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Cinco tiroteos en dos años en un parque de Malibu: ¿Por qué las autoridades no alertaron, hasta el asesinato del padre de familia?

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La muerte a tiros de un padre dentro de su tienda, mientras acampaba con sus hijas en Malibu Creek State Park, sorprendió a los residentes y visitantes del popular espacio al aire libre.

Pero ese shock se convirtió en preguntas cuando se conoció que al menos otros cinco incidentes con disparos habían ocurrido en los últimos dos años en las áreas del parque y sus alrededores. Los otros tiroteos, en los que al menos una persona resultó herida, recibieron poca publicidad en ese momento, pero ahora generaron temores de que, de alguna manera, puedan estar conectados.

El Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles está revisando algunos de los casos anteriores, pero no halló ningún vínculo directo con el tiroteo fatal de junio, que acabó con la vida del científico Tristan Beaudette, en un campamento dentro del parque. A raíz de su deceso, funcionarios del parque estatal cerraron el campamento frente a Las Virgenes Canyon Road como medida de seguridad, hasta nuevo aviso.

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Algunos residentes expresaron su preocupación sobre por qué los funcionarios no dieron más información sobre los pasados eventos con disparos.

Nicole Nishida, portavoz del Departamento del Sheriff, afirmó que los tres últimos tiroteos antes del homicidio ocurrieron el 6 de junio de 2017, el 22 de julio del mismo año y el 18 de junio del corriente. Nishida proporcionó el número de tiroteos a The Times después de que el periódico informara sobre dos casos -de 2016 y enero de 2017- de tiroteos dirigidos contra los campistas. En uno de ellos, un joven que dormía en su hamaca en el cercano Tapia Park recibió un disparo con una escopeta y resultó herido.

Nishida no dio detalles sobre los otros incidentes. Pero la activista comunitaria de Malibu, Cece Woods, afirmó que sabía de un incidente ocurrido unos días antes de la muerte de Beaudette, en el cual alguien disparó contra un Tesla que conducía por Malibu Canyon Road. La bala impactó contra el auto, pero nadie resultó herido.

Woods, que dirige la publicación The Local: the Voices of Malibu, cree que las autoridades deberían haber dado al público más advertencias sobre eso y sobre los otros hechos en el área.

Los oficiales del sheriff afirmaron el martes 26 de junio que tomaron en serio los disparos previos. “La estación Malibu/Lost Hills ya había aumentado el patrullaje en las áreas cercanas después de los incidentes anteriores, y visitado las residencias de los alrededores para obtener cualquier información viable”, indicó Nishida en un comunicado. “Los agentes mantendrán una presencia altamente visible en las cercanías, para garantizar la seguridad pública”.

Beaudette, que trabajaba en productos farmacéuticos, estaba acampando en el parque estatal de Calabasas cerca de Las Virgenes Road, el viernes 22, cuando recibió un disparo mortal antes del amanecer, dentro de su tienda, donde estaba con sus hijas, de dos y cuatro años, y otros familiares.

Nishida afirmó que los detectives pasaron los últimos días trabajando con funcionarios de parques estatales y otras agencias para “comparar cualquier incidente de disparos similar” que haya ocurrido dentro del Malibu Creek State Park. El área del parque y sus alrededores está patrullada por varias agencias, incluidos los guardaparques estatales, agentes del sheriff y la Patrulla de Caminos de California.

Una portavoz de parques estatales afirmó que entregó a los detectives del sheriff todos los informes desde 2016 hasta el presente sobre los disparos de armas no autorizadas en Malibu Creek State Park. La agencia se negó a proporcionar más detalles, citando la investigación en curso.

El sheriff del condado de L.A. Rodney Moore, que supervisa la investigación del homicidio, señaló en una entrevista que los detectives no tenían pruebas que conecten los hechos de disparos previos con la muerte de Beaudette, pero que tampoco podían descartar posibles vínculos.

Un hombre joven que recorría el sendero Backbone Trail y que estaba pasando la noche en una hamaca en Tapia Park, justo al sur de Malibu Creek State Park, fue alcanzado por una ráfaga de escopeta el 3 de noviembre de 2016.

James Rogers le dijo a The Times que necesitó una cirugía para eliminar los muchos perdigones que lo hirieron. ”Escuché un fuerte golpe; luego sentí una sensación de ardor en el brazo y caí al suelo”, recordó. “Antes de que pudiera mirar mi herida, hice una revisión rápida del perímetro y no vi nada”.

Rogers no estaba durmiendo en un campamento formal y estaba a unos 200 metros de Malibu Canyon Road cuando fue baleado.

Meliss Tatangelo acampaba en su Honda cuando escuchó un fuerte ruido, alrededor de las 5 a.m., en enero de 2017. Ella y otro campista no salieron al exterior, pero luego encontraron parte de un proyectil en la parte trasera del auto donde ella había estado durmiendo. Tatangelo informó el incidente a las autoridades, describió en su página de Facebook.

Los expertos en orden público contactados por The Times afirmaron que es difícil determinar si una serie de tiroteos al azar en un área están conectados.

Charles “Sid” Heal, comandante del sheriff del condado de L.A. y ya retirado, afirmó que aunque la geografía puede ser similar, hay algunas diferencias clave en los tiroteos. Por ejemplo, el asesinato de Beaudette dentro de un campamento no parece provenir de alguien que efectúa un disparo al azar en un camino del cañón.

“Si [las autoridades] sintieran que hay un peligro real para el público, tendrían la obligación de informar a la gente”, aseguró Heal. “El problema aquí es que los disparos están espaciados, y es posible que no sigan ningún patrón real que los conecte”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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