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El despliegue militar en la frontera ordenado por Trump podría costar $200 millones para fin de año

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El precio total del despliegue militar del presidente Trump en la frontera, incluido el costo de las fuerzas de la Guardia Nacional que han estado allí desde abril, podría superar con creces los $200 millones para fines de 2018 y trepar significativamente si el operativo continúa hasta el 2019, según estimaciones de analistas y cifras del Pentágono.

El despliegue de hasta 15,000 efectivos en la frontera entre EE.UU. y México —potencialmente igual en tamaño a la presencia de tropas estadounidenses en Afganistán— ocurre mientras la generosidad presupuestaria de la cual ha disfrutado el ejército desde que Trump asumió el cargo pareciera llegar a su fin.

Aunque los costos de los despliegues en la frontera serán una pequeña parte de un presupuesto anual de defensa de $716 mil millones, ello ocurre mientras el gobierno de Trump solicita al Pentágono que recorte gastos innecesarios.

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La Casa Blanca recientemente ordenó al Pentágono la reducción del presupuesto del 2019 en aproximadamente $33 mil millones, en respuesta al mayor aumento en el déficit federal en seis años.

Los veteranos y los legisladores demócratas se han quejado de que Trump está malgastando dólares militares en un truco políticamente motivado antes de las elecciones parciales del 6 de noviembre, al tiempo que presiona al presupuesto del Pentágono.

“En lugar de trabajar de manera bipartidista para realizar reformas integrales con sentido común y humanitarias, a nuestro sistema de inmigración, el presidente continúa recurriendo a la propagación del miedo con fines politicos y utiliza los recursos y el personal del [Departamento de Defensa] como un medio para impulsar sus preocupantes intenciones contra la inmigración”, escribieron más de 100 demócratas de la Cámara de Representantes en una carta dirigida al secretario de Defensa, James N. Mattis, el pasado 1 de noviembre.

El general retirado Martin Dempsey, expresidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, describió el despliegue como “un desperdicio” en un mensaje por Twitter, y dijo que los infantes de marina y los soldados ya estaban sobrecargados.

Funcionarios de la administración han defendido el despliegue. Mattis afirmó que los militares no hacen acrobacias para cumplir. El comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza, Kevin McAleenan, argumentó que el despliegue es necesario para manejar “de manera efectiva y segura” la posible llegada de hasta 7,000 inmigrantes que caminan hacia la frontera en caravanas, provenientes de Centroamérica.

Pero los documentos de planificación militar, fechados el 27 de octubre y publicados por Newsweek, predijeron que solo el 20% de los migrantes, o alrededor de 1,400 en el extremo superior de las estimaciones, podrían completar el viaje a la frontera, lo cual generó preguntas sobre el tamaño del despliegue.

“El ejército necesita hacer muchas cosas en estos días”, consideró Susanna Blume, exfuncionaria del Pentágono y miembro principal del Center for a New American Security. “Al observar las estimaciones del tamaño de la caravana, uno podría preguntarse si éste es el uso más apropiado de las fuerzas de servicio activo de Estados Unidos”.

No está claro cuántas tropas estadounidenses terminarán en la frontera.

Unos 2,000 soldados de la Guardia Nacional ya están allí, operando bajo una orden que Trump emitió en abril. El Comando del Norte ha dicho que más de 7,000 soldados de servicio activo adicionales se unirán a ellos en Arizona, Texas y California. Trump adelantó esta semana que desplegará entre 10,000 y 15,000 soldados, pero no dejó en claro si esas cifras incluían a la Guardia Nacional.

El costo del despliegue de la Guardia Nacional desde el 10 de abril hasta el 30 de septiembre ascendió a $103 millones, según las cifras del Pentágono.

El Departamento de Defensa espera que el despliegue de la Guardia cueste $308 millones adicionales hasta fines de septiembre de 2019, incluido el último trimestre de 2018, siempre y cuando las operaciones continúen a buen ritmo.

Las fuerzas en servicio activo, que Trump desplegó mediante su orden reciente, generalmente son menos costosas porque no requieren pago ni beneficios adicionales.

Travis Sharp, investigador en el Center for Strategic and Budget Assessments, estimó que el costo de desplegar 8,000 soldados en servicio activo hasta mediados de diciembre, además de la Guardia, ascendería de $40 millones a $ 50 millones. Si la administración desplegara 15,000 tropas en servicio activo, como sugirió Trump, el costo estimado aumentaría hasta los $110 millones, advirtió el investigador.

Las fuerzas podrían terminar quedándose hasta después de mediados de diciembre, dependiendo del estado de las caravanas, que en la mayoría de los casos aún se encuentran a semanas de distancia de la frontera. Una extensión de la implementación militar podría exceder esas estimaciones de costos.

Hasta la mañana del 3 de noviembre, se habían desplegado unos 3,500 miembros del servicio activo como parte de la misión, apodada Operation Faithful Patriot (Operación Patriota Fiel), detalló el mayor Mark Lazane, un portavoz del Comando del Norte. La cifra incluye a alrededor de 2,250 en Texas, 1,100 en California y 170 en Arizona, precisó.

Las fotografías tomadas el 1 de noviembre en el puerto de entrada en Hidalgo, Texas, muestran a los soldados estadounidenses maniobrando alambre de púas mientras trabajan con los Servicios de Aduana y Patrulla Fronteriza. Los soldados llevaban uniformes de camuflaje estándar junto con armaduras y cascos, y parecían desarmados.

Lazane dijo que los soldados que normalmente no usan armas de fuego en sus trabajos cotidianos en el país, continuarán trabajando sin ellas, aunque el general Terrence O’Shaughnessy, el jefe del Comando del Norte, tiene la autoridad de modificar ese tema si lo desea.

Los demócratas se han quejado de que, además de pagar los despliegues fronterizos, el Departamento de Defensa asignó internamente $7.5 millones a la planificación avanzada de una barrera de 37 millas a lo largo de un campo de bombardeo militar en Arizona, que colinda con la frontera. Los legisladores demócratas afirman que solo la valla podría costar hasta $450 millones.

Mattis ofreció una justificación de seguridad para la barrera en el testimonio ante el Congreso, a principios de 2018, sugiriendo que cualquier migrante que cruce por allí podría resultar herido. Para los críticos, el proyecto es un movimiento del presidente para construir una parte del muro fronterizo que prometió en la campaña, aprovechando recursos militares.

El subsecretario de Defensa, Patrick Shanahan, dijo que la Casa Blanca había ordenado al Pentágono que preparará un presupuesto de $700 mil millones para 2020, aproximadamente un 4.5% menos que los $733 mil millones que el departamento había planeado.

Thomas Spoehr, un teniente general retirado del Ejército y director del Centro para la Defensa Nacional de Heritage Foundation, afirmó que muchas de las unidades desplegadas en la frontera están cumpliendo con deberes similares a sus misiones en tiempos de guerra, y la experiencia podría proporcionar una buena capacitación de campo. El gasto, agregó, sería mínimo en términos del presupuesto general de defensa estadounidense.

“El ejército necesita cada dólar que pueda conseguir. Habiendo dicho eso, en el panorama amplio, esto no es algo enorme”, consideró Spoehr. “Probablemente pasará casi inadvertido en términos del presupuesto”.

Sonne escribe para el Washington Post.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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