alto pronto se expandirá si el ex vicepresidente Joe Biden y el ex representante Beto O’Rourke, de Texas, se unen a la contienda.

O’Rourke, quien cobró notoriedad cuando estuvo a punto de derrocar al senador republicano Ted Cruz, representa una amenaza especialmente grande para Castro, porque los dos competirían por dinero y apoyo político en su estado natal.

Si Castro sobrevive a Iowa y New Hampshire, Nevada sería el primer concurso en un estado donde los votantes latinos tienen influencia. Pero sus asambleas partidistas requieren una gran red de organizadores. El gremio Culinary Workers Union, una potencia política que representa a los trabajadores de la hospitalidad, principalmente latinos, del Strip de Las Vegas, es conocido por su pragmatismo en la política. Su apoyo es difícil de conseguir.

“Nevada es probablemente el único lugar donde debe irle bien -y donde podría irle bien-, dada la población latina allí”, consideró Joe Velásquez, un partidario de Castro que fue director político de un latino más conocido, Bill Richardson, cuando se postuló para presidente, en 2008. Richardson abandonó la carrera dos días después de ser derrotado en la primaria de New Hampshire.

Más allá de Nevada, la elección primaria de California será una de las más difíciles. Los millones de latinos del estado favorecen fuertemente a los demócratas, pero la solidaridad étnica es menos común en California de lo que solía ser. Antonio Villaraigosa, el primer alcalde latino, de la moderna, Los Ángeles, terminó tercero en la elección primaria para gobernador del año pasado.

“Ser hispano en California no es garantía de nada”, consideró Suro, de la USC. “El electorado latino en California es bastante sofisticado y está acostumbrado a las elecciones competitivas; ni siquiera se presentan para votar por alguien que es un hijo favorito [del estado]”.

El obstáculo número uno de Castro aquí, es la senadora Harris, quien ganó tres elecciones estatales: dos para fiscal general y una para el senado de Estados Unidos. Ella ya ha ganado el respaldo de los principales demócratas del estado, incluido el gobernador Gavin Newsom.

“Harris arrasará con él”, expuso Suro. “Ella ya tiene este estado asegurado de arriba a abajo”.

El pasado lunes, sin embargo, Castro trató de ganarse a los estudiantes de UCLA.

“Tiene una conexión muy fuerte con los jóvenes estudiantes mexicoamericanos”, destacó Matt Barreto, encuestador y profesor de ciencias políticas de UCLA.

Kevin Calderón, de 27 años, un estudiante de literatura estadounidense de Oxnard, le preguntó si haría responsables a los funcionarios de la administración Trump por las separaciones de las familias de inmigrantes en la frontera con México. Castro prometió que lo haría. “Considero que, en muchos casos, lo que hicieron básicamente fue un secuestro patrocinado por el estado”, respondió. “Inhumano; de hecho, que raya en lo criminal”.

Era justo lo que Calderón quería escuchar. “Tiene una visión del país”, dijo el alumno, “que va de acuerdo con el pensar de los estudiantes aquí en el campus”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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