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Furor en Teherán por la prohibición de perros en lugares públicos

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Con las manos en los bolsillos en una fría y ventosa noche en Teherán, Behnam Hedayat se dedicaba a una actividad aparentemente benigna, algo que decenas de millones de personas hacen todos los días: pasear a un perro.

En este caso era su terrier Shika, quien dice que es “tan querido como mi hijo”.

Pero bajo una prohibición anunciada por las autoridades, pasear a un perro en público o transportarlo en coche podría poner a las autoridades tras el rastro de Hedayat.

“La policía tiene muchas otras cosas con las que lidiar, como asaltantes, rateros y ladrones de autos”, dijo. “Si la policía molesta a mi perro, me resistiré y pelearé por él con la policía”.

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A pesar de su creciente popularidad entre los iraníes, la mascota vista en Occidente como el mejor amigo del hombre es percibido por los religiosos tradicionales como un ejemplo de la cultura occidental corrupta.

Tener un perro debería estar prohibido, dicen, porque las enseñanzas islámicas dicen que los perros son “najes”o “intocables” porque son sucios.

Al anunciar la prohibición pública, el jefe de la policía de Teherán, Hossein Rahimi, afirmó que los perros causan miedo y ansiedad en los espacios públicos.

“La policía ha recibido permiso de la rama judicial para tomar medidas enérgicas contra las personas que pasean perros en Teherán”, afirmó Rahimi al sitio de noticias Young Journalists Club, un portavoz del establishment político de Irán. “Llevar perros en el auto también está prohibido y si se ve un perro dentro del coche, la policía confrontará al dueño del perro”.

Nezakat Alouloj estaba paseando a su pequeño terrier por un parque al oeste de Teherán poco después de enterarse de la prohibición y estaba entre los que reaccionaron con furia ante la posibilidad de convertirse en una forajida por escoltar a un perro en público.

“Está entrenado para ir al baño y es mi alma gemela”, dijo Alouloj de su pequeño compañero.

La ex locutora de radio turca de 60 años de edad, predijo que las autoridades no lograrán imponer una prohibición porque la tenencia de un perro es cada vez más popular en la capital de la República Islámica.

“Más perros de compañía están siendo adoptados por las familias”, dijo. “Las autoridades pronto olvidarán la prohibición”.

Homa Arderoudi, de 65 años, tiene un pastor alemán llamado Sita. También criticó el anuncio y dijo que las autoridades deberían adaptarse a los gustos y estilos de vida cambiantes de los iraníes.

Arderoudi planea ignorar a las autoridades porque su perro es más que una mascota. Es su única compañía.

“Tengo dos hijos adultos, uno en asilo en Suecia, y otro solicitando asilo y ahora con sede en Estambul. No tengo a nadie excepto a mi perro”, explicó. “El gobierno tiene muchos problemas más importantes con los que lidiar”.

Shafagh Divanpour, de 33 años, paseó a tres perros en un parque de Teherán una tarde reciente. El paseador de perros profesional ha perdido negocios desde que las autoridades iraníes anunciaron la prohibición de los perros en los espacios públicos.

Varias semanas antes de que se anunciara la medida, Shafagh Divanpour agarró la correa de tres perros, Charlie, Rouko y Bonti, mientras salían corriendo hacia delante.

Los dos cocker spaniels y la mezcla de cavalier fueron un espectáculo sorprendente para la gente que los vio caminando por el parque.

Unos peatones asombrados detuvieron a Divanpour para preguntarle qué hacía con tres perros. El hombre de 33 años aprovechó su nueva popularidad para animar a los espectadores a acariciar a los perros.

“Por favor, sean padres responsables”, les dijo. “Si no pueden permitirse el lujo de ser amigos a largo plazo de sus perros, no adopten. Los perros son sensibles y fieles, y si los abandonan sufren”.

Financieramente atado y desempleado, Divanpour es uno de un número creciente de jóvenes profesionales que se vuelcan hacia una nueva industria en Teherán que está levantando cejas: el paseo de perros.

Para los paseadores de perros profesionales de Teherán, el trabajo representa tanto una pasión como una fuente de ingresos.

La tasa de desempleo entre los graduados universitarios en Irán es superior al 35%, según el Ministerio de Trabajo y Bienestar Social de Irán. Pero Divanpour dijo que los días que trabaja 12 horas, gana casi $100.

Aun así, los temores de una represión ya están afectando a los paseadores de perros como Divanpour. Algunos dueños de perros, preocupados por la posibilidad de que la policía se apodere de sus queridos canes, están cancelando el servicio.

“Mi trabajo de pasear perros se ha reducido a la mitad desde que se hizo el anuncio”, expresó Divanpour, quien se convirtió en paseador de perros después de ver un anuncio en Petchi, un sitio web dedicado a conectar a los dueños de perros con paseadores entrenados.

La tenencia de perros ha sido un tema polémico en las décadas posteriores a la Revolución Islámica de Irán de 1979. Desde entonces, las autoridades iraníes han confiscado perros y los legisladores han amenazado con castigar con 74 latigazos a los propietarios que pasean a sus perros en público.

Sin embargo, para consternación de los conservadores, los iraníes de las clases media y alta han estado adoptando cada vez más a los perros como compañeros leales en los últimos años. Por ejemplo, en 2017, los activistas de los animales pidieron que se promulgaran leyes para castigar la crueldad hacia los animales.

Según Petchi, hay alrededor de 1,2 millones de perros de compañía en todo Irán y alrededor de 350,000 de ellos están en Teherán.

Divanpour mantiene la esperanza de que el cambio cultural hacia la posesión de un perro prevalecerá.

“Creo que este asunto será olvidado”, comentó. “Los dueños de perros deben ser valientes y hacer valer sus derechos y los de sus animales”.

El escritor del Times Etehad informó desde Los Ángeles y el corresponsal especial Mostaghim desde Teherán.

Para leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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