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En el apogeo del Holocausto, los nazis asesinaron a más de 14,000 judíos por día, afirmó un académico

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En el libro mayor de los males perpetrados por los humanos, la Operación Reinhard ocupa un lugar único. Durante 21 meses, a partir de marzo de 1942, las fuerzas nazis y sus colaboradores reunieron a 1,7 millones de judíos provenientes de 393 ciudades y ghettos polacos, y los enviaron en vagones recargados a tres campos de concentración, en la Polonia ocupada por Alemania: Sobibor, Treblinka y Belzec.

En estos tres centros de exterminio, miembros de la comunidad judía de Polonia, antes próspera, fueron asesinados con tanta eficiencia y crueldad que, de los aproximadamente 1,5 millones de judíos que pasaron por sus puertas, solo 102 sobrevivieron para dar testimonio.

En noviembre de 1943, cuando finalizó la Operación Reinhard, básicamente los alemanes no tenían más judíos polacos a quien matar.

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En un intento por comprender el alcance y la intensidad de los genocidios, un investigador de la Universidad de Tel Aviv analizó la Operación Reinhard y encontró su oscuro foco.

El biomatemático Lewi Stone se basó en un minucioso informe de los horarios de los trenes nazis para analizar la “tasa de muertes” de los judíos entre febrero de 1942 y diciembre de 1944. Dentro de la campaña letal de 21 meses de la Operación Reinhard, descubrió un período de 92 días que se destaca por su ferocidad.

En agosto, septiembre y octubre de 1942, calculó, las fuerzas alemanas y sus aliados en Polonia mataron al menos a 1,32 millones de judíos. Ello promedia 14,348 personas por día, todos los días. Prácticamente todas las víctimas eran de Polonia, y sus vecinos inmediatos.

Esta concentración de asesinatos en un período de tres meses “probablemente creó una confusión sustancial entre sus víctimas, y su velocidad habría hecho que la resistencia organizada fuera difícil de coordinar a tiempo”, escribió Stone en un estudio publicado en la revista Science Advances. “La masacre terminó efectivamente antes de que hubiera tiempo para una respuesta organizada”.

Stone, que también es profesor de matemáticas en la Universidad RMIT, en Melbourne, Australia, utiliza estimaciones autorizadas del número de víctimas del Holocausto para los judíos —que van desde 5,1 millones a 6,2 millones— para considerar que hasta una cuarta parte de las víctimas judías de los nazis fueron asesinadas durante estos tres meses de la Operación Reinhard.

Parece que ello tuvo lugar casi al mismo tiempo que las fuerzas alemanas —que habían invadido la Unión Soviética y habían sido expulsadas de las afueras de Moscú— avanzaban en cambio hacia Stalingrado. Los historiadores notaron que, alrededor de ese momento, Adolf Hitler ordenó que se acelerara su plan para darle “solución final a la cuestión judía”.

Los documentos recientemente desenterrados de los archivos de las Naciones Unidas también revelan que, ya en diciembre de 1942, los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética sabían que al menos dos millones de judíos habían sido asesinados y otros cinco millones corrían riesgo de serlo. Aunque estaban preparando acusaciones por crímenes de guerra contra Hitler y sus generales, sobre la base de los informes de los sobrevivientes, las potencias aliadas hicieron poco para proteger o brindar refugio a los judíos de Europa.

La Operación Reinhard se inició con la apertura, en marzo de 1942, del campo de exterminio de Belzec, cerca de la frontera de Polonia con la actual Ucrania. A partir de finales de julio de 1942, las cámaras de gas de Treblinka comenzarían a matar a judíos del Gueto de Varsovia. El campo de exterminio ampliado de Sobibor reabrió poco después, cumpliendo con el mandato del jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, el 19 de julio de 1942, quien había ordenado que, con pocas excepciones, todos los judíos dentro de la Polonia ocupada por los alemanes debían haber sido asesinados para fines de año.

Aproximadamente 292,000 de los 1,32 millones que murieron durante ese torbellino de violencia, fueron aniquilados a balazos por los escuadrones de tiro llamados los Einsatzgruppen. El resto fue asesinado por gas venenoso a las pocas horas de su llegada a los campos de exterminio, discernió Stone.

