Anuncio

Su bolsillo: El único error en jardinería que no puede permitirse esta primavera

Share

Las temperaturas están aumentando -¡al fin!- y, por supuesto, los jardineros del sur de California recorren con entusiasmo los viveros y tiendas de plantas en busca de albahaca africana, plántulas de tomate y tantos otros vástagos de flores o vegetales.

Si realmente desea tener un gran jardín este año, retrase la siembra de sus plántas un par de semanas y primero alimente como corresponde su terreno.

Sabemos -y muy bien- que las enmiendas orgánicas, como estiércol, compost y mantillo, pueden ser costosas. La mayoría de los jardineros terminan sus compras de primavera con una gran mella en su billetera, y eso probablemente ya incluya una o dos bolsas de algún tipo de fertilizante. Entonces, ¿por qué poner más dinero y tiempo en agregar abonos al terreno?.

Anuncio

La razón es que gran parte del “terreno” que rodea nuestros hogares es sólo tierra sin nutrientes, explicó Yvonne Savio, creadora del blog Gardening in L.A y coordinadora retirada del programa de jardineros expertos de la Extensión Cooperativa de la UC en Los Ángeles. “¿Cuál es la diferencia?”, preguntó, “el polvo es lo que queda sobre el terreno. La tierra es lo que uno necesita tener en un jardín”.

Muchos de nuestros patios están construidos sobre el polvo que queda después de que los constructores rasparon la parte superior del suelo para instalar tuberías, verter cimientos y edificar, remarcó Savio. Sobre ese subsuelo, los paisajistas solían desplegar césped, instalar algunos arbustos y potenciar todo con fertilizantes químicos que daban a las plantas una sacudida de energía, pero agotaban la tierra.

“El viejo dicho dice: ‘alimenta el suelo, no la planta’”, expuso Savio. “Cuando sólo se usan fertilizantes químicos, no se establece una base de nutrición duradera para la planta. Es sólo como darle un gran pedazo de pastel el domingo, y luego, el jueves, se estará muriendo de hambre”.

Además, cuando se agregan continuamente enmiendas orgánicas al suelo, la tierra cobra vida a medida que se descompone el abono, creando las bacterias beneficiosas, los hongos y los nutrientes que las plantas necesitan para crecer fuertes y saludables. “Realmente es como una cafetería, donde las plantas pueden escoger y elegir lo que realmente les gusta”, reflexionó la especialista.

Los remedios orgánicos también mejoran la textura del suelo, prosiguió Savio, y le dan una sustancia limosa a los suelos arenosos para ayudarlos a retener la humedad y los nutrientes, además de mejorar el drenaje en los suelos arcillosos, donde el agua se acumula en lugar de penetrar.

“Es por eso que la materia orgánica es el ingrediente perfecto, así su suelo sea arenoso o arcilloso”, detalló. “Cuando el suelo es bueno se desmenuza fácilmente, no se pega en forma de barro, como la arcilla, ni se filtra a través de los dedos como la arena”. (¿No está seguro de qué tipo de suelo tiene? consulte la guía práctica “prueba de compresión rápida ilustrada” en el sitio web de los Jardineros Maestros de la Extensión Cooperativa de la UC).

Finalmente, los abonos orgánicos sirven como un amortiguador contra deficiencias tales como alto pH o alcalinidad en el suelo, agregó el consultor de jardinería Steve Masely, de Grow it Organically, en Petaluma, cuyo sitio web ofrece sugerencias detalladas para mejorar el suelo del jardín.

Como lo explica el sitio web de Masely, el pH del suelo es una medida de la acidez que debe corresponder con una escala de 1 a 14; 7.0 es neutro y cualquier marca menor se considera ácida. El sur de California es conocido por tener más suelos alcalinos, con un pH superior a 7.0.

La acidez del suelo limita los minerales y nutrientes disponibles para las plantas, precisó Masely. Los minerales como el fósforo, el hierro y el zinc están más disponibles en los suelos ácidos (pH más bajo), que en los alcalinos.

Es posible hacer una prueba de suelos o comprar analizadores de pH (como este artículo muy vendido, con valor de $11, en Amazon) para comprobarlo uno mismo. No obstante, Masely, quien crea y hace mantenimiento de jardines orgánicos, dice que casi nunca realiza pruebas de pH porque agregar materia orgánica al suelo pareciera resolver la mayoría de los problemas. “Las plantas que crecen en suelos con mucha materia orgánica tienen raíces más sanas”, explicó. “Si planta en suelos orgánicos y coloca compost de buena calidad, la disponibilidad de nutrientes es mucho más alta; nunca deberá preocuparse por el pH”.

