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‘Finalicen el muro’: ante el fracaso, Trump prueba con un nuevo mensaje

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Para el presidente Trump, los cantos y letreros que dicen “Construyan el muro” son cosa de 2016; “Finalicen el muro” es su nuevo grito de guerra. Sin embargo, a dos años de su mandato no se ha erigido una sola nueva milla de barrera a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México, de casi 2,000 millas de extensión.

En un acto político en El Paso, la noche del 11 de febrero, Trump llegó a declarar que en las inmediaciones, justo ese día, “el gran muro hermoso en el Río Grande” se había puesto en marcha. De hecho, hubo una cierta limpieza de pastizales en anticipación de la construcción, según se pudo verificar con el Departamento de Seguridad Nacional.

Cuando una barrera física de 25 millas finalmente sea construida allí, representará las primeras millas nuevas de barrera fronteriza desde que Trump asumió el cargo. Esa es la realidad que el presidente, un hombre de negocios y autoproclamado experto en construcción —elegido en parte por su promesa de construir un enorme muro fronterizo-, intenta ocultar cada vez más de cara a su reelección.

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A pesar de que el presidente no logró obtener la financiación que desea para el muro, aun después de dos años de un Congreso controlado por republicanos, comenzó a declarar la victoria y reclamar el crédito por las 654 millas de vallado construidas durante el mandato de sus antecesores, los mismos expresidentes a quienes critica a menudo por sus políticas fronterizas, tal como lo hizo el martes al referirse burlonamente a ellos como “nuestros genios del pasado”.

El propio Trump dio instrucciones a los oficiales de la campaña para que “Finalicen el muro” sea el tema principal del acto de El Paso, según una fuente familiarizada con el planeamiento. Con el eslogan en pancartas rojas y azules colgando de las vigas, y en letreros distribuidos a la multitud, mientras los partidarios cantaban el habitual “Construyan el muro”, Trump los corrigió: “Querrán decir: Finalicen el muro”.

El intento hábil del presidente sobre su cuestión clásica se produce en medio de una profunda resignación en su círculo, que sabe que los demócratas del Congreso no van a apoyar aumentos significativos para la financiación del muro, y la preocupación por decepcionar a sus partidarios principales.

“El punto es que esta pared no se construirá sin Donald Trump en el cargo a partir de 2021”, afirmó Raj Shah, exsubsecretario de prensa de la Casa Blanca.

Incluso después de un cierre récord del gobierno —provocado por la demanda de fondos de Trump—, que se prolongó por cinco semanas, y los esfuerzos actuales de los legisladores para evitar otro estancamiento, el Congreso no aprobará ningún monto cercano a los $5,700 millones que él ha solicitado para financiar la construcción de 230 millas de nuevo muro. En cambio, los planes tentativos en el Congreso contemplan menos de una cuarta parte de eso: $1,375 millones para 55 millas de barrera.

“¿Estoy feliz? La respuesta es no, no lo estoy. No estoy contento”, le dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca el martes 12. Al afirmar que está “sumando” al compromiso emergente, el mandatario no informó si suscribiría el acuerdo. No obstante, afirmó que no espera otro cierre, algo que ocurriría si no firmara el proyecto de ley de gastos para aproximadamente un cuarto del gobierno, hasta la medianoche de este viernes 15.

Los funcionarios de la administración han intentado redirigir los fondos existentes a su proyecto de muro. En sus comentarios a los reporteros durante una reunión del Gabinete, el presidente intentó tranquilizar a los partidarios de que cumplirá con su promesa, sin importar lo que haga el Congreso. “Es muy simple: estamos construyendo un muro y ahora digo que estamos terminando un muro”, aseguró, repitiendo la afirmación falsa.

Un funcionario de la campaña, que solicitó no ser identificado por tratarse de un tema delicado, argumentó que no hay nada contradictorio en el hecho de que el mandatario afirme que se está terminando el muro y quejarse de que el Congreso no lo financiará.

“Puedes estar en la milla dos de un maratón de [26.2 millas] y decir: ‘Vamos a terminar’”, consideró la fuente. “Y estamos en la milla dos, no en la milla 24. Pero hemos levantado algunas barricadas, así que es algo”.

El presidente, según el funcionario, “simplemente está tranquilizando a sus votantes porque sabe que es probable que termine aceptando un trato” por menos de lo que buscaba.

Gran parte del trabajo que Trump promociona consiste en fortalecer o restaurar las 654 millas de barreras peatonales y de vehículos construidas o financiadas en gran medida por los gobiernos de George W. Bush y Obama, según la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés).

