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El juicio de ‘El Chapo’: cuándo el asesinato de un cártel no configura un delito por drogas, y otras preguntas de los jurados

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Quizás es el costo de las largas y duras horas de un caso agotador, pero la tarde del 7 de febrero, había ‘algo’ en los rostros de los fiscales adjuntos de Estados Unidos que llevan meses procesando a Joaquín “El Chapo” Guzmán en un tribunal federal de Brooklyn: lucía como frustración.

Alrededor de las 2:45 p.m., los jurados, ahora en su cuarto día de deliberaciones sobre el caso del notorio capo de la droga, tenían algunos pedidos para el juez.

Querían los testimonios completos de tres testigos que cooperaron, antiguos superiores en el multimillonario cártel de Sinaloa, de Guzmán, quienes detallaron el funcionamiento interno del vasto imperio de narcóticos.

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Los fiscales presentaron una amplia evidencia del tráfico de drogas a gran escala y la brutal guerra narco de Guzmán en el monumental caso de 12 semanas de duración, en gran parte basado en el testimonio de sus extenientes del grupo delictivo, que cooperaron con el gobierno con la esperanza de reducir sus propias sentencias.

La presentación del caso por parte de la defensa, en contraste, tomó alrededor de media hora. Los abogados de Guzmán argumentaron que su cliente fue víctima de una conspiración multinacional.

Si los fiscales pensaban que su caso contra uno de los jefes antidrogas más notorios del mundo se ganaría fácilmente, estos 12 jurados no están dispuestos a ello.

Aunque cuatro días de deliberaciones después de un juicio tan largo e intenso sean motivo de preocupación para el gobierno. Los hombres y mujeres encargados de decidir el destino de Guzmán tienen un complejo conjunto de cargos por analizar: 10 que cubren acusaciones por vender y fabricar cientos de toneladas de cocaína, metanfetamina y heroína; conspirar para asesinar a una gran cantidad de rivales y ayudar a dirigir uno de los cárteles internacionales de la droga más grandes del mundo. Cada cargo comprende violaciones múltiples. Si se lo encuentra culpable, Guzmán, de 61 años de edad, se enfrenta a cadena perpetua.

El juez aceptó la solicitud de los testimonios por parte de los jurados, pero el panel tuvo otra pregunta más enigmática: “Si los miembros de un cártel de la droga son asesinados por un cártel opositor por razones personales, ¿eso constituye un delito de narcotráfico?”

Como parte del primer cargo contra el capo —el cargo de empresa criminal continua—, Guzmán enfrenta una violación de conspiración de asesinato, que significa que conspiró para matar a personas “que representaban una amenaza para el cártel de Sinaloa”, en las palabras de su acusación.

La respuesta del magistrado a los jurados, que no parecían particularmente estresados cuando volvieron a entrar en la sala del tribunal, fue que si habían sido asesinados por “razones totalmente personales”, entonces no, ello no era parte de un delito de narcotráfico.

Tampoco parecían estresados Guzmán y sus abogados; compartieron grandes sonrisas y apretones de manos.

Otro indicio de que el equipo de defensa de Guzmán se sentía bastante bien: el bufete de uno de sus abogados, Eduardo Balarezo, publicó una foto en Twitter de una botella de tequila con forma de pistola, con la descripción: “Para después del juicio #ElChapo”.

Se espera que los jurados continúen deliberando el viernes 8 por la mañana.

Plagianos es corresponsal especial.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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