Para aclarar el ritmo al que fueron asesinados los judíos en el curso de la Operación Reinhard, Stone recurrió a los detallados horarios ferroviarios compilados por el historiador israelí Yitzakh Arad. Estos horarios incluyeron datos sobre 480 deportaciones de trenes a Sobibor, Belzec y Treblinka llevadas a cabo por el Ferrocarril Nacional Alemán durante este período.

En un esfuerzo por comprender toda la extensión de la máquina genocida de los nazis, Stone incorporó las bien documentadas cifras de fallecidos de Auschwitz-Birkenau, en Polonia occidental, y de los Einsatzgruppen, que estaban activos en todos los países en los que las tropas alemanas habían ingresado, incluyendo la Unión Soviética.

En diciembre de 1942, mucho antes de que finalizara formalmente la Operación Reinhard, la tasa de deportaciones de trenes —y de asesinatos en los tres campos— disminuyó notablemente, descubrió Stone. No se debió a un cambio de actitud de los nazis. En lugar de eso, escribió el investigador, la tasa de mortalidad descendente “simplemente refleja que quedaban muy pocos judíos por asesinar” en la Polonia ocupada. Los remanentes finales de la comunidad judía en Bialystock fueron reunidos entre noviembre y diciembre de 1942, y enviados a Treblinka.

A mediados de julio de 1942, los nazis comenzaron a deportar judíos holandeses a campos de concentración y centros de matanza en Alemania y Polonia. Los judíos de Noruega siguieron, a fines de octubre de 1942.

Las poblaciones judías restantes de Europa fueron enviadas a Auschwitz-Birkenau, que tuvo lo que Stone llamó “tasas de matanza excepcionalmente altas” en 1944, cuando los judíos húngaros fueron enviados allí en gran número.

Algunos historiadores han sugerido que el genocidio de Ruanda, de 1994, en el que unos 800,000 miembros de la tribu tutsi fueron asesinados por hutus en un lapso de aproximadamente 100 días, podría haber excedido al Holocausto en el ritmo de su caos genocida. Pero, según los cálculos de Stone, no fue así.

Durante los tres meses más letales de la Operación Reinhard, la intensidad con la que los nazis intentaron matar a judíos fue un 83% más alta que la observada en el genocidio de Ruanda, detectó Stone. El Holocausto representa una manifestación más extrema de la violencia organizada contra un solo grupo, tanto en el alcance de los asesinatos y en la extensión del espacio sobre el que se desarrolló.

Los historiadores, científicos sociales, políticos y periodistas “han confiado constantemente en evaluaciones inexactas, que subestimaron en gran medida la tasa de muertes del Holocausto durante la Operación Reinhard”, concluyó Stone. “Estas subestimaciones se han repetido durante más de dos décadas sin una crítica sustancial, un patrón que ha reescrito efectivamente la historia del Holocausto disminuyendo su posición histórica y la escala de la vida humana que abarcó”.

El nuevo estudio es parte de una iniciativa para impulsar la erudición sobre el Holocausto —y sobre el fenómeno del genocidio en general— más allá de los números colectivos de muertos, y revelar su dinámica interna.

Stone sugirió que comprender los patrones de violencia que se encuentran entre los puntos de inicio y final de un evento genocida podría ayudar a descubrir qué factores los provocan, los mantienen, los aceleran o les ponen fin.

Centrarse en las fases fundamentales del Holocausto también puede ofrecer una nueva perspectiva sobre los números de fallecidos, que se convierten en tema de debate académico o que desafían la fácil comprensión del público.

Una reciente estimación académica —de que entre 5,4 millones y 5,8 millones de judíos fueron asesinados durante los cuatro años del Holocausto— tiene “poder explicativo limitado, porque al final nos queda un solo número colectivo, que es asombrosamente grande y con el cual a la mente humana le cuesta relacionarse”, escribió Stone.

“Con toda esta complejidad, preguntamos: ¿Hay algún patrón de matanza definitivo y simple que pueda destilarse a partir de este período y que arroje más luz sobre la dinámica a gran escala de la gran operación nazi?”

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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