Desde 2007 hasta 2015, la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza gastó alrededor de $2,300 millones para aumentar las barreras en la frontera, de 119 millas a las 654 millas actuales, con casi todo el trabajo realizado en tierra firme, gran parte de la cual es de propiedad federal, en California, Arizona y Nuevo México. Al este de El Paso, gran parte de la tierra a lo largo de la frontera de EE.UU. y México en Texas —el área menos cercada— es de propiedad privada.

Hasta el momento, con Trump, el Congreso ha aprobado casi $1,000 millones para reemplazar más de 50 millas de cercas en California, Nuevo México y Texas, informó la GAO.

Varios de estos proyectos de renovación, en lo que se conoce como los sectores de El Paso y El Centro, se completaron en octubre.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, se jactó de que esta última fue la finalización de la “primera sección” del muro fronterizo de Trump. Se está llevando a cabo una mayor construcción de reemplazo, que deberá finalizarse para esta primavera.

Más de $640 millones de los fondos que el Congreso proporcionó en 2018 son para 25 millas de cercas a lo largo de diques en el Valle del Río Grande de Texas, así como también para áreas en el sector “por determinar”. Esa es la única construcción nueva aprobada hasta ahora por Trump.

Carlos A. Díaz, un portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), indicó que el presupuesto del año fiscal 2018, que cubría los gastos hasta septiembre del año pasado, incluía aproximadamente tres docenas de nuevas millas de diques y un sistema de muro fronterizo en el Valle del Río Grande. La construcción de las primeras 14 millas del sistema de diques comenzará en febrero.

El Departamento de Seguridad Nacional planeaba gastar miles de millones para cumplir con las órdenes ejecutivas de Trump para su muro fronterizo, a pesar de que carece de información clave sobre los costos, la adquisición y los problemas de tecnología, con el riesgo de que una pared “cueste más de lo proyectado, tome más tiempo de lo planeado o no se desarrolle completamente como se esperaba”, concluyó la GAO en agosto último. Las estimaciones de costos han oscilado entre los $20 mil millones y los más de $70 mil millones.

Para el año fiscal 2019, hasta el 1 de octubre, la Casa Blanca inicialmente solicitó $1,600 millones para un sistema de muro a lo largo de 65 millas, en el Valle del Río Grande. Ahora, después de un cierre que estimativamente le costó a la economía del país unos $11 mil millones, el acuerdo de gastos alcanzado la noche del 11 de febrero le daría a Trump unos $200 millones y 10 millas menos de lo que se arriesgó a obtener antes de aumentar su demanda a casi $6,000 millones a fines del 2018.

En su lucha por ganar la participación del Congreso, Trump redefinió significativamente su ‘muro’. Hizo campaña por un “muro grande y hermoso” y, desde entonces ha dicho que será prefabricado o construido con placas de concreto, listones de acero, transparente, ‘humano’, ‘negro mate’, demasiado alto para trepar, demasiado profundo para atravesarlo con un túnel, para ser pagado por México o, inexplicablemente, por los beneficios de un acuerdo comercial revisado con Canadá y México.

El exjefe de personal de Trump y secretario de Seguridad Nacional, John F. Kelly, le dijo a The Times a fines del 2018: “Para ser honesto, no es un muro”.

“Ahora nos inclinamos hacia listones de acero”, comentó Kelly. “Pero abandonamos el muro de hormigón sólido al principio de la administración, cuando preguntamos a las personas qué necesitaban, y dónde lo necesitaban”.

La administración de Trump otorgó más de $3 millones para la construcción y el diseño de ocho prototipos de muro fronterizo: cuatro de concreto reforzado y dos a través de los cuales se puede ver.

El acuerdo tentativo de gastos del Congreso limitaría a CBP a usar los diseños desplegados actualmente para la nueva barrera fronteriza, incluyendo listones de acero o cercas de balizas. Pero no está claro si la Cámara de Representantes y el Senado aprobarán el compromiso, o si Trump lo firmará después.

Los partidarios clave del presidente, encabezados por el presentador de Fox News, Sean Hannity, vapulearon el acuerdo tan pronto se anunció, para respaldar el pedido de $5,700 millones de dólares del primer mandatario. Es probable que algunos demócratas liberales se opongan a cualquier nuevo financiamiento para una valla fronteriza y se quejen de que los negociadores dejaron un límite propuesto sobre la cantidad de inmigrantes que Trump puede detener.

Sin embargo, el presidente insistió el martes: “Tendremos una estructura de aspecto hermoso, cuya construcción es también menos costosa y funciona mucho mejor. Nunca bromeo sobre la construcción”, agregó. “Me encanta la construcción”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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