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Jennifer López y Leah Remini: desde la Cienciología hasta ‘Second Act’, unidas como mejores amigas

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“No creo que esta iluminación vaya a funcionar”, dice Jennifer López. Ella acaba de llegar a una sesión de fotos y está consternada. “Los periódicos no hacen retoques”, señala la actriz, “y lo feo no vende películas”.

Entonces, solicita que los representantes del estudio coloquen un monitor para poder revisar las imágenes de cerca, amplificando los píxeles. Mientras la comitiva de López se apresura a encontrar una pantalla, su mejor amiga, Leah Remini, está a su lado, con paciencia. Las dos posarán juntos en una fotografía para un artículo sobre su nueva película, “Second Act”, pero Remini parece menos preocupada por lo visual. “No necesito verlas”, dice, encogiéndose de hombros.

Remini entiende el trabajo que López hace para mantener su marca. Ella no se queja cuando llega a tiempo para una entrevista y su coprotagonista lleva una hora de retraso; no tiene ningún interés en “quitarle su JLo”.

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“No soy esa amiga que diría: ‘No te veo como JLo’”, afirma. “Te veo como JLo, y eso me encanta. Porque tú construiste eso. No estoy tratando de derribarte y decir: Sé normal. Precisamente su falta de normalidad es lo que hizo que todo esto fuera posible”.

“Esto” es el imperio de López, que creció hasta incluir la actuación, el canto, el baile y la producción, desde que fue descubierta como una Fly Girl en “In Living Color”, en la década de 1990.

Solo este 2018, protagonizó la tercera temporada del drama criminal de NBC “Shades of Blue”, realizó una residencia de 120 noches en Las Vegas, en Planet Hollywood, y comenzó a trabajar como productora ejecutiva y jueza de la tercera temporada de “World of Dance”, de NBC.

Además, está “Second Act”, la primera película de López en tres años. La comedia romántica, que se estrenará el 21 de diciembre, se enfoca en Maya (López), quien es subencargada de un gran supermercado y desea un ascenso para su 43 cumpleaños. Cuando es superada por una candidata con estudios universitarios, se lamenta con su mejor amiga, Joan (Remini), por que su falta de educación superior le impide cumplir sus ambiciones.

El hijo de Joan, un experto en tecnología, escucha la discusión, crea secretamente un currículum en línea para Maya con credenciales falsas, y le consigue un trabajo en una elegante firma de Madison Avenue.

La película de STX Entertainment, dirigida por Peter Segal, marca el regreso a las comedias románticas de López, de 49 años, quien se estableció como una de las actrices más confiables del género después de protagonizar films como “The Wedding Planner” y “Maid in Manhattan”, hace casi dos décadas. Pero éste es el mayor papel cinematográfico de Remini, de 48 años, quien es conocida por su trabajo en la comedia televisiva “The King of Queens”, junto a Kevin James, y la recientemente cancelada “Kevin Can Wait”.

“No soy una persona del cine”, Remini se encoge de hombros. “No amo el género. No disfruto de ese trabajo. Me gustan los shows en vivo. Me gusta la audiencia. No me gusta hacer cine y hacer cosas en secuencia”.

Aún así, admite que aceptó el papel antes de leer el guión, por lo mucho que confía en López. Ambas se conocieron hace 14 años, cuando Remini todavía estaba profundamente involucrada en la Cienciología. Ella y su esposo, Angelo Pagán, eran conocidos de Marc Anthony, quien en 2004 acababa de comenzar a salir con López. Anthony invitó a la pareja al estreno de una nueva película en la cual participaba, “Man on Fire” —donde él y López tendrían su primera salida pública— y les presentó con entusiasmo a su nueva novia.

“Él nos dijo: ‘Ella es el amor de mi vida, bla, bla, bla’”, recuerda Remini (Anthony y López se casaron, luego se divorciaron y comparten la custodia de sus gemelos de 10 años). “Mientras caminaba hacia la mesa, yo pensaba: ‘Ay Dios, eres aún más bonita en la vida real’. Luego se echó a reír, y pensé: Uf, ¿y además tienes sentido del humor?”

Esa misma semana, Remini estaba en la casa de López, compartiendo una charla en el baño. Las dos conectaron de inmediato, cuenta, formando ese tipo de amistad en la cual “simplemente te quitas la armadura”. Desde hace mucho tiempo le atribuye a López haber sido una de las pocas personas en Hollywood que la apoyaron cuando dejó la Cienciología, en 2013.

Hasta este momento, Remini ha hablado sin López a su lado, esperando que ella llegue de su casa a la entrevista. De repente, la puerta se abre y López entra en la habitación.

“Hola, chicos”, dice airosamente.

“Dios, qué lindo”, afirma Remini, observando el atuendo de López. “Es simplemente chic, chic, chic”.

“Es una cosa”, responde López. “No sé bien que es. Es una cosa bonita, de color camel. No es muy cómoda para sentarse, pero está bien. Vale la pena. Lo logramos. Estoy aquí. Me levanté para hacer ejercicio a las seis”.

“No”, dice Remini, horrorizada. “Me levanté a las 5:30 para hacer panqueques para mi hija”.

“Bueno, no queremos perder el tiempo”, agrega López. La conversación sobre la aversión de Remini al cine continúa.

