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Silicon Valley es un campo minado para los candidatos presidenciales a 2020

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Hace sólo tres años, Silicon Valley se encontraba en la cima de la popularidad, algo que hizo que Hillary Clinton se sintiera un tanto confundida cuando le preguntaron en “The Ellen Show” si preferiría que George Clooney fuera su compañero en su lucha por la presidencia o Mark Zuckerberg, el CEO de Facebook.

“Oh, eso es difícil”, dijo Clinton en ese momento.

Es difícil imaginar a un candidato presidencial demócrata que siquiera considere esta cuestión el día de hoy. Muchos pueden sentirse incluso molestos cuando se les pide que posen para una selfie con un ejecutivo de Facebook, y mucho menos que lo agregen como compañero de fórmula en su campaña.

La posición de Silicon Valley en la política presidencial ha disminuido en gran medida en medio de la polémica por intrusiones de privacidad, la vulnerabilidad de la plataforma a la interferencia electoral y el percibido exceso corporativo. Hasta hace poco la comunidad tenía candidatos ansiosos por su aprobación, ahora encuentra su reputación política en algún lugar entre los estigmatizados Wall Street y Big Pharma.

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“Si la pregunta es qué papel tendrá Silicon Valley en la elección del próximo presidente, la respuesta probablemente sería mucho menos de lo que se piensa”, dijo Bradley Tusk, un capitalista de riesgo que ha trabajado como estratega político para Uber y fue gerente de campaña para ex el alcalde de Nueva York, Michael R. Bloomberg. “Hay pocos enlaces hacia líderes de la tecnología, algo que en otro tiempo podrías haber codiciado activamente”.

La senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, ha adoptado una postura más agresiva hacia la industria de la tecnología; recientemente lanzó una propuesta para dividir a Amazon, Google y Facebook mediante el uso agresivo de las leyes antimonopolio y regular estrictamente la forma en que las empresas acumulan datos personales. Incluso hasta los candidatos más amigables con la tecnología han adoptado algunas de las posturas adversas de Warren, al grado de una precisa prescripción política.

Los republicanos ofrecen poco alivio a la industria. Por lo tanto, los impulsores de Silicon Valley en el Partido Republicano se han unido al presidente Trump para amenazar a las empresas por una supuesta conspiración para censurar las voces conservadoras.

Sin embargo, incluso si este grupo de candidatos demócratas no quiere asociarse con los oligarcas y los innovadores de Silicon Valley de los que se encuentran políticamente distantes, los necesita de igual manera. Al igual que los banqueros y corredores de Wall Street, los empresarios de Silicon Valley tienen los activos que desean los candidatos: en este caso, experiencia en herramientas de campañas digitales, experiencia en políticas y grandes cuentas bancarias que pueden ser cruciales para una contienda por la Casa Blanca.

Los iPhones de los políticos, que siguen teniendo conexión con Silicon Valley, todavía reciben llamadas de las mismas campañas que utilizan a Valley como ventaja política.

“Todos los días están aquí, en San Francisco, diferentes candidatos presidenciales”, dijo Chris Lehane, el estratega demócrata que ahora dirige la política global y los asuntos públicos en Airbnb. “Esta semana llegarán aquí dos o tres”. Los que llegan se manejan con mucha mesura.

Esta vez, ningún candidato ha buscado abrir una oficina de campaña satelital en un cubículo de San Francisco, como lo hizo el senador republicano Rand Paul en la última carrera presidencial. Ninguno está tratando de demostrar su habilidad tecnológica al llamar desde un Uber camino a una presentación de trabajo en la oficina de una plataforma digital para encontrar plomeros, como lo hizo Jeb Bush en 2015.

Sin embargo, esta vez la mayoría de los principales candidatos ya han sido organizados por ejecutivos de la tecnología para asistir a eventos para recaudar fondos y están reclutando a proveedores de la industria tecnológica -partidarios bien conectados que pueden aprovechar sus redes de amigos y socios comerciales para aumentar decenas, incluso cientos, de miles de dólares para cuentas de campaña.

Algunos operadores que han participado en algunos ciclos presidenciales han visto episodios similares con industrias que están perdiendo su peso político.

El ex presidente Clinton persiguió agresiva y públicamente la aprobación de Wall Street. Pero cuando Hillary Clinton buscaba la presidencia, una manifestación de campaña relacionada con la Bolsa de Nueva York, como lo hizo su esposo, era extremadamente impropia para un demócrata.

“Silicon Valley se siente bajo la mira de una percepción negativa por primera vez desde finales de los 90”, dijo María Salamanca, una capitalista de alto riesgo y activista demócrata que ayudó a postularse a Swing Left, una de las más exitosas plataformas de recaudación de fondos para progresistas. Sin embargo, en esta etapa temprana de la campaña, dijo, los líderes de la tecnología no están tan desesperados como para buscar “candidatos que están atacando a la tecnología porque no es un tema candente en comparación con otros temas en que los candidatos podrían enfocarse y que brindan más atención para todo el mundo”.

Incluso cuando los empresarios de la tecnología dicen que las audiencias con los legisladores han puesto de relieve lo mal preparado que está el Capitolio para regular el sector, ya no resisten a toda costa su postura hacia la regulación. Muchos están ansiosos por ver a las empresas mejorar sus prácticas comerciales.

“Pasé mi vida en Silicon Valley, y seré el primero en decir que muchas de las firmas más grandes aquí han perdido la confianza del pueblo estadounidense”, dijo el capitalista de fondos de riesgo Steve Westly, ex controlador del estado de California y uno de los recaudadores de fondos demócratas más prolíficos de la industria. “Necesitan hacer un mejor trabajo para proteger a sus clientes”.

Westly ya se alistó para recaudar fondos para el ex vicepresidente Joe Biden, quien se espera que participe en la carrera presidencial en algún momento de abril. Otra recaudadora estrella de fondos de la tecnología, Amy Rao, está trabajando para contribuir a los fondos de la campaña de la senadora Kamala Harris. Ron Conway, de Silicon Valley, dijo en un correo electrónico que respaldará a Harris, al senador Cory Booker de Nueva Jersey y “probablemente a otros”.

“Muchos candidatos que se postulan tienen relaciones con líderes de Silicon Valley y comprenden la economía de la innovación, incluso si no están siempre de acuerdo con la perspectiva del sector tecnológico”, escribió.

Más allá de los recaudadores en las salas de los grandes de la tecnología, incluso los candidatos que se encuentran entre los más críticos con este sector, han estado recorriendo silenciosamente el distrito tecnológico, deteniéndose en las empresas creadoras de tecnología, visitando el campus de Stanford y conociendo gente en eventos íntimos en Manny’s, un centro social para innovadores en el distrito de la Misión de San Francisco.

Incluso el senador Bernie Sanders, el autodenominado socialista democrático, ansioso por redistribuir parte de la riqueza que acumulan los ejecutivos de la gran tecnología, se ha aliado al congresista de Silicon Valley, Ro Khanna, como asesor principal. Khanna argumenta que algunos de los candidatos hostiles hacia su distrito están equivocados.

“Muestran una falta total de curiosidad intelectual sobre la revolución digital”, dijo Khanna, un progresista que ha defendido una “declaración de derechos en internet” y reglas antimonopolio a las que se oponen algunas de las grandes empresas ubicadas en su distrito. Los candidatos deben centrarse en difundir la economía de la innovación a las partes con problemas del país, en lugar de atacarla, dijo. Las compañías de tecnología, a diferencia de las firmas de Wall Street, siguen siendo extremadamente populares entre los votantes, agregó.

“Es un error en el mensaje de los candidatos”, dijo Khanna. “Están desconectados de lo que quiere la gente de EE.UU. Los votantes quieren asociarse con líderes de la tecnología para crear oportunidades económicas. Lo se por que he estado con ellos en esos lugares y a menudo, los líderes tecnológicos son tratados como estrellas de rock”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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