Esposa de ‘El Chapo’ Guzmán lanza marca de ropa con el nombre de su marido

Este año, en una prisión federal de Manhattan, Joaquín “El Chapo” Guzmán firmó en silencio un contrato para ayudar a lanzar el más reciente negocio de su familia.

La nueva compañía no tiene nada que ver con drogas, violencia u otras actividades ilícitas vinculadas con Guzmán, el ex líder del Cártel de Sinaloa, quien en febrero pasado fue declarado culpable en el tribunal federal de Estados Unidos por tráfico de drogas, lavado de dinero y conspiración para asesinar.

No; ahora el capo de la droga más famoso del mundo prestará su nombre a la moda.

La esposa de Guzmán, una ex reina de belleza llamada Emma Coronel, decidió lanzar una línea de ropa que, según comentó, está inspirada en su propio estilo y el de su marido. La marca se llamará El Chapo Guzmán.

“Estoy muy emocionada y espero poder crear cosas que agraden a todos”, escribió Coronel en Instagram esta semana, quien además convocó a diseñadores de moda a trabajar para la nueva empresa.

El contrato que Guzmán firmó desde la prisión, en febrero pasado, otorga los derechos sobre su nombre y su firma a una compañía de responsabilidad limitada encabezada por Coronel, explicó Michael Lambert, un abogado que representó a Guzmán durante su reciente juicio.

El abogado advirtió que las ganancias de la firma no serán destinadas a Guzmán y que la nueva compañía no hará negocios con él. “Además, ninguno de los fondos iniciales o cualquier financiamiento futuro se conectará con él de ninguna manera”.

Los dividendos serán destinados a Coronel, quien cría a las gemelas de la pareja; se espera que su esposo pase el resto de su vida en prisión. Aunque su sentencia está prevista para junio, sus abogados solicitaron un nuevo juicio, alegando el mal proceder del jurado.

Aunque el ingreso de la familia al mundo de la moda puede ser inesperado, tiene buen sentido comercial.

La imagen de Guzmán -su mandíbula cuadrada, sus ojos pequeños, el bigote negro- es omnipresente en México, donde aparece en pósters, gorras y camisetas.

Ninguno de esos productos tiene derecho comercial a usar su identidad y su familia no percibe ninguna ganancia de ellos. En algunas partes del país, Guzmán es considerado una celebridad, y tanto él como su esposa son vistos como íconos de estilo.

Durante el juicio del ex capo, que se prolongó por tres meses, su esposa se presentaba en la corte cada mañana prácticamente lista para asistir a un desfile de modas, a menudo con pantalones ajustados y tacones altos. Sus fotografías -que destacaban, por ejemplo, una blusa extravagante con lazos o su elegante corte de cabello- eran publicadas con frecuencia en los medios de México y Estados Unidos, que parecían tener un interes ilimitado por el contenido relacionado con el proceso judicial.

En enero pasado, ella y su esposo llegaron a los titulares cuando se presentaron con blazers de terciopelo a juego. Muchos creyeron que se trató de una maniobra planeada para demostrar su unidad, durante una semana en la que una de las antiguas amantes de Guzmán testificó en su contra.

El capo del narcotráfico es un creador de tendencias por derecho propio. En 2015, mientras estaba fugitivo después de su segunda fuga en México, invitó a los actores Sean Penn y Kate del Castillo a encontrarse con él en un escondite en la montaña del norte de ese país.

Para la ocasión, vistió una llamativa camisa azul, que parecía la versión Versace de un vaquero.

Luego de que las fotografías del encuentro fueron ampliamente publicadas, la compañía angelina creadora de la camisa informó que las ventas se dispararon y que hubo tantas visitas a su sitio web, que la página colapsó.

La reunión con los actores ayudó a alimentar la postura de Guzmán como un héroe popular a la moda, aunque en última instancia, también pudo haberlo llevado a su caída. Las autoridades mexicanas lo arrestaron varios meses después y remarcaron que la reunión secreta había sido un “elemento esencial” para localizarlo. Fue extraditado a Estados Unidos al año siguiente.

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