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Día de las Madres, más que un festejo, es un recordatorio de que la lucha de las mamás deportadas sigue

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Para Patricia Leyva, este día de las madres es de nuevo un día agridulce. Festeja la dicha de ser madre, pero lamenta no poder abrazar a sus tres hijos. Hace ocho años fue deportada.

“Es muy dificil”, reconoce.

“Es horrible, pero trato de estar bien con sus llamadas y mensajes”, señala la mujer visiblemente conmovida.

En noviembre de 2009, elementos de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) llegaron por ella a su lugar de trabajo en Tempe, Arizona.

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Y es que una década atrás, salió de Estados Unidos a México para asistir al funeral de su madre, al momento de regresar, lo hizo con un documento que no le pertenecía, pero fue descubierta.

Por ello, se vio obligada a volver a intentarlo de forma irregular. Piensa que fue cuando quiso regularizar su estatus migratorio que surgió el problema.

Al momento de su arresto, Patricia, quién es madre soltera, tramitaba una visa VAWA, que se otorga a víctimas de violencia doméstica.

No se dio por vencida y peleó su caso por un año y medio mientras se encontraba recluida en un centro de detención en Arizona.

Pero una omisión en el proceso, misma que adjudica a su abogado, derivó en que la madre fuera deportada en 2011.

De la noche a la mañana, su vida cambió.

Los besos de sus hijos de hoy 30, 24 y 20 años, fueron sustituidos por videollamadas o mensajes de texto. De esta forma, conoció a sus nietos de ahora 5 años y 10 meses, respectivamente.

Sus hijos la visitan en Tijuana lo más que pueden, pero la ausencia duele cuando no están.

Pero no todo está perdido para Patricia.

Recientemente recibió la noticia de que podrá continuar el proceso legal que seguía al momento de su deportación.

Su abogado confía en que si todo sale bien, podrá estar de regreso el próximo año, menciona.

“Esa esperanza para mí es muy grande”, subraya. “No pierdo la fe de que podré recuperar el tiempo perdido”.

Patricia forma parte del grupo Madres Soñadoras (Dreamers Moms), cuyo búnker se encuentra en Tijuana, México.

Fue ahí donde adquirió la asesoría legal que reavivó su ilusión de volver a casa.

Este Diez de Mayo fecha en que se celebra el Día de las Madres en México), el grupo conformado por más de una docena de mujeres que han sido separadas de sus hijos por las leyes migratorias, lo celebrará unido.

“Es una hermandad, es decirnos no estás sola, vamos a cantarle a nuestros hijos y decirles qué pensamos en ellos”, dice Yolanda Varona, quién fundó esta organización en 2014.

El esfuerzo de Madres Soñadoras ha rendido frutos, y a través de ello, tres mujeres han podido regresar legalmente a Estados Unidos.

Patricia sería la cuarta.

“Paty va a volver. Eso se lo estamos gritando al universo”, asegura Varona.

Para Yolanda, también es un día difícil. Bastó una llamada telefónica de sus hijos para recuperar la sonrisa.

“El que no esté con mis hijos me recuerda que tengo que seguir luchando y no nada más por mí, sino por todas mis compañeras y sus hijos”.

Con la asesoría legal correcta, estas mujeres confían en que podrán regresar.

Patricia llora al pensar que este será el último Diez de Mayo en casi una década que pasará alejada de sus hijos.

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