Algunos jardineros de SoCal agregan aproximadamente un 50% de musgo de turba sphagnum a su terreno cuando plantan especies que aman el ácido, como los arándanos y las azaleas, porque ayudan a disminuir la acidez. Sin embargo, el uso de turba se ha convertido en un tema polémico, indicó Savio, porque a la gente le preocupa agotar estos pantanos naturales de materia vegetal en descomposición, que tardaron cientos de años en crearse.

La turba también se usa para que los suelos retengan la humedad y mejoren el drenaje, pero para ello, Masely prefiere la fibra de coco, porque si el musgo se seca, repele el agua. “La fibra de coco casi siempre absorbe la humedad del aire, pero el musgo de turba debe regarse con frecuencia o se secará”, afirmó Masely. “La gente compra pequeños paquetes de seis plantas mezcladas con turba; si se secan, nunca podrán obtener suficiente agua después de eso. Entonces, quienes van a usar turba, deben asegurarse de que nunca se seque y que esté enterrada hacia el fondo. Luego es bueno emplear fibra de coco en la parte superior, como mantillo, porque siempre se mantiene húmeda”.

A continuación, tres pasos para construir mejores suelos:

1- Qué agregar

A menos que esté haciendo su propio compost y tenga estiércol añejo (el fresco mata las plantas), deberá comprar bolsas en su vivero o ferretería, generalmente de un pie cúbico.

Para un nuevo espacio de jardín, de cuatro por 10 pies (40 pies cuadrados), Savio recomienda tres bolsas de compost orgánico, tres de estiércol de buey compostado (el estiércol de pollo puede ser demasiado fuerte) y una bolsa de compost super premium, como Bu’s Blend, de Malibu Compost, o Bumper Crop, de Coast of Maine Organic Products.

Estos compost premium se suelen inocular con hongos micorrízicos beneficiosos y otros aditivos diseñados para construir raíces fuertes, de los cuales sólo se necesita una pequeña cantidad para tener muchos resultados, dijo Savio.

2- Rastrille bien, riegue bien — luego espere

Los abonos orgánicos deben representar al menos el 30% de su parcela de jardín, indicó Savio. Distribuya uniformemente las bolsas y luego trabájelas en el suelo, al menos a una profundidad de pala. La idea es mezclarlos con el suelo nativo. Luego riegue bien, y -¡atención!- espere a plantar durante al menos dos semanas.

“Muchas personas intentan hacer esto durante un fin de semana, agregan abono, plantan y luego se preguntan por qué todo se está muriendo”, expuso Savio. “El agua activa todo, y el suelo se calienta, hasta el punto de que no será posible poner la mano en él sin sentirse incómodo. Se enfriará en un par de semanas, pero no plante nada hasta que pueda meter su mano completamente en el suelo, por lo menos cuatro pulgadas hacia abajo, y sentirse cómodo”.

3- Recuerde el mantillo

Una vez que siembre, agregue un poco de mantillo orgánico alrededor de las plantas para retener la humedad, aleje las malezas y continúe alimentando el suelo. El mantillo no tiene que ser caro. La corteza y las hojas de la mayoría de los árboles brindan una excelente cobertura, pero evite las hojas de nogal, que son tóxicas para muchas plantas, y el eucalipto, que demora demasiado en descomponerse, indicó Masely. Tampoco opte por productos de madera, como el aserrín, que absorbe el nitrógeno del suelo.

Savio tuvo un gran éxito con los desechos de café, que recolecta en las cafeterías cercanas a su casa, en Pasadena. La especialista separa los filtros de papel en su pila de compost y extiende los residuos alrededor de sus plantas. No hay que profundizar mucho más que media pulgada, dijo, porque los terrenos gruesos forman una corteza que evita el filtrado del agua.

Si desea seguir su ejemplo, Savio recomienda visitar las cafeterías e incluso las tiendas de comestibles que ofrecen café a los compradores, y preguntar si podrían darle sus residuos. Algunos lugares los guardan, remarcó, pero otros muchas veces le piden al propio interesado cubos donde colocarlos, así que esté preparado.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio