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Después de una temporada política sobre la alfombra roja, la moda vuelve tentativamente

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Cuando Debra Messing se acercó al canal E!, en la alfombra roja de los Globos de Oro en 2018, tenía planes. No fue para mostrarse eufórica sobre sus coprotagonistas de “Will & Grace” o para lucir el hermoso vestido negro que llevaba.

Quería hablar sobre la nueva organización a la que se había unido, Time’s Up. Quería expresar su creencia en la diversidad y la paridad de género en el lugar de trabajo. Y quería denunciar al propio canal porque, supuestamente, no le pagaba a sus anfitriones hombres y mujeres por igual.

“Me sorprendió tanto escuchar que E! no cree en pagar a sus coanfitrionas igual que a sus coanfitriones”, afirmó Messing, refiriéndose a Catt Sadler, la presentadora que un mes antes había comunicado la renuncia a su puesto en ese canal debido a una injusta brecha salarial.

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Giuliana Rancic, quien entrevistaba a Messing, intentó mantener la calma y pasar a otra pregunta. Pero el momento —y las docenas de otras estrellas que vistieron de negro en la ceremonia, una elección de estilo destinada a señalar que había más de qué hablar en la era #MeToo que de la moda— dejó en claro que, en 2018, la alfombra roja ya no era solo un lugar para “mani-cams” (cámaras de manos) y brindis con champagne; se había convertido en un nuevo púlpito político.

Pero, ¿cuán duradera y completa sería esa transformación? En 2018 parecía que el tono sobrio podía volverse permanente. No solo la alfombra de los Globos de Oro fue un mar de color negro, sino que las máximas estrellas, como Meryl Streep, llevaron como acompañantes a líderes activistas. El énfasis de la alfombra roja en una conversación seria se hizo eco de la campaña de medios sociales para #AskHerMore (pregúntale más), iniciada en 2015 y promovida por actrices como Reese Witherspoon, quien dijo que quería hablar sobre su trabajo, creencias e ideas, y no solo sobre su ropa.

El enfoque político continuó en las ceremonias. En los Globos de Oro, Oprah Winfrey dio un poderoso discurso sobre la desigualdad, y los discursos de aceptación de James Franco y Aziz Ansari inspiraron a mujeres a presentar historias del #MeToo sobre esos hombres.

Los premios Screen Actors Guild (SAG) alistaron a todas presentadoras mujeres, y en los Oscar, las acusadoras de Harvey Weinstein —Ashley Judd, Salma Hayek y Annabella Sciorra— fueron invitadas al escenario. Fue una temporada extraordinaria, iniciada por esa combinación de vestidos negros.

Este domingo 6 de enero, sin embargo, los miembros famosos de Time’s Up, la organización que orquestó la sombría paleta del año pasado, harán una declaración visual mucho menos dramática. El grupo está animando a sus asistentes —entre ellas Constance Wu, Emma Stone y Laura Dern— a usar cintas y brazaletes con la leyenda TIMESUPx2, una referencia tanto al segundo año de la coalición como a una nueva campaña que llama a duplicar el número de mujeres en puestos de liderazgo.

“No esperamos vivir en la alfombra roja o concentrarnos en la temporada de premios”, advirtió Lisa Borders, quien fue contratada como la primera presidenta y directora ejecutiva de Time’s Up, en octubre. “El año pasado se conoció la noticia sobre Harvey Weinstein, y los Globos de Oro fueron uno de los primeros premios donde muchas de las mujeres que estaban profundamente comprometidas con Time’s Up iban a presentarse. Estos galardones son una buena oportunidad para difundir nuestro mensaje como canal de distribución, pero son solo una noche”.

Mientras los Globos de Oro de 2019 se acercan, el ambiente parece haberse aligerado nuevamente, remarcó el diseñador Christian Siriano. “Estamos teniendo una reacción tan diferente esta temporada”, afirmó Siriano, quien vistió a estrellas como Messing, Angela Bassett y Rachel Bloom el año pasado. “Toda actriz dice algo como ‘quiero celebrarme’. Seguro que hay un cambio. Apuestan a algo grande, emocionante y dramático”.

El año pasado, la presentadora Rancic, de E!, señaló al aire que los corresponsales del canal no preguntarían quién había hecho el atuendo de una celebridad, sino el motivo por el cual la estrella había adoptado cierto estilo.

Siriano comprende por qué la moda fue brevemente desestimada en las alfombras rojas del año pasado, a pesar de que el mandato negro exigió hacer muchos más diseños personalizados de lo habitual. “El mensaje era más grande y más poderoso, así que valió la pena todo el esfuerzo”, dijo.

Pero este año, el “¿quién te ha vestido?” vuelve a parecer una pregunta segura, de acuerdo con los programas de noticias de entretenimiento.

“Los estilistas han pasado por mucho esfuerzo y los diseñadores merecen ser reconocidos”, expresó la coanfitriona de “Extra”, Renee Bargh, quien estará en la alfombra junto con Mario López. “Así que, se puede hacer esa pregunta, y luego continuar hablando sobre el proyecto que la estrella debe promover. Y después te metes en el meollo político”.

“La verdad es que la gente quiere saber qué usan las celebridades. Después de todo, es una fiesta”, agregó Theresa Coffino, una de las productoras ejecutivas de “Extra”.

“Nuestra tarea es combinar ese tipo de cobertura con las noticias. Todos los días, algo nuevo se sabe sobre el movimiento. Kevin Spacey fue nominado ocho veces y ganó. Podría haber estado caminando por esta alfombra y, en cambio, el día en que nuestra cobertura salga al aire [el lunes], estará caminando frente a un juez. Eso surgirá durante la noche”, advirtió.

Los copresentadores de los premios, Sandra Oh y Andy Samberg, afirmaron que desean que la noche resulte festiva y positiva, dejando cualquier declaración política a aquellos que quieran hacerla.

Borders dijo que no había planes para un momento específico de Time’s Up durante la transmisión, aunque la filial de entretenimiento del grupo entregó puntos de conversación sobre su campaña TIMESUPx2 —así como accesorios en blanco o negro para sus miembros— antes del show.

“Ya sea en los Globos de Oro o en cualquier programa de premiación, tenemos que ser coherentes y constantes, no una gran explosión de energía cada vez”, dijo. “El mensaje que compartiremos esta vez es que la seguridad en el lugar de trabajo depende de la equidad en todos los niveles. Los artistas están liderando la embestida, pero Hollywood no es la única área donde existe este problema”.

La organización está ansiosa por poner en primer plano su trabajo más allá de Hollywood, lo cual tiene sentido, dado el poder y el privilegio del cual gozan algunos de sus miembros más destacados y las críticas de que incluso las actrices al frente del movimiento no han sido las denunciantes (quienes rompieron el silencio inicialmente, como Rose McGowan, Jessica Barth y Sciorra, no están afiliadas a Time’s Up).

El enfoque más tenue también podría surgir de un deseo de no eclipsar a los activistas en otros campos menos glamorosos. Después del esfuerzo del 2018 por mostrar solidaridad con las mujeres en otras industrias —el grupo ayudó a que actrices como Streep y Michelle Williams invitaran a líderes activistas prominentes como acompañantes—, algunos críticos sugirieron que las estrellas habían usado a las activistas como accesorios.

Aún así, la política seguirá presente en la noche. Ai-jen Poo, directora ejecutiva de la Alianza Nacional de Trabajadoras de Hogar, que asistió con Streep el año pasado, regresará a la alfombra con el director Alfonso Cuaron, cuya película, “Roma”, trata sobre una trabajadora doméstica.

Y el domingo, Wu —la actriz de “Fresh Off the Boat” nominada por la película “Crazy Rich Asians”— planea representar a las mujeres “inmensamente poderosas” que constituyen Time’s Up. Debido a que su comedia de ABC era “histórica en su representación de los estadounidenses de origen asiático”, dijo, hace tiempo se siente cómoda hablando de temas más sustanciales en la alfombra roja.

“También es el tipo de pregunta que siempre me han hecho, porque soy una mujer de origen asiático. Mientras que a un actor blanco no se le pregunta cómo es ser un actor blanco en estos días”, afirmó. “Pero ahora siento mucho más [sentido de] comunidad y fuerza en los números. Me hizo sentir un poco más relajada porque, en el pasado, cuando hablaba de cosas cuando me sentía frustrada porque no se conversaba al respecto. Pero ahora sé que ello está ocurriendo y que la gente no tiene miedo de hablar al respecto”.

En cuanto a la moda, Wu se siente cómoda hablando de su vestido, hasta cierto punto. “Si proviene del aprecio por la moda o la expresión de tu personalidad o identidad, creo que es algo adecuado”, advirtió. “Pero si alguna vez siento que mi valor se está evaluando en función de mi aspecto, no hablaría”.

Incluso cuando el espíritu de la alfombra sea más jovial este año, Borders tiene la esperanza de que el público aún reconozca cuánto ha cambiado. Ella señaló los $22 millones recaudados para el Fondo Legal de Defensa de Time’s Up, una iniciativa lanzada en los Globos de Oro del año pasado, que permitió el inicio de aproximadamente 90 casos de conductas sexuales indebidas en el lugar de trabajo. Dentro de Hollywood, le dio crédito a Rotten Tomatoes por expandir sus criterios de críticos para diversificar las voces que evalúan las películas, y a festivales de cine como Cannes, Toronto y Sundance, por comprometerse a incluir más grupos subrepresentados.

“Ha sido solo un año, y el progreso generado es extraordinario”, concluyó Borders. “Los cambios que están ocurriendo pueden parecer graduales, pero vamos a alcanzar un punto de inflexión. Los diamantes se fabrican con el tiempo, y reciben presión de todas partes para formarse”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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