“Siempre le he dicho: ‘¿Por qué no haces más películas?”, afirma. “Pero actuar en esas comedias, frente a una audiencia, requiere de un talento diferente. Es un ritmo real, es una familia real, es comedia rápida. Es diferente a la comedia de escenas e incluso a las comedias románticas. Recuerdo que Leah se me acercó en una de las escenas emocionales [en ‘Second Act’], mientras yo estaba afuera pensando ‘Ok, tengo que prepararme’. Y abrió la puerta y dijo: Oh, guau, estás llorando de veras”.

“Porque, en comparación, Kevin James y yo”, agrega Remini, hablando de su comedia de situación, “estaríamos en la puerta esperando escuchar “acción2 y diciendo: Entonces, ¿vamos a pedir la pizza? Porque no quiero que se enfríe. Y [para López] es hacer un trabajo”.

Remini se apura a minimizar su capacidad de actuación. Ella dice que López, quien produjo “Second Act”, y Elaine Goldsmith-Thomas —la exagente de López que se convirtió en su socia productora— sabían que ella no era el tipo de actriz “que iba a interpretar a Chéjov”. Pero insiste en que no está preocupada sobre ser encasillada como una neoyorquina chillona, porque “no busca ser otra cosa”.

“Ella es la actriz de nosotras dos”, asegura Remini, señalando a López. “Jennifer ha hecho una gran variedad de películas y diferentes tipos de personajes. Ella es esa chica. A ella le encanta la actuación, y yo digo, ‘Eh, quiero comer’”.

“Su fuente de vida es ayudar a la gente y hacerla reír”, agrega López. “Sea cual fuese la forma que tome, ya sea su programa ‘Aftermath’ o una comedia de situación”.

López se refiere a “Leah Remini: Scientology and the Aftermath”, la serie documental de A&E, ahora en su tercera temporada, en la que Remini investiga a la controvertida iglesia (en 2017, ganó un Emmy por su trabajo en el programa).

Remini, quien fue criada como ciencióloga por su madre, declaró públicamente que sentía que los ejecutivos de la iglesia estaban desesperados por atraer a López a la organización. En una entrevista de 2015 con “20/20”, aseguró que la iglesia invitó a López a la boda de Tom Cruise y Katie Holmes, en 2006. Mientras estaban en Italia, en las nupcias.

“Siempre intentaban sacarme”, contó Remini sobre los altos mandos de la iglesia. “Lo único que pude asumir fue que querían convertir a Jennifer en ciencióloga, y tal vez yo les estaba impidiendo ese camino” (la Iglesia de Cienciología refutó las afirmaciones de Remini, y en una declaración consideró sus dichos como “historia revisionista”).

“La he visto evolucionar”, asegura López ahora. “La vi pasar por ese dolor, diciéndole que su vida no había terminado. Que había cosas positivas que podía tomar de ello. Ella tiene que seguir su corazón y hacer lo que cree que es correcto... Sus elecciones son suyas. Podemos estar de acuerdo y en desacuerdo sobre ciertas cosas. Solo quiero que sea feliz y que a veces pase un tiempo conmigo”.

“Quiero decir, ella también me ha ayudado en momentos muy fuertes de mi vida. Tiempos realmente difíciles que nadie en el mundo conoce. Creo que algo que nos pasa es que entendemos la vida de la otra de una forma que nuestros parientes o amigos no lo hacen”.

“Sí”, Remini concuerda, “porque somos sostén de familia, o las caras públicas de nuestras familias, muchas veces incluso tu propia familia piensa: ‘Oh, ya lo superarás’, y ese es todo su consejo”.

Las mujeres se dan cuenta de que su amistad es una rareza en Hollywood. Si bien López reconoce que es amigable con un puñado de otros actores y cantantes, Remini es la única amiga en la industria que ha entrado en su círculo íntimo.

“Es muy raro”, dice Remini. “Bueno, está Nicole Kidman y su mejor amiga...”

“¿Oh, Naomi Watts?”, pregunta López, y Remini asienta con la cabeza.

Pero Goldsmith-Thomas, quien escribió “Second Act” y es cercana a Remini y López, dice que nunca se siente como ‘la tercera’ cuando sale con las dos actrices.

“Te incorporan a su círculo”, relata. “Lo que no hacen es chismear. No hablan de otras personas y sus esposos, o novios, o de la moda. No son críticas. Ellas son divertidas... Jennifer nunca estuvo en la Cienciología, pero nunca se interpuso en el camino de Leah, y cuando Leah se fue, la apoyó. Ellas no se juzgan entre sí”.

Es por eso que Remini se complace en celebrar a JLo al mismo tiempo que aprecia a Jennifer, la amiga que le prepara un café cuando llega, a pesar de que tiene personal destinado a tales fines; la chica con la que se puede desabrochar los pantalones cuando está hinchada después de comer demasiado; la coprotagonista a quien mira a los ojos durante las escenas y puede conectar de verdad.

“Al actuar con otras personas, a veces miras a sus ojos y los ves aprendiendo sus líneas, o hay un velo extraño en ellos”, cuenta. “Cuando la miro a ella a los ojos, muchas veces me emociono”.

“Bueno, hay amor y respeto allí”, responde López.

“A menudo nos han acusado de ser amantes”, se ríe Remini. “Por cierto, si fuera lesbiana, estaría orgullosa de estar con ella”.

“La gente me ha preguntado si hemos dormido juntas”, acepta López. “Yo respondo ‘No. Sólo la amo’”.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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