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Aumenta a 42 el número de víctimas del incendio Camp y se convierte en el más letal en la historia de California

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La cifra de muertos por el incendio Camp en Paradise se elevó a 42 ayer lunes, lo que lo convierte en el incendio más letal de California. Mientras tanto el presidente Trump aprobó la declaración de zona de desastre para el estado.

Las autoridades dijeron que se están recuperando cadáveres en diferentes sitios. Diez de ellos fueron localizados en Paradise. Otros tres fueron encontrados en el área de Concow.

Tres de las víctimas fueron identificadas como Ernest Foss, de 65 años, de Paradise; Jesús Fernández, de 48 años, de Concow; y Carl Wiley, de 77, de Magalia.

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La decisión de Trump vino después de criticar a California, y asegurar que los incendios han sido causados por un manejo deficiente de los bosques. Sus comentarios provocaron indignación generalizada tanto de autoridades de California como por muchos departamentos de bomberos.

“Acabo de aprobar una solicitud para una Declaración de desastre mayor para el estado de California”, escribió en Twitter. “Quería responder rápidamente para aliviar algo del increíble sufrimiento que está ocurriendo. Dios bendiga a todas las víctimas y familias afectadas”.

El gobernador Jerry Brown buscó la declaración de emergencia desde el domingo, cuando se desataron los incendios tanto en el condado de Butte como en el sur de California.

El incendio de Woolsey, que dio inicio en el condado de Ventura y se extendió a Malibú, ha destruido aproximadamente 435 hogares y negocios.

Sin embargo, los funcionarios del Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California dijeron que apenas han logrado inspeccionar alrededor del 15% del área, por lo que probablemente aumentará la cantidad de estructuras arrasadas por el fuego. Cerca de 57,000 estructuras aún están bajo amenaza.

El sargento del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles. Guillermo Morales dijo que habían localizado los cuerpos calcinados de una pareja en Malibu.

Los investigadores aún están tratando de identificarlos, lo cual ha sido muy difícil porque lo cuerpos quedaron prácticamente irreconocibles, dijo Morales

“Este camino parece a una pequeña carretera. No es un camino normal, y todo el paisaje está completamente quemado. Creemos que probablemente estaban tratando de huir de las llamas “, dijo Morales.

El lunes, los restos de dos autos fueron localizados más allá de una puerta electrónica en el 33133 Mulholland Highway. Dispersos en el pavimento había algunos fragmentos: vidrios rotos, metal fundido.

Con las ruinas de la ciudad del Paradise aun ardiendo, los equipos de búsqueda tuvieron la oportunidad de comenzar a examinar el paso del incendio en las estribaciones de la Sierra, donde en cuestión de horas el 8 de noviembre las llamas impulsadas por el viento descendieron por las laderas y quemaron más de 6.700 viviendas y comercios.

Los primeros cuerpos encontrados después del incendio fueron en unos automóviles abandonados en la carretera. Algunos sobrevivientes dijeron que solo tuvieron unos cuantos minutos para escapar.

Cinco de los cadáveres hallados el domingo estaban en casas. Uno estaba en un vehículo. Gran parte del área no ha explorado minuciosamente, y decenas de personas siguen desaparecidas.

Kory Honea, Sheriff del Condado de Butte dijo que “Todavía hay mucho trabajo por hacer”.

A partir del domingo por la noche, el incendio creció a 111,000 acres con apenas 25% de contención. Los vientos persistentes han creado incendios más poderosos y difíciles de extinguir, dijo Joshua Bischof, un jefe de batallón de Cal Fire.

Actualmente hay más de 200 personas desaparecidas, dijeron funcionarios del Sherrif del condado de Butte. Las autoridades los están buscando. Algunas personas ya han sido localizadas en refugios.

Dos días después de que las llamas devoraron la totalidad de la ciudad de Paradise, en las estribaciones de la sierra, en minutos, tres bomberos se dispusieron a investigar los daños para poder informar a los evacuados lo que habían visto.

Los cuerpos de otras 14 personas que murieron en Camp fueron rescatados el sábado, lo que elevó el número de víctimas del incendio a un total de 23 personas. Todavía se encontraban desaparecidas decenas de personas.

Los residentes que pudieron sobrevivir al incendio dijeron que no podían imaginarse cuánto de su ciudad se había perdido, o imaginar cuántos de sus vecinos podrían haber desaparecido.

Sue Brown dijo que ella y su esposo, Sidney, tuvieron media hora antes de ser obligados a abandonar sus hogares. Antes de que se dieran cuenta de que se avecinaba el fuego, Sidney se había quitado el anillo de matrimonio porque tenía los dedos hinchados.

“Y se ha ido todo”, dijo Sue Brown, de 66 años.

La pareja ahora es voluntaria en el Elks Lodge en Chico, uno de los muchos centros de evacuación en el área, que ayuda a mantener sus mentes ocupadas.

Hace tres años, los Browns se mudaron a una casa de tres habitaciones en Paradise, donde planeaban pasar su jubilación.

Sue Brown dijo que no esperaba regresar a su propiedad. Ella no piensa reconstruir allí.

“No solo perdimos nuestra casa”, dijo el sábado. “Perdimos a toda una comunidad. Se ha ido Paradise, se ha ido”.

En la Iglesia del Barrio en Chico, se ha levantado un gran centro de evacuación, mientras que en la Cruz Roja se estaban registrando cientos de personas. Dentro, una pizarra blanca contenía filas de nombres de los desaparecidos. La pizarra estaba llena, por lo que se pegaron a los lados hojas de papel de cuaderno amarillo con más nombres.

Durante las últimas dos noches, Gerald Zastrow, de 82 años, su esposa, Nancy, de 70 años, y su hermana Terri Myers, de 80, han dormido en pequeñas camas en el refugio. Abandonado su hogar en el lado sur de Paradise el jueves y pudieron recoger unas cuantas propiedades.

Desde el 9 de noviembre, más de 2,000 bomberos intentaban detener el explosivo crecimiento del incendio Camp, que se extendió a 100,000 acres durante la noche y que ha destruido cerca de 2,000 casas y edificios. Aún no se sabe con exactitud la magnitud de los daños.

Hasta ahora, los bomberos han podido evitar que las llamas lleguen a la ciudad de Chico, que alberga a unas 90,000 personas justo al oeste de la ciudad de Paradise, donde el incendio continuó ardiendo el viernes. Las autoridades dijeron que el perímetro occidental del incendio está a unas 11 millas de Canyon Oak, una comunidad de campos de golf que colinda con Chico.

Las condiciones del incendio Paradise siguen siendo inestables para realizar una búsqueda de puerta en puerta, dijo Kory L. Honea, sheriff del condado de Butte. Pero la policía está recuperando cuerpos “con tanta dignidad como podemos”, dijo.

En una entrevista, el alcalde de Paradise, Jody Jones, dijo que su ciudad ha sido devastada por el incendio.

Gran parte del distrito financiero de Paradise fue destruido, relató. Un hospital local se quemó. El McDonald’s y el Ace Hardware Store quedaron envueltos en llamas.

El incendio del condado de Butte explotó de 10 acres a más de 10,000 en cuestión de horas, centrándose directamente en la ciudad de 27,000 habitantes, conocida como una popular comunidad de retiro.

“Ha destruido la ciudad”, afirmó Scott McLean, portavoz del Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California.

Para la noche del jueves 8 de noviembre, el fuego había carbonizado 20,000 acres y dejado 15,000 estructuras amenazadas.

A medida que la gente corría para refugiarse, las carreteras se congestionaban con el tráfico, lo cual obligó a algunos a huir a pie mientras el fuego asolaba casas y edificios cercanos. Un hospital fue evacuado (sus pacientes fueron trasladados a instalaciones médicas cercanas) y partes de su campus sufrieron daños por las llamas.

Al menos dos bomberos y varios ciudadanos resultaron heridos, aunque los funcionarios no precisaron si hubo muertos.

Llamado el incendio Camp porque comenzó cerca de Camp Creek Road, en el condado de Butte, el fuego fue reportado por primera vez alrededor de las 6:30 a.m., según un portavoz de Cal Fire. A mediodía, el humo había cubierto la ciudad de oscuridad. “Ha sido noche durante las últimas seis horas, el humo ha bajado tanto y es tan espeso”, según describió McLean.

En un refugio de la Cruz Roja en Oroville, dos mujeres describieron su huida angustiosa de un parque de casas móviles en llamas, en Paradise. Poco después, el trauma sacudió a Patsy Jacobs, de 62 años, quien comenzó a sollozar. “Está bien”, le dijo su vecina, Jane Palmer, de 77 años. “Estamos vivos”.

La rápida propagación del incendio impulsó al gobernador interino de California, Gavin Newsom —al mando mientras el gobernador Jerry Brown está de viaje— a declarar el estado de emergencia para el condado de Butte.

En el condado de Butte, los residentes de varias ciudades que rodean la ruta California 70, cerca del Bosque Nacional Plumas, recibieron la orden de evacuar y se cerró la carretera. De acuerdo con la Oficina del Sheriff del Condado de Butte, se les ordenó a quienes viven en Concow, Pulga, Magalia, Butte Creek Canyon y Butte Valley que se retiren de Paradise. Butte College cerró y se convirtió en un centro de comando para bomberos y otros trabajadores de emergencia.

Se abrieron múltiples centros de evacuados en iglesias y en parques de atracciones en pueblos cercanos. El jueves por la noche, las órdenes de evacuación se expandieron hacia el oeste hasta los límites de la ciudad de Chico, según la Oficina del Sheriff del Condado de Butte. Los oficiales trabajaban para verificar el bienestar de unas 400 personas, de las más de 600 solicitudes iniciales recibidas, precisaron las autoridades.

Miles de automovilistas colmaron las carreteras, siguiendo las rutas de evacuación recientemente rediseñadas con la intención de facilitarles el escape. Sin embargo, muchos terminaron atrapados en un atasco, o huyeron de sus vehículos con pánico. Las cuadrillas de emergencia intentaron empujar los autos abandonados y luego pidieron a las excavadoras que despejaran el camino.

“Vi una línea constante de autos, pegados uno a otro, tratando de salir de Paradise”, relató Shaaron Vogel, de 67 años, miembro de la facultad de enfermería en Butte College. “Ver a los conductores que intentaban escapar era horrible; se veían sus caras y lo asustados que estaban. Realmente se comprende la cantidad de vidas que se ven afectadas; y tan rápido”.

En las redes sociales, las personas que intentaban evacuar describían estar atrapados en sus autos, viendo cómo se quemaban las casas cercanas. El cielo se volvió negro con ceniza y humo. Algunos abandonaron sus vehículos, creando otro obstáculo para aquellos que intentaban escapar.

Gilbert y Susanne Orr, quienes dejaron su hogar en Concow por la seguridad de un refugio de la Cruz Roja en Oroville, terminaron sentados en el tráfico lento mientras las chispas del fuego soplaban sobre su automóvil. Para empeorar la situación, la ventana del lado del conductor en su Trans Am no cerraba. “Estaba ardiendo a ambos lados de la carretera; el viento soplaba y lo hacía a través del auto”, relató Susanne, de 68 años.

“No podíamos lograr que la gente se moviera”, dijo Gilbert, de 71 años. “Estábamos muy asustados. Todo el mundo estaba tan aterrorizado“.

La casa de la pareja sobrevivió a un incendio forestal en 2008, pero no creen que sobreviva a éste. Para cuando se fueron, llevando poco con ellos más allá de su joven perro de caza llamado Duke, había llamas junto a su leñera, y el pasto ardía.

Kim Benn, de 49 años, estaba tan segura de que iba a morir atrapada en su auto con llamas en ambos lados mientras intentaba salir de Paradise, que llamó a su madre para despedirse.

El fuego la había tomado por sorpresa. Las llamas estaban a millas de distancia, al menos según las noticias en la televisión, cuando lo que sonaba como la lluvia golpeando el techo la hizo mirar hacia afuera: trozos de madera quemada, aún humeantes, caían del cielo. Diez minutos más tarde, un vecino golpeó la puerta de su casa, gritando que era hora de irse. Ella tomó a sus gatos y comenzó a conducir entre el humo espeso.

Funcionarios en el condado de Butte dijeron que el creciente fuego representa una seria amenaza. Las autoridades advirtieron que es demasiado pronto para comenzar a contar las pérdidas estructurales: tampoco pudieron confirmar las versiones de lesiones y muertes que comenzaron a surgir a medida que avanzaba el día.

“Es una situación mala”, aseguró el sheriff del condado de Butte, Kory Honea, al Chico Enterprise-Record. “Estamos tratando de sacar a mucha gente lo más rápido posible y salvar tantas vidas como podamos”.

Greg Rader, de 55 años, quien buscó refugio en Oroville, dijo que conoció a una mujer allí cuyo esposo y su hijo de 29 años habían muerto en el incendio. Rader dijo que su propia casa estaba destruida y que no había tenido oportunidad de llevarse nada, ni siquiera a sus cuatro gatos. “Era salir ya, o no poder salir”, afirmó. “He estado en Paradise desde 2005, y hemos tenido incendios todos los años, pero nunca he visto uno como este... En cualquier sitio. Jamás”.

Los bomberos tuvieron una tarea difícil con el incendio, dinámico y rápido, indicó el portavoz de Cal Fire, Rick Carhart.

“Hay bastante viento sobre el fuego, y está en un área donde el acceso es extremadamente difícil”, expresó.

El incendio cortó la electricidad a unos 34,000 clientes en los condados de Butte y Plumas, según un portavoz de Pacific Gas & Electric Co. La compañía notificó a miles de clientes, el miércoles 7, que estaba considerando cortar la electricidad en ocho condados en el norte de California como medida de seguridad, en preparación para un pronóstico de vientos fuertes y humedad baja: la receta para el peligro de incendio extremo. Pero un vocero indicó que PG&E aún no ha dado ese paso.

La empresa de servicios públicos cerró las líneas de gas natural a 12,000 clientes en Paradise, dijeron las autoridades.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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