Anuncio

En Venezuela, el presidente Maduro y su rival, Juan Guaidó, apuntan sus mensajes a los militares

Share

Mientras visitaba instalaciones militares en el estado de Carabobo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, instó a las fuerzas gubernamentales a permanecer unidas para rechazar lo que consideró un intento de golpe de estado.

“Nuestras fuerzas armadas están preparadas y listas para defender la soberanía nacional y la integridad territorial ante los intentos de dañar nuestra patria sagrada”, afirmó Maduro en un tuit emitido desde la base del ejército de Paramacay en Naguanagua, estado de Carabobo.

Mientras tanto, su principal opositor, Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional y quien la semana pasada se autodeclaró como presidente interino del país, también apeló a los militares.

Anuncio

“Soldados, les doy una orden: no disparen contra el pueblo venezolano. No repriman las manifestaciones pacíficas ni masacren a nuestros jóvenes”, expresó Guaidó después de asistir a una misa católica en la iglesia de Chacao, en el este de Caracas, la capital del país. “En Miraflores (el palacio presidencial) creen que torturar a nuestro pueblo detendrá las protestas. No nos cansaremos ni nos dejaremos intimidar”.

Los llamamientos a los militares por parte de los dos rivales fueron algunas de las últimas jugadas para determinar si el autoritario Maduro se mantendrá en el poder y continuará dirigiendo el país, que sufre de innumerables problemas —incluida la pobreza extrema— o si Guaidó y sus partidarios lograrán derrocar al presidente.

Varios países, incluido Estados Unidos, manifestaron su apoyo a Guaidó. El sábado, EE.UU. instó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a reconocer a Guaidó como reemplazante de Maduro.

Después de asistir a la misa, dedicada a los presos políticos y víctimas de la represión del gobierno, Guaidó pidió a las Naciones Unidas que se investiguen los ataques contra sus partidarios y las violaciones a los derechos humanos. Los venezolanos están experimentando una grave crisis, destacó.

Guaidó se declaró presidente durante una protesta masiva en la capital, el pasado 23 de enero, después de describir a Maduro como un dictador. El líder socialista ganó la reelección para un segundo mandato por seis años en mayo de 2018, y rechazó la idea de convocar a nuevas votaciones.

Los partidarios de Guaidó imprimieron el domingo copias de su propuesta ley de amnistía y las repartieron en estaciones de policía y bases de las fuerzas armadas, en varias ciudades. De ser aprobada, la policía y los soldados que “trabajan por la restitución de la constitucionalidad” serían exonerados de cualquier presunto delito, una medida que los analistas describen como un medio para alentar a las autoridades a resistirse contra Maduro.

El impacto de tal ley es cuestionable, ya que la Asamblea Nacional que encabeza Guaidó ha sido neutralizada por varias jugadas de Maduro, incluida la creación de una nueva asamblea constitucional, que los críticos —tanto en el país como en el extranjero— calificaron de dictatorial. El tribunal supremo declaró que todas las leyes de la asamblea eran “nulas e inválidas”.

“Hoy hemos extendido una mano a policías y soldados. La amnistía es para generar gobernabilidad y un avance en [el proceso de] cambio político”, dijo Guaido a los reporteros. “Vecinos y amigos se han acercado a las bases policiales y militares, y les han dicho a los oficiales: sabemos que usted recibe órdenes, pero lo estamos esperando” (para unirse a las protestas contra Maduro), remarcó.

En el barrio central de Caracas, donde se ubica el palacio presidencial, las calles que conducen al edificio fueron cercadas y son vigiladas por soldados armados que en algunos lugares se agachaban detrás de sacos de arena y barreras de alambre de púas.

A última hora del sábado 26, el gobierno de Maduro cedió a su demanda de que el personal de la Embajada de Estados Unidos abandonara el país el domingo. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Maduro otorgó un período de gracia de 30 días, durante el cual Estados Unidos y Venezuela deberán negociar una nueva relación diplomática degradada, que involucrará “oficinas de intereses”.

El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, publicó el domingo un mensaje en las redes sociales amenazando con “una respuesta significativa” si las autoridades venezolanas dañaban o intimidaban al personal estadounidense.

También el domingo, el papa Francisco, en una conferencia de jóvenes católicos en Panamá, pidió una “solución justa y pacífica” a la crisis venezolana. En el pasado, Francisco ha intentado mediar en una resolución entre las dos partes, pero los intentos no lograron mantener el diálogo.

Los obispos católicos en Venezuela expresaron en un comunicado este mes, antes de la toma de mando del 10 de enero pasado, que el nuevo período presidencial de Maduro es “moralmente inaceptable” porque “su gobierno ha causado un deterioro humano y social en las personas y en la riqueza de la nación”.

“Podemos imaginar el sufrimiento que la gente experimentaría en un nuevo mandato de Maduro, si no implementa las correcciones necesarias para lograr un cambio integral en la política y los actores políticos”, expresó monseñor José Luis Azuaje, presidente de la conferencia de obispos venezolanos.

Los venezolanos sufren con la hiperinflación, la escasez de alimentos, la disminución de la producción económica y la desaparición de la industria y los empleos. Al menos dos millones de ciudadanos huyeron del país en busca de una vida mejor desde que el gobierno socialista se afianzó allí, en 1999.

Guaidó informó que hay planes para otra manifestación masiva, para exigir que el gobierno de Maduro permita la entrada de ayuda humanitaria, incluidos alimentos y medicamentos, que hasta ahora el presidente ha bloqueado.

Mogollón es corresponsal especial.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio