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Científicos hallan rastros de una nueva especie humana

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Los huesos y dientes fósiles encontrados en Filipinas han revelado una especie de primos largamente perdidos de la raza humana del presente, que evidentemente vivieron hace decenas de miles de años, cerca del tiempo en que nuestros propios antepasados se estaban extendiendo más allá de África.

El hallazgo es otro recordatorio de que, aunque el Homo sapiens es ahora el único miembro sobreviviente de nuestra rama del árbol evolutivo, hemos tenido compañía durante la mayor parte de nuestra existencia.

También hace que nuestra comprensión de la evolución humana en Asia sea “más intrincada, compleja y mucho más interesante”, afirmó el antropólogo Matthew Tocheri, quien estudia la historia evolutiva de los homínidos en la Universidad de Lakehead, en Thunder Bay, Ontario.

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En un estudio publicado el pasado miércoles en la revista Nature, los científicos describen un conjunto de siete dientes y seis huesos de pies, manos y muslos de al menos tres personas, que fueron recuperados de la Cueva del Callao, en la isla de Luzón, parte norte de Filipinas, en 2007, 2011 y 2015.

El análisis de los huesos de Luzón llevó a los autores del estudio a concluir que los fósiles pertenecían a un miembro previamente desconocido de nuestra rama “Homo” del árbol familiar. Según los investigadores, uno de los huesos de los dedos de los pies y el patrón general de las formas y tamaños de los dientes difiere de lo que se ha visto antes en la familia Homo. La nueva especie fue apodada Homo luzonensis.

Aparentemente, estos individuos usaban herramientas de piedra, y el tamaño de los dientes sugieren que podrían haber tenido cuerpos pequeños, indicó el líder del estudio, Florent Detroit, del Museo Nacional de Historia Natural de París.

Las pruebas en dos de las muestras evidencian edades mínimas de 50.000 años y 67.000 años, casi al mismo tiempo, los neandertales vivían en Europa, los denisovanos ocupaban partes de Siberia y los diminutos “hobbits” conocidos como Homo floresiensis habitaban la isla indonesia de Flores.

No hay señales de que los H. luzonensis hayan encontrado a ningún otro miembro del grupo Homo, expuso Detroit. No hay datos de que nuestra especie haya llegado a Filipinas hasta miles de años después de que los huesos quedaron en la Cueva del Callao, afirmó.

Pero en Luzón había un pariente humano hace más de 700.000 años, como lo indica la presencia de herramientas de piedra y un rinoceronte masacrado que data de esa época, comentó. Podría haber sido la nueva especie o un antepasado de ella.

Para Detroit no está claro cómo se relaciona el H. luzonensis con otras especies de Homo. El especialista especuló que podría haber descendido de un pariente humano anterior, el Homo erectus, que de alguna manera cruzó el mar hacia Luzón.

El H. erectus generalmente es considerado la primera especie Homo en expandirse más allá de África, y desempeña un papel prominente en la sabiduría convencional sobre la evolución fuera de ese continente. Algunos científicos sugirieron que los hobbits en la isla indonesia descienden del H. erectus.

Tocheri, que no participó en el nuevo informe, concordó en que tanto el H. luzonensis como los hobbits pueden haber descendido del H. erectus. Sin embargo, remarcó que el descubrimiento de Filipinas le da un nuevo reconocimiento a una idea alternativa: tal vez alguna criatura desconocida, y no el H. erectus, se deslizó fuera de África hacia Europa y Asia, y luego dio origen a ambas especies isleñas.

Después de todo, remarcó, los restos de los hobbits y del H. luzonensis muestran una mezcla de rasgos primitivos y más modernos, que difieren de lo que se ve en el H. erectus. Se parecen más a lo que se podría haber encontrado en África de 1.5 millones a 2.5 millones de años atrás, y lo que podría haber sido llevado de ese continente por la especie misteriosa, dijo.

El descubrimiento de un nuevo pariente humano en Luzón podría ser “una prueba de algo mucho más grande”, destacó.

Para el arqueólogo Michael Petraglia, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, ubicado en Jena, Alemania, el hallazgo de Luzón “muestra que todavía sabemos muy poco acerca de la evolución humana, particularmente en Asia”.

Probablemente surgirán nuevos hallazgos a medida que avance el trabajo en la región, que aún no se ha estudiado, destacó Petraglia, quien no integró el equipo de Detroit.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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